Reiniciar el cuerpo

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En gran parte del día el cuerpo parece estar fuera del campo de nuestra consciencia. Es algo natural.

Imagina que es una noche oscura y hay un corte de corriente en el edificio de oficinas en el que estás trabajando. En la ausencia de luz eléctrica y de cualquier otra fuente de iluminación, imagina cómo tanteas y fallas para encontrar tus cosas, hasta para localizar la puerta y la salida del edificio. Sientes que en tales circunstancias el cuerpo regresa a la consciencia con una intensidad especial. Se presenta así cada vez que nos vemos forzados a familiarizarnos con nuestro sentido corporal del espacio.

Ahora bien, esta experiencia, por su natural intensidad, tiene un efecto especial en el funcionamiento del cerebro. Te puede resultar extraño pero puedes utilizar este efecto de reiniciar la consciencia del cuerpo en un espacio como recurso para despejar tu mente tanto como para predisponerle a una tarea que requiere trabajo mental atento. ¿Cómo lo haces?

Sigue este sencillo procedimiento toda vez que desees reactivar tu capacidad de atención y/o prepararte para comenzar un trabajo mental:

Realiza una rápida mirada panorámica del lugar en donde estés. Luego cierra los ojos y manteniéndolos cerrados recorre el lugar, lentamente pero sin pausa. No te detengas porque no funciona así. Sólo muévete de un lugar a otro, con cuidado y sin brusquedad, durante unos tres minutos como mínimo. Toma consciencia de cada movimiento y cada paso. Siente tu cuerpo, en primer plano de tu consciencia, moviéndote por el ambiente.

Suponiendo que han pasado los tres minutos (utiliza la alarma de tu reloj o móvil), abre los ojos y reacomoda tu percepción. Es el momento para comenzar a trabajar. Repite esta experiencia, en días consecutivos, antes de una sesión de trabajo mental o ante la necesidad de despejarte. No tardarás en notar su efecto benéfico.

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