Un dispositivo estimula el cerebro
desde el cráneo
La técnica que se viene usando hasta ahora consiste
en introducir dos electrodos en el cerebro con los que generar
pequeños pulsos eléctricos de 50 microsegundos de duración, mediante
los cuales se activa el proceso que lleva a que se mueva un músculo
o una oreja. En personas, este método puede tener problemas como
infección o deterioro de los electrodos.
La idea que mantienen estos científicos es trabajar con la zona
superficial del cerebro, la corteza motora, estimulándola o sacando
y procesando información, pero sin pasar de la piel y el hueso. Para
ello, desde la UPO se trabaja en la puesta a punto de un dispositivo
en forma de corona, una máquina que trabaja con 16 electrodos de
manera que, jugando con la intensidad de los diversos puntos, puedan
estimular el lugar deseado.
Actualmente en la Pablo de Olavide, el equipo del Laboratorio de
Neurociencias liderado por Delgado está trabajando en estimular en
conejos la zona que inhibe su comportamiento. Una función que se
activa cuando estos animales se asustan, y que se puede inducir con
esta técnica. "La intención con la que hacemos este tipo de pruebas
es demostrar que podemos obtener las mismas reacciones estimulando
el cerebro ya sea desde fuera o desde dentro", apunta el
investigador.
Según comenta José María Delgado, el problema que se plantea en este
proyecto es muy simple, pero técnicamente es muy complicado de
resolver. En este sentido, el principal reto al que se enfrentan
estos investigadores está en generar estimulación a través de piel y
hueso, zona que disipa la corriente. "La cantidad de corriente que
pasa por donde tú quieres es muy pequeña, con la complejidad de que
al mismo tiempo tienes que evitar estimular sitios que no te
interesan. Por esta razón hemos decidido repartir la corriente en
muchos puntos y ver la manera de concentrarla en uno", señala.
Salida terapéutica
En el proyecto HIVE, financiado con 2,3 millones de euros
aproximadamente, participan un total de siete grupos de
investigación procedentes de Francia, Alemania, Portugal y España.
Una vez finalizado el dispositivo que están desarrollando los
expertos de la Pablo de Olavide, el siguiente paso consistirá en
analizar los resultados obtenidos y, en función de ellos, ver
posibles usos en pacientes. "Como todas las técnicas nuevas, si
funciona se usará en cosas muy distintas, desde sueño o insomnio,
hasta problemas como la depresión, el estrés y alguna enfermedad
neurodegenerativa que afecte a la corteza motora, de forma que se
muevan determinados músculos que están paralizados", afirma Delgado.
Uno de los casos de posible aplicación que plantea para el futuro
este investigador de la Pablo de Olavide es en el tratamiento de
algunos tipos de sordera. En esta línea, el dispositivo desarrollado
podría aplicarse dentro de unos años para desarrollar un patrón de
estímulo que simule el habla humana o sonidos, para que las personas
que no puedan oír mediante el oído, pueda obtener la información
directamente en su cerebro. "En estos casos, es el mecanismo interno
del oído el que falla, no el cerebro, por lo que se podría aplicar
el dispositivo para estimular la parte del cerebro relacionada con
la audición", concluye el investigador.
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