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Entrena:
Para sesiones de
lectura intensa
Cuando se trata de leer mucho por cuestiones de estudio,
trabajo y/o investigación - independientemente de nuestra capacidad para
sostenernos en la tarea con eficacia - nos vemos afectados no sólo por el
esfuerzo intelectual sino también por nuestros ojos, nuestro entorno, nuestro
ritmo de lectura y nuestra tensión muscular.
Ahora bien, es mucho pedir que estemos prestando atención a tantas cosas
mientras tenemos por delante una intensa sesión de lectura. Para tales
ocasiones, inevitables cada tanto, hay una sencilla fórmula que casi
naturalmente nos permite dar lo mejor de nuestras capacidades. Es la más
sencilla de todas las fórmulas y funciona muy bien.
Sigue esta sugerencia y compara los resultados.
1) No es indispensable, pero si puedes conseguirte un lugar donde leer en
soledad, mejor.
2) Consigue objetos decorativos de color azul y de color verde, sin
demasiadas mezclas. Con ellos sólo tienes que colocarlos alrededor de tu mesa
de lectura, dispuestos en distintas partes del lugar. Sea que hayas
conseguido un lugar sólo para ti o que se trate de un lugar tranquilo pero no
del todo tuyo, dispone los objetos decorativos de estos colores alrededor,
será algo provisorio.
3) Cuando leas, no leas de corrido más de 15 páginas ni menos de 10. Trata de
ser estricto. Una vez que hayas leído la página quinceava, cambia el enfoque
de tus ojos: quita la vista del texto y pasea la mirada lentamente por el
entorno.
4) Durante este lapso en el que no estás leyendo, pasea la vista lentamente
por el entorno y enfócate un poco más en los objetos de color que colocaste
alrededor (te ayudará a relajar la vista y la respiración).
5) Mientras estés en esta pausa, aprovecha para repasar mentalmente,
ligeramente, lo leído; servirá para asentar la información y para tomar más
conciencia de lo que aún pueda faltar entender mejor.
5) Cada tanto, durante este descanso de la lectura, mientras paseas la
mirada, parpadea con cierta rapidez. No lo hagas de manera continua, sólo
cada tanto.
6) Mientras estés en este descanso, gira el cuello para relajarlo, y trata de
relajar la mandíbula, abriendo bien la boca. Intenta bostezar algunas veces.
Estírate un poco: la espalda, los brazos, y las piernas.
7) Retoma la lectura y repite el proceso al cabo de otras 15 páginas.
Cada uno de los elementos mencionados tiene importancia. Sigue esta rutina y
te notarás mucho más efectivo y descansado.
Patricio Jorge Vargas
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