Creencias
Las creencias son nuestras guías
principales, los mapas internos que empleamos para dar sentido al mundo;
éstas nos motivan y dan forma, estabilidad y continuidad a lo que hacemos.
Entre todos compartimos algunas creencias básicas que pueden ser
confirmadas a diario: creemos en las leyes naturales, no tocamos el fuego,
no saltamos de un edificio al vacío, etc.
También tenemos creencias acerca del mundo en que vivimos y sobre nuestra
persona. Tales creencias no son muy claras; esto es normal ya que el ser
humano es cambiante, no es estable como lo es la fuerza de gravedad.
Las creencias se originan de nuestro entorno íntimo, social y educacional.
Construimos las creencias generalizando las experiencias que tenemos en el
mundo hacia los demás.
Las personas que nos rodean desde nuestra infancia nos enseñan todo tipo
de creencias. Algunas de ellas pueden inducir a la competencia, al
desempeño de aptitudes, a bajas expectativas, a la incompetencia,
ineptitud, etc. Al ser niños no podemos discernir si son correctas o no,
ni tenemos los recursos necesarios para comprobarlas.
Creemos estar en lo correcto dificultando el cambio porque las creencias
actúan como filtros perceptivos muy potentes en especial cuando estamos
convencidos de que lo que hemos escuchado en el pasado es verdad.
Los hechos se interpretan en forma de creencias, todo lo que hacemos
refuerza las creencias: estas no son simples mapas de lo que pasó, son
planes o estrategias para acciones futuras.
A personas enfermas se les dio un placebo haciéndoles creer que estaban
tomando el remedio más efectivo; al tiempo los enfermos mostraron un alto
grado de recuperación. Esto demuestra que no siempre es necesaria la
medicación pero sí lo es la creencia de poder sanar.
Las creencias crean resultados. Las positivas estimulan nuestras
capacidades, nos movilizan a la acción. Las negativas o limitativas giran
alrededor del "no puedo".
Una buena metáfora para el efecto de las creencias limitantes es la forma
en que funciona el ojo de la rana: una rana verá casi todo su entorno pero
sólo interpretará como alimento las cosas negras que se muevan y tengan
una forma y configuración determinada. Como la rana reconocerá sólo
objetos negros pequeños y en movimiento, moriría de hambre si estuviera en
una caja llena de moscas muertas.
Si nuestros filtros son muy estrechos también lo será nuestra forma de
interpretar y proceder, privándonos de muchas posibilidades. Una forma
positiva de vencer creencias limitantes es pretender que uno puede y
actuar como si realmente pudiera.
Las creencias pueden ser cambiadas y desarrolladas. La elección es tuya.
Tú decides si quieres deshacerte de creencias que te limitan y construir
otras que hagan a tu vida mejor y más divertida.
Las creencias positivas te permiten descubrir lo que eres capaz de hacer y
aún no lo sabes. Analiza qué tipo de creencias básicas tienes respecto al
amor, el trabajo, los hijos, el matrimonio, etc.…
Observa cuáles son limitantes y ponte el objetivo de cambiarlas.
A veces, para lograr el éxito, no alcanza con cambiarlas. Sin embargo,
cambiar las creencias limitantes es muy útil para llegar a tener
suficientes recursos y puede ayudarte a abrir los caminos necesarios.
Verónica Cerón - Internacional Trainer en NLP
vceron@mentat.com.ar
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