Técnicas de estudio, concentración, memoria, comprensión, y desarrollo de habilidades mentales

Consideraciones acerca de los acertijos

 

De la mañana a la noche n os vemos permanentemente enfrentados a acertijos, generalmente ideados para la recreación y el pasatiempo.


La curiosa tendencia a proponer acertijos no es peculiar a ninguna raza ni a ningún período de la historia. Es simplemente innata a cualquier hombre, mujer o niño inteligente.


Los teólogos, científicos y artesanos están permanentemente ocupados en tratar de solucionar problemas, mientras que todo juego, deporte y pasatiempo se basa en problemas de mayor o menor dificultad. La pregunta espontánea planteada por un niño a su padre, por un ciclista a otro mientras toman un breve descanso, por un jugador da cartas durante la hora de comer, o por un navegante mientras examina perezosamente el horizonte, es frecuentemente un problema de considerable dificultad.

 
Resumiendo, todos estamos proponiéndonos acertijos unos a otros, todos los días de nuestras vidas, no siempre sabiéndolo.


Un buen acertijo debe exigir el ejercicio de nuestro mejor ingenio y habilidad, aunque cierto conocimiento de matemáticas y alguna familiaridad con los métodos de la lógica son frecuentemente de gran ayuda en la solución de estas cosas, aun así, a veces sucede que una dosis de astucia y sagacidad naturales son de considerable valor. Porque muchos de los mejores problemas no pueden resolverse por ningún método escolástico conocido, sino que deben atacarse por lineamientos completamente originales. He aquí por qué, luego de una larga y amplia experiencia, uno encuentra que determinados acertijos a veces serán resueltos con más facilidad por personas que sólo tienen buenas facultades naturales, que por las más educadas. Los mejores jugadores de juegos de ingenio tales como el ajedrez y las damas, no son matemáticos, aunque es posible que ellos tengan mentes matemáticas sin desarrollar.


Es extraordinaria la fascinación que un buen acertijo ejerce sobre mucha gente. Sabemos que es un asunto trivial, y aún así nos sentimos impulsados a dominarlo; y cuando lo hemos logrado nos inundan un placer y una sensación de satisfacción que son recompensa suficiente para nuestros esfuerzos, aun cuando no haya ningún premio que ganar. ¿Qué es este misterioso encantamiento que muchos encuentran irresistible? El hecho curioso es que en cuanto el enigma ha sido resuelto, el interés generalmente desaparece. Lo hemos logrado, y esto es suficiente. Pero, ¿por qué hicimos el intento de resolverlo?

 
La respuesta es simplemente que nos da placer buscar la solución. Un buen acertijo, al igual que la virtud, es su propia recompensa. Al hombre le fascina verse enfrentado a un misterio, y no es enteramente feliz hasta que lo ha desentrañado. Nunca nos gusta sentir nuestra inferioridad mental respecto a quienes nos rodean. El espíritu de rivalidad es innato en el hombre; estimula al niño más pequeño, en los juegos o en el estudio, para mantenerse al nivel de sus compañeros, y en la vida adulta convierte a los hombres en grandes descubridores, inventores, oradores, héroes, artistas, y (si tiene propósitos más materiales) quizás millonarios.


La gente generalmente comete el error de confinarse a un pequeño rincón del Reino de los Acertijos, y de esa forma pierde oportunidades de nuevos placeres que están al alcance de la mano. Unos se dedicarán a los acrósticos y otros acertijos de palabras, otros se dedicarán a los rompecabezas matemáticos, otros a problemas sobre el tablero de ajedrez, y así sucesivamente. Esto es un error, por que restringe nuestro placer, y desdeña aquella variedad, que es tan saludable para el cerebro. Además, hay una utilidad práctica en la resolución de acertijos. Se supone que el ejercicio regular es tan necesario para la mente como lo es para el cuerpo, y en ambos casos no es tanto de lo que hacemos, sino del hecho de hacerlo de lo que extraemos un beneficio. La caminata diaria recomendada por el médico para el bien del cuerpo, o el ejercicio mental diario, pueden en sí parecer una gran pérdida de tiempo, que no es tal, ya que son beneficiosos para nuestro cuerpo y nuestra mente. Los acertijos mantienen la mente alerta, estimulan la imaginación, y desarrollan las facultades de razonamiento. Y no sólo son útiles en esta forma indirecta, sino que muchas veces nos ayudan directamente, enseñándonos pequeños trucos y "artimañas" que pueden aplicarse a los asuntos de la vida en los momentos más inesperados y de las formas más insospechadas.


Jesús Escudero Martín
(Profesor de Matemáticas e Informática del I. E. S. Fray Luis de León de Salamanca)
 

 

     Más artículos de Educación Mental           Otros temas         

 

Puedes recibir estos artículos en tu casilla de e-mail suscribiéndote a nuestro boletín.
Boletin Mentat de Educación Mental
suscribir dar de baja

 

 

 

 

Curso Mentat Gold

 

Educando a nuestra mente podemos acceder al dominio de recursos extraordinarios para todos los aspectos de la vida. El estudio, el trabajo y las relaciones interpersonales tienen un nuevo color. Tener mayor habilidad mental se traducirá en más oportunidades.

Solicita más información enviando un e-mail a contacto@mentat.com.ar

 

 

Home    Artículos    Mensa    Librería    Cursos    Tips    Links    Contacto    Suscripción    Presentación

 


Última modificación de la página:09/02/2004

Copyright: © 2002, 2003, 2004 por Ment@t

Todos los derechos reservados acerca de, concepto, diseño, imágenes y contenido

mentat@mentat.com.ar

Optimizado para Internet Explorer y área de pantalla de 800 x 600 píxeles