Madrugadores y trasnochadores:
diferente actividad cerebral
El equipo de neurocientíficos de la Universidad de
Alberta analizó dos grupos de personas: los madrugadores, o aquellos
que se despiertan temprano y se sienten más productivos por la
mañana, y los trasnochadores, o aquellos que típicamente se sienten
más activos por la noche que por la mañana.
En el estudio se dividió a los 18 participantes en dos grupos (9
madrugadores y 9 trasnochadores) después de completar un
cuestionario estándar sobre sus hábitos. A los participantes se les
evaluó utilizando tres técnicas diferentes en cuatro ocasiones: a
las 9 de la mañana, a la 1 del mediodía, a las 5 de la tarde y a las
9 de la noche.
Entre otras cosas, los investigadores midieron cuánta fuerza
muscular podían generar los participantes de los dos grupos durante
las contracciones máximas de los músculos.
El equipo de investigadores, integrado por Olle Lagerquist, quien
concibió la idea original de los experimentos, y Alex Tamm,
Alejandro Ley y Dave Collins, realizó tres descubrimientos
importantes, y el más relevante ha sido el de las diferencias de la
actividad cerebral entre los dos grupos.
La excitabilidad cortical de los madrugadores disminuyó durante el
día. Tuvo su punto más alto por la mañana y el más bajo por la
noche. Sin embargo, ocurrió lo contrario en los trasnochadores; su
actividad cerebral tuvo el punto más alto a las 9 de la noche.
Los investigadores quedaron sorprendidos ante el resultado de la
estimulación de la médula espinal, que mostraba la respuesta de
reflejos durante el día. Comprobaron que la excitabilidad de la
médula espinal se incrementaba a lo largo del día en ambos grupos.
En la prueba que midió la fuerza muscular máxima, los madrugadores
tuvieron resultados menos buenos que los trasnochadores, quienes se
vuelven más fuertes físicamente en el transcurso del día. Los
madrugadores no experimentaron cambios en la fuerza que generan
durante las contracciones musculares máximas en todo el día.
Los investigadores creen que los madrugadores nunca alcanzan su
rendimiento máximo real porque su actividad cerebral y la actividad
de su médula espinal siguen caminos distintos. El cerebro y la
médula espinal de los trasnochadores tienen su actividad máxima por
la noche, y estos últimos logran su eficiencia máxima en esa franja
horaria.
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