Los expertos que han estudiado la memoria coinciden, a lo largo de toda la historia de trabajos realizados en este tema, en establecer unas pocas pero contundentes claves de la retención. A saber:

Comprensión. Cuanto más profunda es tu comprensión al leer retienes más y con más detalle.

Interés. Lo que naturalmente resulta interesante se retiene bien y con menos esfuerzos.

Conocimientos. Tener suficientes conocimientos previos sobre un tema facilita el aprendizaje de nuevos conocimientos relacionados.

Intención. Sólo se deriva de una lectura lo que se está dispuesto a derivar. Lo mismo ocurre con la expectativa de duración de la retención. Cuando se quiere recordar algo por mucho tiempo, se recordará mejor que cuando uno quiere recordar algo sólo por un rato.

Asociaciones. Los conceptos que se captan simultáneamente se convocan mutuamente en la memoria.

Secuencias. Las ideas aprendidas en una secuencia, al recordarlas, se convocan unas a otras en la misma secuencia.

Intensidad. Cuanto más fuerte es la primera impresión mejor es la retención. Cuantos más sentidos participen en la captación de la información más fuertemente es la retención.

Inhibición. La memorización de un conocimiento inhibe la memorización previa de otro conocimiento similar. La manera de evitarlo es pausando la tarea de memorización hasta el asentamiento de la anterior, y estableciendo las diferencias entre los conocimientos a memorizar.

Teniendo estas claves en mente, para favorecer la memoria puedes ayudarte con estas sugerencias clásicas que estimularán tu interés y te ayudarán en la asimilación:

1. No intentes memorizar nada en un estado intenso de emociones negativas, simplemente espera a que pase la intensidad.

2. Intenta tomar notas sólo de lo que pretendas retener.

3. Antes de comenzar a leer trata de pronosticar temas, títulos, encabezados y hasta el contenido del texto.

4. Revisa bien el material para determinar qué información quieres obtener y para qué.

5. Cuando encuentres suficientes datos y premisas tendientes a una conclusión, trata de obtenerla antes de llegar a leerla; recién entonces sigue leyendo.

6. Repasa tu conocimiento sobre el tema, cualquiera sea, antes de comenzar a leer.

7. Conecta lo que lees con representaciones mentales y físicas en tu entorno, sean objetos simbólicos o copias en detalle.

8. Conecta el material con emociones que tienes en la memoria. No dudes en marcar tus libros con comentarios alusivos a lo que sientes y piensas.

La retención se favorece notablemente con la lectura activa, atenta a contenidos y formas, en la que participen, conjuntamente e intencionalmente, tus capacidades intelectuales, emocionales y sensoriales.