Artículo extraído de Solohijos.com
Aprender
cantando
Todos recordamos canciones de nuestra infancia, aquélla que nos cantaba
nuestra madre o la que aprendimos en el colegio. Nuestros hijos también
necesitan aprender canciones, y no sólo porque sean bonitas o divertidas,
sino también para mejorar intelectual, emocional y físicamente. A veces
utilizamos las canciones para que nuestro hijo no se aburra, pero
seguramente ni nos damos cuenta de todo lo que estamos aportando.
La canción, además de ser uno de los recursos lúdicos que tenemos más a
mano y disponible en cualquier momento, es un importante instrumento
educativo. Puede utilizarse para conseguir distintos objetivos, pero
siempre, siempre, hace que el camino para llegar hasta ellos sea un camino
fácil y divertido de andar.
* Desarrolla el oído musical de nuestro hijo, lo que facilita su
introducción al mundo de la música y le ayuda a reconocer y distinguir los
distintos sonidos que nos acompañan en nuestra vida cotidiana. Hay
canciones, sobre todo dirigidas a los más pequeños, en las que aparecen
onomatopeyas o sonidos conocidos por el niño; cantar este tipo de
canciones les ayuda a identificar estos sonidos cuando aparecen en
contexto. Por ejemplo, canciones en las que se habla de un despertador
(tic-tac, tic-tac, ¡RIIIIIING!) o de un tren (PIIII-PIIIII, chucu-chucu-chucu...).
* Favorece la expresión artística. A menudo podemos ver, en las clases de
niños de 5 o 6 años, una pared llena de dibujos elaborados a partir de las
audiciones de las canciones y en los que se reflejan elementos o motivos
que aparecen en las letras. La canción Tengo una muñeca o Barquito
chiquitito son ejemplos de canciones que se pueden emplear con esta
finalidad.
* Ayuda a anticipar, organizar y sincronizar el movimiento. Bailar, dar
palmas o caminar al ritmo de una canción son actividades que trabajan
ritmo y movimiento conjuntamente.
* Acompañar el canto con algún instrumento ayuda a la estimulación del
tacto, ya que no todos los instrumentos se tocan de igual manera ni dejan
la misma sensación en las manos. Resulta divertido y enriquecedor seguir
el compás de una canción con un triángulo, un xilófono o una pandereta.
* Desarrolla la imaginación y la capacidad creativa. Canciones como
Carrascal o Muriéndose de risa ofrecen elementos suficientes para
desarrollar la imaginación y la capacidad creativa de nuestro hijo. Son un
tipo de canciones que, igual que algunas otras, ofrecen la posibilidad de
ir añadiendo estrofas. Es entretenido y divertido cambiar la letra de una
canción o inventarse estrofas haciendo referencia a nuestra casa, a lo que
hacemos cada día o a nosotros mismos.
* Refuerza la memoria. Un aspecto muy importante que trabajan las
canciones es la memoria; algunas estructuras lingüísticas se fijan más
fácilmente en la memoria acompañadas de música. Un claro ejemplo de esto
es la forma en que muchos aprendíamos las tablas de multiplicar, ¿cuántos
no recordamos la entonación que acompañaba a la tabla?
* Ayuda en el tratamiento de los problemas de lenguaje. Algunos niños
tienen problemas de pronunciación u otro tipo de problemas o retrasos en
el aprendizaje del lenguaje. Gracias a las canciones, el niño trabaja sus
dificultades sin que esto suponga un gran esfuerzo para él. Imaginemos un
niño con problemas de pronunciación de la 'jota'; podríamos utilizar
alguna canción como En el balcón de palacio, por sus repetidos "ji-ji, ja-ja",
para trabajar ese fonema.
* Ayuda a exteriorizar las emociones. Una canción nos permite llegar hasta
el corazón de nuestros hijos. A veces podemos adivinar su estado de ánimo
oyendo las canciones que escoje espontáneamente. La musicoterapia trabaja
mucho en este sentido, no sólo para hacer un diagnóstico del niño sino
también para tratar de mejorar su estado emocional con la ayuda de la
música y las canciones.
* Facilita las relaciones sociales con los demás. Gracias al canto coral,
es decir, a cantar con otros niños, nuestro hijo aprende a relacionarse
con sus compañeros. En ocasiones podemos ver cómo los niños cantan juntos
una canción o se enseñan las estrofas que se saben, etc. ¿Qué decir de las
innumerables canciones que llegamos a cantar a coro en cada excursión?
No debemos olvidar que las canciones populares son una valiosa fuente de
aspectos culturales. Con ello queremos decir que enseñar una canción a un
niño es mostrarle un elemento más de la sociedad en la que vive, y por lo
tanto le ayuda a integrarse mejor en ella. Hay muchas canciones que
pertenecen a una fiesta o tradición concreta del año, por ejemplo los
villancicos de Navidad. Cantar estas canciones se convierte en un
referente cultural muy importante para el niño.
Animémonos, pues, a cantar; a recordar aquellas canciones que cantábamos
en nuestra infancia; a sentarnos con nuestro hijo y cantar las canciones
que ha aprendido en la escuela; en definitiva, a compartir un espacio de
música y alegría.
Autor/a: Anna Garí Campos, Psicóloga clínica
© Copyright Solohijos 1, S.L.
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Última modificación de la página:03/12/2007
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