Controle su tiempo personal   

 

 

Tal vez no disponga de mucho tiempo para sí mismo, pero nunca le faltará por completo y probablemente posee más de lo que supone. Todo lo que requiere para empezar a ejercer un control de su tiempo personal es conseguir unos minutos aquí, otros pocos allá y la voluntad de atenerse a un programa. Tan pronto como advierta la facilidad con que puede reservarse unos breves períodos, encontrará la manera de hacer acopio de más y más tiempo.

Parte de lo que le sucede en su casa es similar a lo que ocurre en el trabajo y, cuando éste es el caso puede emplear tácticas parecidas. Quizá tenga que revisar las reuniones sociales de los fines de semana bajo la misma luz que las de la oficina.

Si tiene numerosos amigos y parientes, es posible que se vea constantemente asaltado por peticiones de que vaya a verlos por una u otra razón cada sábado y cada domingo.

Por mucho que quiera a esas personas y disfrute de su compañía, no debe aceptar automáticamente una invitación por el hecho de que se le formule. Acéptelas sólo si sus prioridades le indican que no tiene nada más importante que hacer.

Quizá necesite su tiempo del fin de semana para llevar una pequeña empresa, estudiar con objeto de obtener un título universitario, leer esos libros que compró hace unas semanas, relajarse y cargar las pilas o estar a solas con alguien que representa mucho para usted. Si desea utilizar su tiempo de la manera que prefiere, tendrá que declinar cortésmente algunas invitaciones, mencionando unos compromisos o culpando a un jefe, al profesor de una escuela o a cualquier otro al que pueda inculpar como origen probable de su situación.

Si no es capaz de rechazar una invitación, su plan de contingencia puede consistir en ir, pero poniendo en claro que sólo podrá estar unos pocos minutos. Acuda cuando a usted le convenga hacer una pausa en lo que está haciendo, asegúrese de que quien le ha invitado se entera de su llegada y, en la primera oportunidad, abandoné discretamente el lugar.

Recuerde que hablamos de su tiempo; por lo tanto, úselo de modo que le agrade, pero cuide de planificarlo. Si, por ejemplo, una actividad exige soledad o ausentarse de su casa, no la fije para inmediatamente después de la comida o para otro momento en que resulte más probable que su familia desee conversar con usted o hacer cualquier otra petición de su tiempo.

Una vez que descubra que un programa funciona, esfuércese por mantenerlo. Si llama un amigo durante un período que ha reservado para cuestiones familiares, no se deje arrastrar en la conversación. Utilice una declaración de «Sí, pero» con el fin de postergar la charla para un momento que le resulte más conveniente: «Me encantaría hablar contigo pero ahora estamos comiendo; te llamaré dentro de una hora».

De manera semejante, si ha prometido ayudar esta noche a algún miembro de su familia en un delicado problema personal, incluya esa promesa en su programa y no lleve a casa un portafolios repleto de trabajo. Y, si surge algún imprevisto, haga lo que considere que deba, pero tenga dispuesto un plan de contingencias… simplemente por si lo necesita.

El objetivo de controlar el tiempo no es simplemente realizar algo de acuerdo con un programa establecido. Tampoco es cumplir con plazos fijados por sus jefes, clientes o cualquier otra persona. ¿Cuál es la razón de ejercer un control del tiempo? La única razón válida es mejorar su capacidad para alcanzar unos objetivos específicos.

Por valiosa que sea la gestión del tiempo, hay que mantenerla dentro de una perspectiva. La forma de mantener una perspectiva es concentrarse en los fines que pretende, no en programas ni en otros medios que utilice para alcanzar tales fines. Como se señaló antes, nada perderá si llega tarde pero, aún así, alcanza el objetivo que buscaba. Puede en realidad ganar algo desviando sus energías hacia otras situaciones donde faltar a un plazo le impediría lograr su propósito.

En su trabajo cuide que el control de su tiempo no sea tan estricto que le niegue la oportunidad de recibir unas aportaciones valiosas. Debe considerar a las personas como fuentes de información, aunque también sean causas de interrupciones. No será verdaderamente eficaz si se aísla del mundo; así pues, si quiere serlo, escuche lo que otros tienen que decir. Si pretende evitar que irrumpan en el peor momento, programe períodos específicos en que pueda llamarles o visitarles uno a uno o en grupo.

Administre eficazmente su tiempo, Robert M. Hochheiser

 

 

 


 


 

Valora este artículo

 

 

También pueden interesarte estos artículos:

Reglas básicas para la Administración del Tiempo
http://www.mentat.com.ar/reglas_basicas.htm
 

 

 

 


 

 

 

 

Busca más información en nuestro sitio con la potencia de Google

Google

 


 

Más artículos de Educación Mental         Recomiéndanos

 

Home    Artículos    Mensa    Librería    Cursos    Tips    Links    Contacto    Suscripción    Presentación

 

Última modificación de la página:16/09/2008

Copyright: © 2002, 2003, 2004 por Ment@t

Todos los derechos reservados acerca de, concepto, diseño, imágenes y contenido
  mentat@mentat.com.ar

Optimizado para Internet Explorer y área de pantalla de 800 x 600 píxeles