Querer, crear y creer 

 

Consideremos la mecánica de la mente y la división convencional de la mente en una parte consciente (la conciencia) y una parte subconsciente (donde no accede la conciencia).

La primera cosa fundamental a atender es que una de las funciones de la mente subconsciente parece consistir en atenerse a tus creencias. En otras palabras, parte del trabajo de la mente subconsciente es demostrar que la conciencia siempre está en lo correcto o en apoyarle en sus creencias.

*(Fíjate en su trabajo general: tiene una conexión especial con funciones cerebrales de percepción global; puede percibir más rápido que la conciencia; puede realizar estimaciones cuantitativas y cualitativas; percibe el lenguaje no verbal; opera independientemente de la conciencia aunque atendiéndola; etc.)

De ello surge algo simple pero muy escurridizo: además de creer, creamos, y podemos crear lo que después creeremos.

De este modo, si conscientemente crees algo, el subconsciente puede realmente configurar las circunstancias y encontrar la forma de demostrar que estás en lo correcto al creer en lo que crees. Y también hace eso exactamente si fuera que conscientemente crearas una idea en la que después creyeses. Uno asume ideas de otros, de la cultura en la cual vive, de amigos, profesores, médicos, parejas, etc. Y también asume ideas propias, pensadas por uno mismo; y esto no significa necesariamente que tales ideas propias sean ideas geniales o lo contrario.

La mecánica del subconsciente es completamente automática. Cuando no controlas tus pensamientos (en la mayoría de las personas es la mayor parte del tiempo) el subconsciente hará lo que tiene preprogramado para hacer: demostrar que estás en lo correcto creyendo lo que crees.

Tu subconsciente filtra lo que percibes a fin de apoyar tus creencias o el cuadro general que sostienes en tu mente. Así, si crees que tu compañero/a ya no es de fiar, tu subconsciente no hará caso de indicadores en contra de esa idea. Por el contrario, sólo señalará los detalles que apoyan tu creencia de que te engaña o de que ya no es de fiar.

Tu subconsciente te dejará ver sólo aquellas cosas que son consecuentes con tus creencias asumidas.

Si no tomas esto con seriedad, como una verdad consolidada, y una advertencia conveniente, y si no te das cuenta de que creas tu realidad a partir de tus ideas, te sentirás sin fuerzas como para cambiar tu vida para mejor. Serás más efecto que causa. Y si te aceptas como efecto más que como causa, entonces resignarás tus deseos porque sólo tú puedes darte lo que quieres.

Para crear lo que quieres, primero tienes que reconocer y confiar en tu poder creativo; aunque parece sencillo no lo es en realidad, es un tema delicado y lleno de confusión.

El poder creativo sólo es poder de creación de efectos. Es el poder de la causa. Puedes pensar en este poder como causas generando efectos. Todas las cosas tienen poder creativo ya que cualquier cosa puede crear efectos. Cualquier cosa puede causar algo. Causar es crear. No es necesario asumir mayor complejidad.

Volviendo a nuestro subconsciente, podemos usar su poder para crear algo que queremos en nuestras vidas. Lo que sea, no importa. Nos apoyará en lo que sea. El efecto concreto siempre será igual a la causa pensada. Y todo esto sale de nuestras ideas. En definitiva, el poder creativo más sutil es el de nuestro pensamiento consciente.

En los aspectos materiales del mundo, el lema es que las cosas sólo son como las observamos. El lema de la realidad subjetiva es que las cosas sólo son como creemos antes que como queremos.

Entonces, ¿podemos elegir en qué creer? ¿podemos mejorar nuestras creencias? Claro que sí.

Cuanto más conscientes seamos, más libertad de elecciones tendremos. Cuanto menos automatismos e inercias operen en nosotros, más conscientes seremos. Nuestro poder creativo aumenta positivamente con más autoconocimiento y autodominio. Nuestro poder creativo habitual nos brinda nuestra realidad habitual; por tal motivo, la disconformidad que podamos sentir también puede impulsar nuestro salto a un nivel superior de desempeño.

En todo caso, conviene creer que las cosas no son como queremos sino como creemos. Mejorar nuestras creencias implica un cambio de conciencia hacia un autoconocimiento efectivo, a partir de allí tendremos una mayor libertad para crear.

Patricio Jorge Vargas
 


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