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La comprensión como un
hacer
Por lo general, las
dificultades de comprensión de textos se presentan con los conceptos
abstractos. Ocurre lo mismo con los problemas para memorizar.
En relación a estas dificultades se puede comprobar, por ejemplo, que la
memorización de conceptos abstractos se logra fácilmente mediante la
representación mental de imágenes de entidades concretas que previamente
podamos relacionar a los conceptos abstractos. Esto es algo que todo
memorista conoce y enseña: sustituir los conceptos abstractos por
representaciones mentales de cosas concretas. Así, si ha de recordar la
palabra-concepto "jurisprudencia", puede, por ejemplo, bastarle con la
imagen estereotipada de un juez en el estrado, con toga,
peluca y martillo en mano.
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Puede escoger cualquier imagen que le
sirva para recuperar la palabra-concepto abstracto por su conexión
significativa con la imagen escogida. Y si debe memorizar algún concepto
abstracto desconocido, recurre a un proceso de traducción intencional y
arbitrario, por el nombre de alguna imagen que pueda conectar por
similitud sonora con el concepto abstracto; por ejemplo, tal vez
conozca una pareja de personajes llamados Julio y Prudencia, y
las imágenes de tales personajes harán el trabajo, o tal vez, tome la
primera parte de la palabra-concepto, "juri", y conociendo su
relación con la justicia, le sirva para utilizar la imagen concreta de
un juez, o un juicio, o un abogado en su alegato, o la estatua de la
justicia, por poner algunos casos de las posibilidades a mano.
El memorista hace estas traducciones intencionalmente para lograr, sin
muchas complicaciones, verdaderas hazañas de memorización. Cualquier
persona entrenada en técnicas de memorización las puede lograr, no es
algo que atañe a talentos naturales. Tampoco es que sea algo tan
sencillo que se logre meramente por leer los procedimientos; hay que
entrenarse y practicar regularmente hasta dominar los pasos.
Tomando el caso de la comprensión, cuando no tenemos inconvenientes es
porque naturalmente resolvemos la comprensión de conceptos abstractos
recurriendo a
nuestra comprensión previa de conceptos y experiencias concretas. El
recurso natural que nos asiste en ello es nuestra imaginación. Gracias a
la imaginación, sea que funcione a nivel inconsciente o sea que la
utilicemos conscientemente, podemos traducir lo abstracto y llevarlo a
concreciones que nos permitan comprender, aprender, interactuar. Sin
esta traducción no hay comprensión de tales conceptos abstractos aunque
pudiera haber memoria de los mismos.
Es posible resolver el problema de la comprensión de conceptos
abstractos recurriendo a procesos intencionales de traducción similares
a los utilizados por los memoristas.
En el caso de la comprensión natural mayormente utilizamos lo que los
científicos cognitivos llaman "imaginería mental", metáforas y
metonimias. Esta imaginería que nos asiste deriva de esquemas
mentales que nuestro cerebro crea en base a experiencias concretas
recurrentes, basadas en nuestra interacción corporal con objetos y el
entorno físico. Estos esquemas se llaman "esquemas de imagen",
son abstractos pero tienen estructura y partes, y organizan
esquemáticamente nuestra experiencia cognitiva, le dan soporte para la
comprensión y el procesamiento general de la experiencia de existir
físicamente en el mundo. De los esquemas de imagen surgen los medios por
los que nuestra mente concretiza lo abstracto, ayudándonos en su
comprensión. Hasta aquí, se trata de un proceso no intencional.
Cuando nos encontramos con problemas para comprender conceptos
abstractos, es posible que nos hallemos con la situación de conocer los
conceptos aislados pero aún así tener dificultad en identificar las
relaciones significativas. Esto puede deberse tanto a la abundancia de
conceptos abstractos como a la complejidad de sus relaciones globales y
particulares presentes en el texto que intentamos procesar. Y esto
puede, a su vez, derivar del estilo del autor tanto como del tema en sí,
posiblemente, de natural complejidad. Es en estos casos en los que los
procesos naturales y subconscientes de traducción no alcanzan para hacer
inteligible el tema; hay que recurrir a la intencionalidad para
comprender mejor, hay que detenerse y releer, hay que hallar las
conexiones, la estructura global, etc. Con la experiencia, algunas
personas desarrollan sus métodos para hacer inteligible lo que no es de
fácil comprensión. Algunos son buenos métodos y otros apenas hacen su
trabajo. Lo cierto es que siempre es un trabajo arduo y con efectos poco
significativos en el aprendizaje.
Entonces, ¿cómo podemos mejorar la comprensión de los conceptos
abstractos a la vez que su aprendizaje? Al igual que en el caso de la
memorización, que requiere entrenamiento y práctica regular hasta
dominar sus procedimientos, la solución intencional de la comprensión de
conceptos abstractos requiere asumir un poco de estudio y ejercitación
hasta lograr el dominio de los procedimientos necesarios para garantizar
y monitorear la propia comprensión.
El recurso habitual es auxiliarse mediante representaciones gráficas.
Nosotros trabajamos con la manipulación de objetos en un espacio. No
realizamos mapas gráficos sino concretos, guiándonos por el
reconocimiento de los esquemas mentales más adecuados para traducir los
conceptos abstracto. Lo que requiere conocer bien a los esquemas
mentales que dan soporte a todo nuestro sistema conceptual: los esquemas
de imagen.
Un esquema de imagen es un esquema abstracto con la capacidad de
conectar un amplio rango de diferentes experiencias que poseen la misma
estructura. Así, un esquema de imagen de equilibrio está presente en
nuestra comprensión del equilibrio de un objeto concreto puesto sobre
una superficie irregular tanto como cuando decimos que algo está bien
equilibrado en su composición o estructura. Más allá del lenguaje
literal, el esquema de equilibrio se encuentra presente en nuestro uso
de la imaginería en el lenguaje, como por ejemplo, al hablar de "sopesar
las ventajas y desventajas" de una posible situación, decisión, acción,
etc.
Nuestra experiencia corporal determina el backup de esquemas de imágenes
disponibles (no son muchos) y éstos, a su vez, determinan la composición
de nuestra imaginería, la que, a su vez, determina nuestro lenguaje y
ayuda en la comprensión. Aunque esto ocurre naturalmente, sin
intervención consciente, no significa que son procesos inaccesibles a la
intervención intencional.
A diferencia de la mayoría de las técnicas de estudio tradicionales y
bien difundidas que se han centrado en un tipo de procesamiento que es
más bien estático, combinando textos con imágenes en dos dimensiones,
podemos señalar que el procedimiento básico de un mapa multisensorial
consiste en repasar los esquemas de imágenes que pueden aplicarse para
comprender mejor a la información, y esto siempre coincidirá con la
posibilidad de hacer una representación multisensorial en vez de un
parafraseo o un diagrama en un papel o pantalla.
En un mapa multisensorial, el movimiento es un componente esencial que aprovecha
la dinámica en tres dimensiones con el fin de hacer frente a procesos mentales
de comprensión y aprendizaje de conceptos abstractos. La capacidad para modelar
espacialmente los procesos de conceptos abstractos y de razonamiento es la base
del procesamiento multisensorial intencional que aplicamos.
Los esfuerzos de las técnicas, métodos y herramientas cognitivas más conocidas,
se han concentrado principalmente estudiando las relaciones entre cadenas
proposicionales y redes de conexiones. Ninguna de tales herramientas implica
esquemas concretos con propiedades dinámicas representados en un espacio real.
La cognición relacionada con la coordinación intencional de acciones simultáneas
representativas tampoco se aprovechan en los recursos tradicionales más
difundidos.
Hemos reconocido la importancia práctica de considerar el rol fundamental del
sistema sensoriomotor en todos los procesos cognitivos superiores. El
procesamiento de conceptos abstractos, aprovechando intencionalmente la
experiencia sensoriomotora, se facilita mucho más que si sólo utilizamos
imágenes en un plano. Los esquemas de imagen son el verdadero soporte cognitivo
de los procesos mentales superiores.
Sólo puedes hacer un mapa multisensorial de lo que comprendes, y siempre puedes
auxiliar a tu comprensión relacionando intencionalmente los esquemas mentales
con los conceptos abstractos. Cuando logras mapear los conceptos abstractos en
la estructura de los esquemas mentales sensomotores (esquemas de imagen) tu
comprensión se incrementa, y naturalmente surge la creación de la representación
con un mapa multisensorial dinámico y completo.
El poder del mapa multisensorial reside en el hecho de trabajar realmente en la
modalidad multisensorial. Lo que se comprende se hace, se mueve, se siente,
se orienta, se toca, se ve.
Patricio Jorge Vargas,
Co-Fundador y Director de la Escuela Mentat de Educación Mental, entidad
educativa cuya misión es la mejora y el desarrollo de habilidades
cognitivas. Su correo es:
pvargasgil@mentat.com.ar
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Última modificación de la página:09/11/2011
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