Campus virtuales, algo más que un aula
para
el e-learning.
Aulas sin muros. Un profesor en casa. Clases sin reloj. Un café a 20.000
kilómetros. Aprender "haciendo". Este es el gran reto de la Nuevas
Tecnologías aplicadas a la formación: lograr una situación, lo más real
posible, lo más cercana a estar presente, utilizando como interface un
ordenador.
En el campus virtual el alumno encuentra, de forma simulada, los servicios
que ofrece un centro de formación presencial: tutorías, documentación,
bibliografía, comunicación, foros, casos prácticos, cafetería,
administración, secretaría, etc. El continuo avance en programación
audiovisual y multimedia permite utilizar diversos elementos para que esto
sea posible.
Sin embargo, un campus virtual no es sólo el escenario interactivo en el
que se desarrolla cualquier programa de e-learning. Implantarlo no es tan
fácil como parece. Hay que disponer de equipamientos, modelos pedagógicos
adecuados, ofrecer contenidos de calidad, potenciar la interactividad y
enseñar a colaborar.
El mito y la experiencia
Plantearse cómo están evolucionado los campus virtuales es adelantarse un
poco a los hechos tal vez sería mejor considerar cómo está naciendo. El
fenómeno Internet cuenta apenas cinco años. En su vertiente más educativa,
el e-learning, se ha avanzado mucho en poco tiempo pero aún queda bastante
por hacer para consolidar este nuevo método educativo. Empecemos
desterrando tabúes.
Se cuestiona el hecho de que sus usuarios no lleguen ni siguiera a entrar
en el campus virtual. "Esta afirmación está hecha desde el
desconocimiento. Cuando hablamos de campus virtual, hacemos referencia a
la plataforma educativa a la que accede el alumno. Detrás de cada una de
sus instalaciones existe un equipo de trabajo que sigue cada uno de los
pasos de sus usuarios, de manera que el título sólo se entregará a
aquellos que hayan superado el 90% de los criterios establecidos", comenta
Susana Barrientos, coordinadora académica de Universidad Abierta
Interactiva.
Al contrario de lo que se pueda creer, el grado de implicación de los
profesores es mucho mayor que en la formación presencial. "Es cierto que
el factor de autoaprendizaje predomina sobre cualquier otra forma y que es
el alumno quien marca su propio ritmo de trabajo, pero siempre bajo la
supervisión de los coordinadores, quienes programan en la agenda de los
alumnos todas las actividades a realizar", apunta Susana Barrientos.
No tenemos ninguna garantía de que los asistentes adquieran las mismas
nociones sobre lo impartido. Existen tutorías, controles y foros que
permiten a cada alumno asentar sus conocimientos y resolver dudas. Es más,
esta modalidad es más instantánea que las presenciales puesto que en el
momento de enfrentarse a la materia surgen numerosas cuestiones que no
pueden ser resueltas. Para ellos se incorporan las conocidas opciones de
correo electrónico para comunicarse con el tutor o con otros estudiantes.
Es más instantáneo. Las dudas en el momento de estudio pueden ser
resueltas en el momento de la dificultad, no así en la formación
presencial. Se trata, en definitiva, de un sistema que permite
personalizar los contenidos.
Aquellas tecnologías con las que no estamos familiarizados no invitan a su
utilización. Se cuestiona la capacidad de que los alumnos puedan aprender
a navegar por Internet. "La plataforma educativa de Universidad Abierta
Interactiva incluye una demostración para que los alumnos aprendan su uso.
Es más, estos nunca me han planteado problemas en la navegación", señala
Esperanza Cuenca, otra de las coordinadoras académicas de Universidad
Abierta Interactiva.
Un escenario de futuro
Lo cierto es que el e-learning en España se encuentra en una fase inicial
de expansión y su mercado es todavía joven. El futuro de los campus
virtuales pasa irremediablemente por una mejora de las telecomunicaciones,
pues el e-learning se apoya de forma total en ella como soporte para el
acceso e intercambio de información. Por lo tanto, la calidad de las
telecomunicaciones utilizadas como autopistas de información van a influir
de forma absoluta en el sistema de formación online.
Actualmente se vive en un periodo de transición en este campo. La
tecnología informática ha avanzado de forma que las telecomunicaciones
hacen inviables aplicaciones por su falta de ancho de banda para
soportarlas. Las tecnologías de banda ancha no están diseñadas y testeadas,
pero el verdadero problema se centra en la falta de inversión en
infraestructuras. A corto plazo, se vislumbran soluciones: Internet de
segunda generación (Internet 2, Ipv6) o las tecnologías DSL que ya se
están implantando. Esto permitirá la utilización de herramientas enfocadas
a dotar de un componente audiovisual a la formación no presencial, como
videoconferencias, voz sobre IP (en este campo existen iniciativas que
optimizan hasta límites insospechados el ancho de banda disponible en
beneficio de una mayor calidad de señal recibida), compartición de
aplicaciones, etc. cuyo uso, actualmente, aun cuando son tecnologías
contrastadas, no es viable porque no todos los usuarios disfrutan de buen
acceso.
Estamos en un campo, el e-learning, que "no ha hecho más que empezar" en
todos los aspectos: metodológico, tecnológico y de aceptación por parte de
la comunidad educativa, con la característica de estar soportado (en un
alto porcentaje de iniciativas) en una red que no parará de crecer y
optimizar recursos.. Coincidirán conmigo en que el panorama no puede ser
más alentador.
por Diego Sánchez www.baquia.com
Diego Sánchez es responsable del Departamento Técnico de la Universidad
Abierta Interactiva
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