En El cerebro y el mito del yo, Rodolfo Llinás,
uno de los padres de la neurociencia moderna, presenta un original
punto de vista de la evolución y la naturaleza de la mente. De
acuerdo con Llinás, el estado mental evolucionó para permitir las
interacciones predictivas entre las criaturas vivas con movimiento y
su medio ambiente. Él ilustra la evolución temprana de la mente a
través de un animal primitivo, la Ascidiacea, un tunicado cuya forma
larval adulta tiene un ganglio similar a un cerebro que recibe
información sensorial acerca del medio ambiente circundante. La
forma adulta de este animal se adhiere a un objeto estacionario y
digiere la mayor parte de su propio cerebro, lo cual sugiere que el
sistema nervioso evolucionó hasta permitir el movimiento activo en
los animales. Para moverse con seguridad en el medio ambiente, una
criatura, cualquiera que ella sea, debe prever el resultado de cada
uno de sus movimientos con base en los datos que le llegan por los
sentidos.
La exposición de la evolución y del desarrollo de la conciencia que
presenta Llinás es lo suficientemente accesible e intrigante como
para despertar el interés del lector, tanto desde el punto de vista
científico como desde el punto de vista filosófico. Con base en la
investigación de muchos años, este libro explica nuestra conciencia
como el vínculo sincrónico entre el sistema tálamo-cortical y el
movimiento físico. Ilustrado con delicadas imágenes artísticas y
científicas en respaldo a las teorías expuestas, el libro de Llinás
plantea varios desafíos científicos y epistemológicos.
¿Cuál es el error de Descartes? Para Antonio Damasio,
uno de los más prestigiosos investigadores en neurofisiología, el de
separar el cuerpo de la mente, con su tesis de que pensar es igual a
ser, cuando se trata justamente de lo contrario: en el principio fue
el ser, posteriormente el pensar; somos, luego pensamos. Creer que
las operaciones más refinadas de la mente están separadas de la
estructura y del funcionamiento del organismo biológico es un error,
porque el cerebro y el resto del cuerpo constituyen un organismo
indisociable integrado por circuitos reguladores bioquímicos y
neurales que se relacionan con el ambiente como un conjunto, y la
actividad mental surge de esta interacción. Esta innovadora visión
del hombre se desarrolla en un libro que es, a la vez, riguroso y
accesible. Partiendo de casos reales y bien documentados, el autor
nos lleva a comprender cómo se forman las imágenes que percibimos,
cómo se depositan nuestros conocimientos, cómo opera la memoria,
cómo actúan los mecanismos reguladores de nuestra vida, qué son las
emociones y sentimientos y, en definitiva, nos proporciona los
conocimientos esenciales sobre el funcionamiento del cerebro. Este
libro que José Antonio Marina ha calificado de «relato intrigante»
ofrece, en suma, la mejor síntesis disponible de los conocimientos
neurológicos sobre un tema capital: la acción humana.
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