El ejercicio capital
del Testigo
He hablado de la conciencia testigo que persiste a través de la vigilia,
el sueño y el sueño profundo. Pero el Testigo está completamente presente
en cualquier estado de conciencia, incluyendo el estado de conciencia en
el que ustedes se hallan en este mismo instante. De modo que trataré -eso
es, al menos, lo que pretendo- de inducirles ese estado recurriendo a lo
que se conoce con el nombre de instrucciones para señalar. Pero no aspiro
a que entren en un estado diferente de conciencia, en un estado alterado
de conciencia, en un estado no ordinario, sino que, por el contrario, voy
a señalar algo que ya está sucediendo, de manera ordinaria y natural, en
el estado en el que se encuentran ahora mismo.
Comenzaremos cobrando simplemente conciencia del mundo que nos rodea.
Contemplen el cielo, relajen su mente y permitan que se funda con el
cielo. Observen las nubes que flotan el cielo y dense cuenta que eso no
les exige el menor esfuerzo. Su conciencia presente, la conciencia en que
esas nubes están flotando, es muy simple, muy sencilla, muy fácil y muy
espontánea. Adviertan simplemente que existe una conciencia sin esfuerzo
de las nubes. Y lo mismo podríamos decir con respecto a esos árboles, esos
pájaros y aquellas piedras. Ustedes pueden observarlo sencillamente sin
realizar esfuerzo alguno.
Contemplen ahora las sensaciones que aparecen en su propio cuerpo. Ustedes
pueden ser conscientes de cualquier sensación corporal que se presente,
tal vez la sensación de presión en la zona en que están sentados, quizás
un leve calor en la zona del estómago o una tensión en la nuca. Pero aún
cuando la sensación sea de tensión, ustedes pueden ser fácilmente
conscientes de ella. Estas sensaciones aparecen en su conciencia presente
y esa conciencia es muy sencilla, muy fácil, muy espontánea, y no requiere
esfuerzo alguno. Ustedes simplemente observan sin realizar esfuerzo.
Observen ahora los pensamientos que aparecen en su mente. Tal vez puedan
darse cuenta de la aparición espontánea en su conciencia de imágenes,
símbolos, conceptos, deseos, esperanzas, y miedos. Son pensamientos que
emergen, permanecen durante un rato y terminan desapareciendo. Los
pensamientos y sentimientos aparecen en su conciencia presente de un modo
muy simple, muy fácil y muy espontáneo. Y ustedes se dedican simplemente a
observarlos sin realizar esfuerzo alguno.
Dense ahora cuenta de que, si pueden ver el discurrir de las nubes, es
porque ustedes no son esas nubes sino el testigo que las contempla. Dense
cuenta de que, si pueden experimentar las sensaciones corporales, es
porque ustedes no son esas sensaciones sino el testigo que las contempla.
Dense también cuenta de que si pueden ver el discurrir de los
pensamientos, es porque ustedes no son esos pensamientos sino el testigo
que los contempla. De manera espontánea y natural, todas esas cosas
emergen en su conciencia presente sin que tengan que hacer el menor
esfuerzo.
¿Quiénes son, pues, ustedes? Ustedes no son ninguno de los objetos que se
hallan fuera, ninguna de las sensaciones, ninguno del os pensamientos;
ustedes no son ninguna de esas cosas, sino la consciencia sin esfuerzo que
las contempla. ¿Quiénes o qué son ustedes?
Ahora pregúntense a sí mismos: Yo tengo sentimientos, pero no soy esos
sentimientos. ¿Quién soy yo? Yo tengo pensamientos, pero no soy esos
pensamientos. ¿Quién soy yo? Yo tengo deseos, pero no soy esos deseos.
¿Quién soy yo?
Ahora den un paso atrás hacia la fuente de su conciencia, den un paso
hacia el Testigo y descansen en Él. Y repítanse: Yo no soy objetos, ni
sensaciones, ni deseos, ni pensamientos.
Y aquí es donde la gente suele cometer un gran error, porque creen que,
cuando descansen en el Testigo, van a ver o sentir algo muy especial. Pero
el asunto es que, en tal caso, uno no ve nada raro porque, si viera algo,
eso no sería más que otro objeto, otra sensación, otro sentimiento, otro
pensamiento u otra imagen. Pero todos ésos son objetos, todos ellos son lo
que usted no es.
No, cuando uno descansa en el Testigo y comprende que no es los objetos,
los sentimientos ni los pensamientos- lo único que percibe es una
sensación de Libertad, una sensación de Liberación de la identificación
con los pequeños objetos finitos, con su pequeño cuerpo, con su pequeña
mente y su pequeño ego, todos los cuales son objetos que pueden verse y,
en consecuencia, no pueden ser el verdadero Vidente, el verdadero Yo, el
verdadero Testigo, que es lo que ustedes realmente son.
De modo que, en tal caso, ustedes no verán nada en particular. Todo lo que
aparezca estará bien. Las nubes flotan en el cielo, las sensaciones se
mueven en el cuerpo, los pensamientos discurren por la mente y uno puede
contemplar todo eso sin necesidad de hacer el menor de los esfuerzos.
Todo eso aparece espontáneamente en su consciencia presente sin realizar
esfuerzo alguno. Y esa consciencia testigo no es nada concreto que pueda
ver sino una inmensa sensación de Libertad la Vacuidad pura- en la que
emerge el mundo manifiesto. Usted es esa Libertad, esa Apertura, esa
Vacuidad y no cualquier cosa que emerja en ella.
Descansando en ese Testigo vacío y libre, adviertan ahora que las nubes
están apareciendo en el inmenso espacio de su consciencia. Las nubes
emergen dentro de ustedes, ustedes pueden degustar las nubes, ustedes son
uno con las nubes, que se hallan tan próximas que es como si estuvieran
desde este lado de su piel. El cielo y su conciencia son uno y todas las
cosas que hay en el cielo están flotando en el interior de su conciencia.
Y todo eso se halla tan próximo que pueden besar el sol y tragarse las
montañas. Según el Zen, cuando dentro y fuera dejan de ser dos, cuando
sujeto y objeto son no dos, cuando el observador y lo observado se tornan
Un Solo Sabor, uno puede beberse el océano Pacífico de un solo trago; y
ésa es la cosa más fácil del mundo. ¿Se dan cuenta de ello?
Recomendaciones
En el camino que conduce a Un Solo Sabor, las personas suelen incurrir en
dos tipos de errores. El primero de ellos se refiere a lo que ocurre
cuando uno establece contacto con el Testigo, mientras que el segundo
afecta al paso que conduce desde el Testigo a Un Solo Sabor.
Veamos. Existe la creencia de que en el momento en que uno establece
contacto con el Testigo (con el Yo-Yo) verá algo muy especial. Pero lo
cierto es que, en ese momento, uno no ve nada sino que simplemente
contempla todo lo que aparece, porque uno no es algo que pueda verse sino
el Vidente puro y vacío. Las luces, la beatitud y las visiones súbitas no
son más que objetos y, en consecuencia, no tienen nada que ver con el
Testigo, y aunque, finalmente, en Un Solo Sabor uno se convierta en todo
lo que ve, no se puede empezar tratando de hacer eso tratando de ver la
Verdad- por que ese mismo intento obstaculizaría su emergencia. Es por
ello que tenemos que partir de ( yo no soy esto, yo no soy eso).
De modo que el primer error impide la presencia del Testigo tratando de
convertirlo en un objeto que pueda ser apresado, cuando lo cierto es que
es el Vidente de todo cuanto aparece y sólo puede ser experimentado en
tanto que sustrato de Libertad y Liberación de todos los objetos.
Descansando en esa Libertad y Vacuidad en la contemplación ecuánime de
todo lo que emerge se dará cuenta de que el yo separado (o ego) aparece en
su conciencia como cualquier otra cosa. Y eso es algo que usted puede
sentir del mismo que puede sentir sus piernas, una mesa, una piedra o sus
propios pies.
La contracción sobre uno mismo se experimenta como una tensión interior
que, a menudo, se halla localizada detrás de los ojos y se ancla en forma
de una leve tensión muscular en todo el cuerpo mente. Es una sensación de
contracción frente al mundo, una ligera tensión que afecta a la totalidad
del cuerpo-mente. Es una sensación de contracción frente al mundo, una
ligera tensión que afecta a la totalidad del cuerpo. Advierta,
simplemente, esa tensión.
Cuando uno descansa en el Testigo vació y se percata de esa contracción
sobre uno mismo supone erróneamente que, para pasar finalmente desde el
Testigo hasta Un Solo Sabor, tiene que desembarazarse de ella (liberarse
del ego). Y ése es el segundo error, un error que no hace más que
fortalecer la tensión.
Nosotros creemos que la contracción sobre uno mismo oculta o eclipsa el
Espíritu cuando, de hecho como ocurre con cualquier Forma del universo- no
es más que otra de sus resplandecientes manifestaciones. Todas las Formas
incluida la forma del ego- no son más que Vacuidad. Es más, el único que
quiere desembarazarse del ego es el propio ego. El Espíritu ama todo lo
que emerge tal cual es. El testigo ama el ego, porque el Testigo es la
mente espejo ecuánime que refleja y abraza con la misma aceptación todo
cuanto aparece.
Pero el ego decide jugar al juego de desembarazarse de sí mismo porque,
mientras tanto, seguirá existiendo (¿quién, sino, está jugando?). Como
dijera Chuang Tzu hace ya mucho tiempo: ¿No es acaso el deseo de librarse
del ego una manifestación del ego?.
El ego no es más que una tensión sutil y usted no puede recurrir a la
tensión para librarse de la tensión porque, en tal caso, terminaría con
dos tensiones en lugar de una. El ego es una manifestación perfecta de lo
Divino y funciona mejor descansando en Libertad que tratando de
desembarazarse de él, lo cual, dicho sea de paso, no hace sino aumentar su
contracción.
¿Cuál es, entonces, la práctica adecuada? Cuando usted descanse en el
Testigo, cuando usted descanse en el Yo-Yo, cuando usted descanse en la
Vacuidad, preste atención simplemente la contracción sobre sí mismo.
Descanse en el Testigo y advierta esa contracción porque, para sentir esa
contracción, para contemplarla, deberá haberse desidentificado y, en
consecuencia, liberado de ella. Entonces, usted estará mirando desde la
posición del Testigo que siempre se halla libre de todos los objetos.
De modo que descanse en el Testigo y percátese de la contracción sobre sí
mismo, exactamente del mismo modo en que puede sentir la silla en la que
se sienta, la tierra o las nubes que flotan en el cielo. Los pensamientos
flotan en la mente, las sensaciones flotan en el cuerpo, la contracción
sobre sí mismo sobrevuela en su consciencia y usted contempla todo eso de
un modo espontáneo y ecuánime.
En ese estado simple, cómodo y sin esfuerzo, no está tratando de
desembarazarse de la contracción sino sencillamente sintiéndola, y
mientras esté descansando en el Testigo o Vacuidad que es, Un Solo Sabor
podrá resplandecer con más facilidad. No hay nada que uno pueda hacer para
provocar (o causar) Un Solo Sabor, por que, Un Solo Sabor no es el
resultado de acciones temporales, siempre está completando presente y uno
nunca se ha alejado de él.
Lo máximo que uno puede hacer por vía del esfuerzo temporal, es evitar
estos dos grandes errores. No trate, pues, de ver al Testigo como un
objeto, sino que descanse simplemente en Él en tanto que Vidente, ni trate
tampoco de desembarazarse del ego sino que dedíquese, simplemente, a
percibirlo. De ese modo, se colocará al borde del abismo de su Rostro
Original.
Descanse en el Testigo y dése cuenta de la contracción sobre usted mismo:
ése es precisamente el ámbito en que Un Solo Sabor puede resplandecer con
más intensidad. Pero no lo haga para conseguir esto o aquello, sino de un
modo espontáneo durante todo el día y toda la noche, permaneciendo de pie
al borde de su más sorprendente reconocimiento.
Estos serían los pasos a dar:
Descanse en el Testigo y experimente la contracción en sí mismo, y cuando
lo haga, dése cuenta de que el Testigo no es la contracción, sino que es
consciente de ella. El Testigo está libre de la contracción... y usted es
el Testigo.
En tanto que Testigo, usted se halla libre de la contracción en sí mismo.
Descanse en esa Libertad, Apertura, Vacuidad y Liberación. Experimente esa
contracción y déjela ser, del mismo modo que permite la existencia de
cualquier otro tipo de sensación. No trate de librarse de las nubes, los
árboles o el ego sino permítales ser mientras permanece relajado en el
espacio abierto de Libertad que usted es.
En ese espacio de Libertad y de un modo espontáneo - uno puede advertir
que la sensación de Libertad carece de interior y de exterior, de centro y
periferia. Los pensamientos flotan en esta Libertad, el cielo flota en
esta Libertad, el mundo emana de esta Libertad y usted es Eso. El cielo es
su cabeza, el aire su respiración, la tierra su piel, y todo ello de un
modo inmediato e íntimo. Cuando uno descansa en esta Libertad, que es
Plenitud infinita, se convierte en la totalidad del Mundo.
Éste es el mundo de Un Solo Sabor, un mundo que no tiene ni dentro ni
fuera, sujeto y objeto, aquí ni fuera de aquí; un mundo que carece de
origen y de final, de objetivos y de medios, de camino y de meta. Ésta,
como dijo Ramana Maharshi, es la verdad última.
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