Las dificultades de aprendizaje y los fracasos en la organización  

 

Muchas empresas tienen dificultades para desarrollarse y crecer, porque no logran un buen nivel de aprendizaje.

Lo mismo que le sucede al ser humano, le ocurre a las empresas. Los problemas de aprendizaje, la falta de una buena metodología (que una vez internalizados en el trabajo, es casi imposible revertirlo), son los responsables de gran parte de los fracasos.

En este capítulo se analizan los elementos más comunes dentro de las organizaciones, que dificultan un buen nivel de aprendizaje y que se los califica como barreras.

La gente que trabaja en relación de dependencia, habitualmente se siente como la pieza de un sistema y considera que su responsabilidad se limita a hacer el trabajo asignado. Esa responsabilidad limitada impide ver o entender los objetivos generales de la organización, como así también, dificulta entender que la tarea de uno es un componente del resultado final.

Existe la tendencia de buscar afuera los responsables a la falta de logros o resultados. El ejemplo más común es cuando se apunta a la competencia, cuando los resultados deseados no se obtienen. Incluso dentro de la organización, cuando un departamento no alcanza sus objetivos, busca la culpa en otro sector que no apoya una propuesta o no trabaja a la par. Cuando esto se instala, trae como consecuencia, la imposibilidad de detectar los motivos de fracasos en los resultados.

Otro error común es adelantarse demasiado a los acontecimientos. Muchas veces las empresas tratan de evitar los problemas montando todo un sistema que analice los posibles inconvenientes, resultando que los costos necesarios para esta previsión son desmedidos comparándolo con lo que significaría un ajuste o corrección.

Hay que evitar ver los hechos próximos, los acontecimientos inmediatos, sin hacer un análisis más amplio de una situación. Lo verdaderamente importante es ver las causas de esos hechos. Se comete el error de trabajar con los últimos datos y se olvida con rapidez otros más antiguos. Esto lleva a sacar conclusiones apresuradas y, por lo tanto, incorrectas. Lo que puede afectar a una organización no es un hecho puntual, sino una tendencia que se va gestando progresivamente.

Es cierto que hoy los cambios son muy acelerados y el ritmo de trabajo es rápido también, pero los peligros de una organización están en las modificaciones paulatinas, las tendencias. No debe perderse de vista este aspecto del cambio y tratar de hacer un análisis para incorporar elementos creativos que permitan dirigir o corregir el rumbo de la empresa. En todo momento hay que tratar de tomar distancia para poder ver las cosas en perspectiva y poder tener así, una visión más amplia.

Un buen método de aprendizaje se logra a través de la experiencia. Ante un hecho, se analizan las consecuencias y en otro nuevo, se logran mejores resultados. Pero en determinado nivel gerencial, el aprendizaje por ensayo y error no es posible, porque lo que está en juego no da margen para el error, o no es posible trabajar sobre las consecuencias, porque determinados hechos afectan todo el sistema y lo afectan por largo plazo.

Para detectar y estudiar cada uno de los problemas planteados anteriormente, las organizaciones recurren a equipos administrativos, formados por managers capacitados, que en conjunto procuran resolver los problemas que se van planteando. En la práctica sucede que estos equipos son eficientes para resolver problemas cotidianos, pero ante situaciones más complejas, buscan no exponerse. Los problemas se resuelven hacia lo que se nota más aceptado por todos, nadie manifiesta abiertamente su desacuerdo o desaprobación y muchas veces la solución que se adopta es aquella que es expresada por el integrante del equipo que tiene mayor predominio en el grupo.

Los grupos no aceptan de buen grado un planteo desequilibrante de alguno de sus miembros, lo cual significa que estos equipos están cerrados al verdadero aprendizaje.

Todos estos problemas de aprendizaje han traído como consecuencia fracasos en numerosas organización y se presentan también en momentos de la historia donde las consecuencias han sido terribles y profundas. A lo largo del tiempo se repiten y son elementos que valen la pena tenerlos presentes para saber mirar más allá de lo cotidiano, y poder acomodar el rumbo, evitando situaciones que deriven en consecuencias irreversibles para la actividad empresaria.

Fuente: La quinta disciplina. Peter M. Senge. Ediciones Gránica S.A.

 

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