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Sin esfuerzo

Nuestra mente necesita tener tanta fuerza como libertad.

Para desarrollar fuerza mental tenemos que hacer esfuerzos intencionales y con cierta regularidad. La condición es clara, es algo parecido a lo que ocurre con los músculos del cuerpo. Y una vez alcanzada cierta potencia mental podemos decir que no nos cuesta nada concentrarnos. Antes no. Así pasa con todas las habilidades. Vemos que el hábil hace las cosas de manera fluida, sin tensiones. Lo que no vemos es el trabajo regular que tuvo que hacer antes de adquirir esa facilidad.

Entre las cosas que podríamos citar que no requieren semejantes esfuerzos para desarrollarse están la relajación y la creatividad. Al menos, los esfuerzos regulares para lograr estos objetivos son bastante diferentes.

Si necesitas relajarte, por definición, debes disolver tensiones. Y si necesitas crear, en vez de sujetar la mente, necesitas darle libertad. Es hasta contraproducente esforzarse en esto.

Para soltar la mente, cada vez que lo necesites, te proponemos algunos ejercicios de muy pequeño esfuerzo y de gran efectividad:

Enfoca tu atención en cosas que sabes que no tienen un significado pero tratando de hallarlo sugerido. ¿Cómo es esto? Por ejemplo, al mirar el cielo con nubes. Las formas de las nubes son azarosas pero si las observas con la actitud mental correcta podrás ver que las nubes pueden sugerir rostros, animales, objetos...

Una pared manchada puede tener el mismo efecto. La copa de un árbol, con sus luces y sombras de follaje, también.

Otra manera de lograrlo, ya más sutil, es desenfocar nuestra percepción de la cosas. A veces alcanza con mirar un objeto de soslayo y ya nos parece otra cosa.

También ocurre cuando miramos algo desde muy cerca; por ejemplo, un guijarro. Si nos acercamos lo suficiente y tenemos la actitud mental adecuada, vemos otras cosas, tal como pasa con las nubes o las paredes manchadas. Puedes intentar cambiar el ángulo habitual desde el cual miras algunos objetos. Una taza o una silla vistas desde muy cerca y desde un ángulo inusual tienen el mismo efecto.

Estas pequeñas experiencias con la percepción son catalizadoras, facilitan la generación de ideas y pensamientos espontáneos. Sólo son necesarios unos minutos para entrar en sintonía con el objetivo que te propones alcanzar. Es suficiente con hacer estos ejercicios por unos pocos minutos cada vez.

Prueba hacer estos ejercicios cuando te sientas que no fluyen las ideas, con bloqueos mentales, saturación. Funcionan de manera similar a las técnicas de meditación.