Tus objetivos debes expresarlos íntimamente - en tus
pensamientos y en tus notas privadas - y de manera estimulante, no
negativa, específica y no ingenua. Tienes que obtener las imágenes
mentales adecuadas.
La producción de imágenes queda alineada con la expresión de los
objetivos. Si estos están en formato negativo las imágenes serán
inadecuadas. Si no eres específico en la expresión tampoco lo serás en las
imágenes.
Ejemplo de expresión negativa: "No quiero discutir más con el encargado".
(Si hubieses dicho "No quiero discutir más", además de negativa sería
inespecífica).
¿Por qué razón es una expresión de objetivos mal hecha? Por la sencilla
razón de que tu cerebro producirá automáticamente las imágenes de la
discusión antes que las de no discusión. "Lo que nombras lo invocas".
Ejemplo de expresión positiva: "Conversaré tranquilamente con el
encargado". Si hay alguna producción involuntaria de imágenes es menos
probable que sean las de una discusión.
¿Por qué razón es tan importante que las imágenes sean de una forma u
otra? Las imágenes mentales tienen un efecto formidable para condicionar a
nuestras acciones en una dirección u otra y a nuestro cerebro le resulta
inevitable producir imágenes mentales. O intervenimos conscientemente para
configurar el efecto que tendrán o sucumbimos inconscientemente a ello.
Lo que expresamos dispara imágenes y las imágenes disparan reacciones a
favor o en contra de lo que nos proponemos.