Espacializando datos
El pensamiento espacial es parte de todas las formas de conocimiento, en
lo microcósmico y en lo macrocósmico.
El pensamiento espacial necesariamente incluye al pensamiento visual.
Nuestro cerebro evidencia preponderancia de redes video espaciales.
Por otra parte, está establecido que la percepción visual y la imaginación
visual implican procesos neuronales similares. Y es de destacar que ambas
conservan naturalmente la disposición espacial del objeto-imagen,
percibido o imaginado.
Explorar, ampliar, reducir, y rotar, son procesos complementarios de
pensamiento video espacial. Para el pensamiento espacial es necesario
percibir visualmente con exactitud, y saber realizar modificaciones y
transformaciones de la experiencia visual, aún si sólo fuera con la
imaginación.
Un pensamiento espacial eficaz requiere de: a) comprender objetos
tridimensionales partiendo de gráficos bidimensionales, y viceversa b)
habilidad para imaginar una representación tridimensional desde distintas
perspectivas, y c) habilidad para visualizar – concretamente e
imaginariamente - efectos de reflexión e inversión de objetos-imágenes.
Normalmente creemos que no necesitamos aprender a pensar espacialmente
tanto como lingüísticamente ya que sin ningún esfuerzo consciente pensamos
espacialmente. Es algo innato, aún más que el lenguaje; dibujamos,
bailamos, luchamos, jugamos, trepamos, ordenamos, etcétera. Por ejemplo,
corremos naturalmente sin aprendizaje formal. Pero si deseamos competir
con corredores amateurs y profesionales tendremos que aprender y
desarrollar formalmente unas cuantas cosas acerca de correr. Con el
pensamiento espacial ocurre algo similar, la diferencia está en que los
amateurs y los profesionales del pensamiento espacial han aprendido apenas
algo de pensamiento espacial gracias a la educación formal. El énfasis en
enseñar a pensar científicamente presupone la aplicación de habilidades de
pensamiento espacial, lamentablemente no supone el desarrollo de esta
habilidad tanto como la utilización de tecnología auxiliar.
El pensamiento espacial pareciera haber sido tratado tradicionalmente como
una habilidad carente de conocimiento o difícilmente asociable al mismo.
En tal sentido, la tradición pedagógica ha perpetuado un error que de no
haberse cometido podría significar que el estadío tecnológico actual fuese
muy distinto.
No obstante, en todas las disciplinas la información es espacializada
intencionalmente, de varias maneras, para destacar datos.
Hay que señalar que la representación visual, en su evolución, siempre
intenta simular la perspectiva tridimensional. Y la capacidad para
traducir entre representaciones bidimensionales y tridimensionales es
fundamental para ampliar las posibilidades del pensamiento espacial. Por
ejemplo: un mapa conceptual bien puede derivar en una red tridimensional,
y un mapa mental bien podría ser un conjunto de terminales en el espacio
alrededor de un núcleo.
Representar visualmente requiere que los datos sean fácilmente convertidos
en información y se presenten de una manera fácilmente interpretable. La
perspectiva espacial aumenta su interpretabilidad. Así, se pueden
representar espacialmente datos no espaciales. Ejemplos básicos tenemos en
el uso frecuente de pirámides, tartas, barras, cubos, etc.
La tecnología de software actual podría corporizar estas representaciones
utilizando Realidad Virtual (un potente procesador video espacial). De
hecho, la Holografía y la Realidad Virtual son las formas de
representación más avanzada que tenemos y ambas son netamente del reino
del pensamiento espacial. Una simulación holográfica o de Realidad Virtual
es lo máximo que la tecnología actual puede lograr en representación de
datos.
Hemos considerado al pensamiento espacial como parte importante del
conocimiento académico, pero también debemos señalar que es una parte
esencial de la vida diaria. Tomamos constantemente decisiones espaciales.
De hecho, el pensamiento espacial es tan parte de la vida diaria que todos
lo damos por supuesto y no nos orientamos a perfeccionarlo.
El pensamiento espacial puede desarrollarse para incrementar las
habilidades mentales. Su utilización eficaz requiere del enfoque que
caracteriza a la educación mental: saber comprender, integrar, y
extender el propio aprendizaje. Un aprendizaje intencional, dirigido por
un objetivo, y controlado conscientemente.
Patricio Jorge Vargas Gil
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