La cualidad emocional de los pensamientos  

 

Vamos a distinguir entre pensar bien y tener pensamientos positivos. Un buen pensador puede tener malos pensamientos, así como un mal pensador puede tener buenos pensamientos. Veámoslo de esta manera, una mente hábil también puede estar repleta de pensamientos negativos. No es necesariamente inteligente el optimismo como no es necesariamente estupidez el pesimismo. Que los pensamientos negativos sean pensamientos poco inteligentes suena fantástico pero no corresponde a la realidad.

Aceptamos la conclusión de que es más fundamental saber tratar con la cualidad emocional de los pensamientos que con su corrección o validez. Hay que saber tratar con ambas cualidades pero la principal es la emocional.

Intencionalmente casi nadie piensa pensamientos negativos. La mayoría quiere pensar cosas buenas, quiere hacer cosas buenas y quiere estar bien. No es necesario ser un ángel para sentir esto. Pero, sin embargo, la mayoría pensamos negativamente casi tanto como positivamente. La razón estriba en que nos comportamos mentalmente de una manera bastante pasiva, "siendo más efecto de las circunstancias externas que causa de las circunstancias internas".

Si estuviésemos plenamente conscientes de que los pensamientos negativos son muy destructivos probablemente seguiríamos produciéndolos, pero sería más fácil tomar acciones para neutralizarlos. Algo similar a lo que ocurre con el tabaco, el fumador sabe que le hace mal y sigue fumando; pero, ante una señal de advertencia en la salud puede disciplinarse y dejar de fumar.

Realmente, los pensamientos negativos son destructivos de todas las condiciones deseables de nuestras vidas. Paralizan el esfuerzo; minan la voluntad; nos hacen tomar decisiones lamentables. Así que - un poco por inconsciencia y otro poco por inercia y adicción - tenemos una gran producción de pensamientos negativos.

Quien asume voluntariamente restricciones, con un objetivo claro de mejora, la obtiene. Quien sufre restricciones contra su voluntad, normalmente piensa negativamente, lo cual empeora su condición aún más que las restricciones. Cuando involuntariamente empeora nuestra condición de vida y sufrimos, física y emocionalmente, es muy difícil producir pensamientos positivos. De hecho, los pensamientos negativos aparecen con total naturalidad y en perfecta sintonía con la situación. La salida está en saber transformar las circunstancias mentales. Una condición es saber realmente cómo plantearse un objetivo, una salida de la mala situación. Sin esto, no habría producción de pensamientos positivos.

Miramos el futuro con ansiedad, y debemos aprender a mirarlo con serenidad. Cuando las cosas empeoran, más ansiedad tendremos que superar. Si sabemos mantener la calma, podemos crear la visión del futuro deseable y podremos generar pensamientos positivos. Podemos relacionar todo este asunto con una especie de inversión del efecto placebo. Si únicamente pensamos y creemos que algo nos está haciendo mal, entonces únicamente nos hace mal. Las expectativas son la esencia de la forma en que vivimos.

Otra de las condiciones necesarias es saber cambiar el enfoque ante una situación para evitar la producción descontrolada de pensamientos negativos. Si sabemos cambiar el enfoque podremos tomar algo de control y desarrollar un objetivo deseable. Cambiando el enfoque desde la mala situación a la situación deseable podemos incrementar la producción de pensamientos positivos. Podemos generar nuestras expectativas y eso alcanzará para impulsarnos hacia una mejor calidad emocional de los pensamientos. Sólo hay que hacer el cambio de enfoque como si se tratase de cambiar de sintonía en la radio.

Por último, nada de esto es posible si no aprendemos mínimamente a serenar nuestra mente y a frenar la producción de pensamientos. Esto no requiere otra cosa que intención silenciosa y práctica. Cualquier disciplina de meditación y concentración nos puede ser de utilidad. Cuando aprendemos cómo producir silencio en la mente iniciamos nuestro proceso de autodominio, tomamos por fin el control de nuestro universo.

Todos sabemos que antes de ser víctimas de las circunstancias somos víctimas de los pensamientos. Podemos cambiar la historia. Tenemos todo lo necesario; y ninguno de los requisitos es insuperable.

Patricio Jorge Vargas Gil
 

 

 

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