Gestión básica
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Algo fundamental - y que normalmente se
descuida - es que para aprender de manera eficaz no es necesario aplicar
las técnicas que conozcamos todo el tiempo. Las técnicas y estrategias
mentales no son para aplicar a cada parte de la información, de manera
uniforme, ya que al hacer así se desbalancea el proceso global del
trabajo intelectual, generando una sobrecarga cognitiva que entorpece el
rendimiento.
Ser selectivos en la aplicación de los recursos - estratégicos, técnicos
y metodológicos - implica tener en claro cuándo se hace necesario
utilizarlos y cuándo no. Hay que reconocer sin dificultad qué es un
contenido difícil, y qué es un contenido crucial. Ambas categorías son
las únicas en las que conviene aplicar algo más que nuestras capacidades
naturales de comprensión y aprendizaje.
Los problemas surgen porque no siempre se tiene claro el criterio para
determinar las categorías de información difícil e importante. Las
manifestaciones típicas son los resúmenes que no resumen nada, los
subrayados que subrayan todo, las lecturas y relecturas sobrecargadas, y
el estrés.
Contenidos difíciles pueden ser:
información demasiado abstracta (poca
relación con lo concreto y sensorial)
información demasiado compleja (abundantes relaciones intrincadas)
información arbitraria (números, códigos, palabras extranjeras,
siglas, terminología especial, nombres propios, listados de estos
elementos, secuencias de pasos que no se siguen lógicamente unos de
otros, etc.)
información fuera de nivel (que requiere un nivel más avanzado de
conocimientos en el tema)
Contenidos cruciales pueden ser:
los datos estables sobre los que se alinean
otros datos que dependen de éstos
las ideas de mayor importancia que permiten la comprensión de muchas
otras ideas y son las que el conocimiento del tema exige que sepamos
y entendamos bien
Un error que suele darse: confundir estas dos
categorías y creer que la información difícil de procesar es
necesariamente importante. Ni todo contenido difícil es contenido
importante ni todo contenido importante es también contenido difícil.
Sin embargo, no es extraño el caso en el que una información corresponda
a ambas categorías, que sea difícil y crucial. En todo caso, hay que
saber distinguir.
En síntesis, conviene:
a) asegurarse de poder reconocer los contenidos
que son casos difíciles y/o cruciales
b) aplicar técnicas exclusivamente en contenidos cruciales y en
contenidos cruciales que también son difíciles
c) confiar en que nuestras capacidades naturales de comprensión y
aprendizaje harán el trabajo perfectamente con los contenidos
restantes
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