Decisiones y actitudes

Existen algunas decisiones y actitudes que te ayudarán a progresar. Depende de tu capacidad de aceptación. No son exigencias que se te puedan imponer. Si no puedes aceptar alguna de ellas, haz lo que puedas al respecto. Son cosas que consideramos que una mente educada asume con naturalidad. Si puedes aceptarlas ahora, tendrás menos dificultades más adelante.

Lógicamente, una mente educada las aplicaría con comprensión antes que con fe ciega. Sin embargo, aunque no tengas una clara consciencia de todo lo que está implícito, si adoptas estas decisiones y actitudes superiores, la mayor parte del tiempo estarás en lo correcto:

• Confrontación: Atemorizarse por las cosas y apartarse de ellas las deja libres para que actúen contra uno. Lo que no se enfrenta tiende a persistir. Lo que se observa, de manera lúcida y completa, comienza a quedar bajo nuestro control y a dejar de afectarnos negativamente. Generalmente, es mejor enfrentar las cosas, en lugar de reprimirlas o esconderlas.

• Comunicación: Las decisiones conscientes de no comunicar contribuyen a deteriorarnos. Si estás indeciso sobre si decir algo o no, careciendo de cualquier otra razón, tu mejor opción será comunicar en lugar de callarte. Cuando nos metemos en problemas por comunicar, la fórmula correcta es comunicar más en lugar de comunicar menos.

• Responsabilidad: Esto significa "ser causa y estar al control" en vez de la otra definición que habitualmente relaciona a la responsabilidad - negativamente - con la culpa. Ejemplo: "Arturo es el responsable del desastre". Cuando somos responsables, está activa nuestra capacidad de creación; y cuando rechazamos tomar responsabilidad es una negación de nosotros mismos - al negar nuestra capacidad de crear efectos - y un abandono del control. Lo mejor de la civilización se constituyó gracias a la predisposición para convertirnos en responsables por algo; además, junto a la responsabilidad está el poder. Evadir la responsabilidad es un mal hábito bastante extendido en la actualidad.

• Perdón: Perdonar a otros, con sincera generosidad, nos alivia. ¿Cómo es esto? Todos podemos asumir cualquier papel posible - como víctimas y como victimarios - por acción u omisión y por deseos o pensamientos ni siquiera realizados. Esta condición se suma a la capacidad psicológica de ponerse en el lugar del otro (empatía). De alguna manera, así como sentimos vergüenza ajena, también podemos sentir la culpa y el alivio ajeno ante la generosidad del perdón. Un camino para esta "descarga por simpatía" es el perdón sincero y el descarte sistemático de las ideas de venganza y desquite. Quizás este punto sea dolorosamente difícil en ciertas circunstancias; sin embargo, en todos los casos es funcional.

• Corrección: Al estar en lo correcto se gana, pero esto le ocurre principalmente a los que están dispuestos a equivocarse. No te aferres ciegamente a "tu propia corrección", mantente siempre bien dispuesto a volver a examinar tus premisas, creencias y valores. Nuestra verdadera educación es larga y compleja, y tendremos que revisar nuestros pensamientos muchas veces. Se flexible y amplía tus horizontes.

• Sabiduría: Decimos que "el conocimiento es poder". No debemos tener miedo de aprender nada. No hay que temer a la complejidad ni a la dificultad. Aprende todo lo que puedas, y no te conformes con una mera recolección de datos, antes bien esfuérzate por comprender y por llegar a una aplicación práctica. Busca el por qué que subyace a las cosas.

• Puntos de vista: Procura ver las cosas desde los puntos de vista de otros además del tuyo propio. En los niveles más altos, se pueden sostener simultáneamente puntos de vista exclusivos y contradictorios. Imagina que juegas en ambas partes de un juego entre dos contendientes. Como A, decides que el jugador A ganará, y como B, intentarás lo opuesto. Una persona puede sostener ambas ideas, no es ninguna locura. Esta es la fórmula para disolver un "juego" en el que estemos atrapados. Verás que tu comunicación con los demás mejora cuando utilizas el contexto de los puntos de vista de tus interlocutores antes que el tuyo propio.

• Competencia: Si deseas ser el mejor en algo, esfuérzate para elevar tus propias habilidades antes que por disminuir las habilidades de tus competidores. Agradece el tener un fuerte competidor, porque te conduce hacia nuevas alturas. "Cantamos mucho mejor cuando alguien alrededor nuestro entona mejor el tema". Tampoco busques aplastar a tus oponentes pues los necesitarás a tu alrededor, tarde o temprano.

• Vida: No suprimas todo deseo ni busques parar todo movimiento. Pero no te dejes gobernar por pasiones o deseos. No te permitas ser consumido por la avaricia y el placer. No te ates tanto a lo físico que termines atrapado en ello. Los deseos más amplios son más ligeros y conducen a una mayor libertad. Los deseos intensos y densos conducen al autoatrapamiento. Disfruta de pasiones y deseos como parte de la riqueza de la experiencia vital, pero siempre bajo tu voluntad. No permitas que te dominen. Sólo así te haces más vivo y más dinámico.

• Metas: Todos somos capaces de abundante creatividad. A cierto nivel, la necesidad más intensa de todas es añadir toda la riqueza y variedad de creación posible, puesto que es la única forma de evitar el aburrimiento. Trabaja hacia una mayor habilidad y creatividad tanto de ti mismo como de quienes te rodean.

• Ayuda: La mejor ayuda es aquella que elimina la necesidad de ayuda. Es mucho mejor enseñar a pescar que dar el pescado. De lo primero nace una mayor habilidad y libertad; de lo otro sólo nace la dependencia. Da ayuda que libere y no como un medio de dominación. La mejor forma de aprender algo es enseñarlo, y la mejor forma de ganar algo es compartirlo con otros. "Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos" y tú serías sabio si hicieras lo mismo con generosidad hacia los demás.

Estos postulados no significan una solución en sí mismos pero, sin duda, caracterizan a una parte importante de la solución.

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Patricio J. Vargas Gil
patriciovargas@mentat.com.ar


 

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