Toma la iniciativa y
emprende la acción
A menudo sabemos qué es lo que tenemos que hacer pero no lo hacemos, no
emprendemos la acción. ¿Por qué seguimos aplazando tareas? ¿Qué es lo que
nos frena? La indecisión y la postergación son dos de los principales
obstáculos en la consecución de nuestros objetivos. El exceso de análisis
suele ser otra buena excusa para la inacción.
Para evitar emprender la acción recurrimos a diferentes tipos de
racionalizaciones. Muchas veces tratamos de convencernos de que es mejor
quedarnos en nuestro estado actual, conocido y seguro, que correr el
riesgo de enfrentarnos a las consecuencias desconocidas del cambio. Esta
fase de incomodidad actúa como elemento de disuasión para iniciar la
acción. El miedo al fracaso nos inhibe; pensamos que emprender la acción
es más doloroso que aplazarla.
A veces nos quedamos esperando a que nos llegue la motivación para iniciar
una tarea, pero la motivación no llega por arte de magia. Utilizando las
palabras de Burns (*): "primero no viene la motivación, sino la acción
productiva". Por eso es tan importante dar el primer paso, tanto si nos
apetece como si no. Cuando empezamos a lograr objetivos, entonces sí que
nos sentimos motivadas para continuar trabajando. Y cuanto más a menudo
tomamos decisiones, más fácil nos resulta hacerlo.
Otras veces nos quedamos atrapadas en la planificación: queremos tener
todas las variables bajo control antes de dar el primer paso. Pero el
control es una ilusión; esa situación no llega nunca. Cuántas veces hemos
dicho ante un examen: "si hubiera tenido una semana más..."
"Si queremos sentirnos cómodos, tener el control y actuar con eficacia,
confianza y valentía, primero debemos sentirnos incómodos, no tener el
control y actuar de una manera incompetente, sin confianza..."
Dryden, W. Beating the comfort trap, Londres, Sheldom, 1993
En una sociedad cambiante como la actual, al pez que no se mueve se lo
lleva la corriente. Planificar es necesario, pero si nos quedamos
atrapadas en esta fase y no actuamos, estamos perdiendo oportunidades; a
veces es preferible quedarse con lo bueno que aspirar a lo óptimo.
"Evitemos el síndrome análisis-parálisis. Si somos demasiado
perfeccionistas dejaremos pasar oportunidades. No olvidemos que la
velocidad es una ventaja competitiva"
Manuel Schneer Construyendo la propia marca. Marketing personal para un
profesional. Barcelona, Editorial granica, 2003
Te recomendamos acortar el lapso de tiempo que transcurre entre
planificación y acción; una vez te hayas propuesto un objetivo, empieza lo
antes posible. Céntrate en los resultados que esperas conseguir. Sólo
podremos estar seguras de que hemos tomado la decisión correcta a
posteriori, evaluando su resultado. Si emprendes la acción y te equivocas,
siempre puedes integrar esta experiencia de cara al futuro. Eso es mucho
mejor que lamentarse eternamente por lo que podías haber hecho y no
hiciste.
(*) Burns, D.D. El manual de ejercicios de sentirse bien, Barcelona,
Paidós, 2002.
Maria Pallarés
Coach Personal
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Última modificación de la página:08/04/2013
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