Diferencia
entre dato, información y conocimiento
Antes de nada, debemos comprender en qué se diferencia el conocimiento de
los datos y de la información. En una conversación informal, los tres
términos suelen utilizarse indistintamente y esto puede llevar a una
interpretación libre del concepto de conocimiento. Quizás la forma más
sencilla de diferenciar los términos sea pensar que los datos están
localizados en el mundo y el conocimiento está localizado en agentes de
cualquier tipo, mientras que la información adopta un papel mediador entre
ambos.
Un agente no equivale a un ser humano. Podría tratarse de un animal, una
máquina o una organización constituida por otros agentes a su vez.
DATO, INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO SEGÚN DAVENPORT Y PRUSAK (1999)
Dato:
Un dato es un conjunto discreto, de factores objetivos sobre un hecho
real. Dentro de un contexto empresarial, el concepto de dato es definido
como un registro de transacciones. Un dato no dice nada sobre el porqué de
las cosas, y por sí mismo tiene poca o ninguna relevancia o propósito.
Las organizaciones actuales normalmente almacenan datos mediante el uso de
tecnologías. Desde un punto de vista cuantitativo, las empresas evalúan la
gestión de los datos en términos de coste, velocidad y capacidad.
Todas las organizaciones necesitan datos y algunos sectores son totalmente
dependientes de ellos. Bancos, compañías de seguros, agencias
gubernamentales y la Seguridad Social son ejemplos obvios. En este tipo de
organizaciones la buena gestión de los datos es esencial para su
funcionamiento, ya que operan con millones de transacciones diarias. Pero
en general, para la mayoría de las empresas tener muchos datos no siempre
es bueno. Las organizaciones almacenan datos sin sentido. Realmente esta
actitud no tiene sentido por dos razones. La primera es que demasiados
datos hacen más complicado identificar aquellos que son relevantes.
Segundo, y todavía más importante, es que los datos no tienen significado
en sí mismos.
Los datos describen únicamente una parte de lo que pasa en la realidad y
no proporcionan juicios de valor o interpretaciones, y por lo tanto no son
orientativos para la acción. La toma de decisiones se basará en datos,
pero estos nunca dirán lo que hacer. Los datos no dicen nada acerca de lo
que es importante o no. A pesar de todo, los datos son importantes para
las organizaciones, ya que son la base para la creación de información.
Información:
Como han hecho muchos investigadores que han estudiado el concepto de
información, lo describiremos como un mensaje, normalmente bajo la forma
de un documento o algún tipo de comunicación audible o visible. Como
cualquier mensaje, tiene un emisor y un receptor. La información es capaz
de cambiar la forma en que el receptor percibe algo, es capaz de impactar
sobre sus juicios de valor y comportamientos. Tiene que informar; son
datos que marcan la diferencia. La palabra “informar” significa
originalmente “dar forma a “ y la información es capaz de formar a la
persona que la consigue, proporcionando ciertas diferencias en su interior
o exterior. Por lo tanto, estrictamente hablando, es el receptor, y no el
emisor, el que decide si el mensaje que ha recibido es realmente
información, es decir, si realmente le informa. Un informe lleno de tablas
inconexas, puede ser considerado información por el que lo escribe, pero a
su vez puede ser juzgado como “ruido” por el que lo recibe.
La información se mueve entorno a las organizaciones a través de redes
formales e informales. Las redes formales tienen una infraestructura
visible y definida: cables, buzones de correo electrónico, direcciones,...
Los mensajes que estas redes proporcionan incluyen e-mail, servicio de
entrega de paquetes, y transmisiones a través de Internet. Las redes
informales son invisibles. Se hacen a medida. Un ejemplo de este tipo de
red es cuando alguien te manda una nota o una copia de un artículo con las
siglas “FYI” (For Your Information).
A diferencia de los datos, la información tiene significado (relevancia y
propósito). No sólo puede formar potencialmente al que la recibe, sino que
esta organizada para algún propósito. Los datos se convierten en
información cuando su creador les añade significado. Transformamos datos
en información añadiéndoles valor en varios sentidos. Hay varios métodos:
Contextualizando: sabemos para qué propósito se generaron los datos.
Categorizando: conocemos las unidades de análisis de los componentes
principales de los datos.
Calculando: los datos pueden haber sido analizados matemática o
estadísticamente.
Corrigiendo: los errores se han eliminado de los datos.
Condensando: los datos se han podido resumir de forma más concisa.
Los ordenadores nos pueden ayudar a añadir valor y transformar datos en
información, pero es muy difícil que nos puedan ayudar a analizar el
contexto de dicha información. Un problema muy común es confundir la
información (o el conocimiento) con la tecnología que la soporta. Desde la
televisión a Internet, es importante tener en cuenta que el medio no es el
mensaje. Lo que se intercambia es más importante que el medio que se usa
para hacerlo. Muchas veces se comenta que tener un teléfono no garantiza
mantener conversaciones brillantes. En definitiva, que actualmente
tengamos acceso a más tecnologías de la información no implica que hayamos
mejorado nuestro nivel de información.
Conocimiento:
La mayoría de la gente tiene la sensación intuitiva de que el conocimiento
es algo más amplio, más profundo y más rico que los datos y la
información.
Vamos a intentar realizar una primera definición de conocimiento que nos
permita comunicar que queremos decir cuando hablamos de conocimiento
dentro de las organizaciones.
Para Davenport y Prusak (1999) el conocimiento es una mezcla de
experiencia, valores, información y “saber hacer” que sirve como marco
para la incorporación de nuevas experiencias e información, y es útil para
la acción. Se origina y aplica en la mente de los conocedores. En las
organizaciones con frecuencia no sólo se encuentra dentro de documentos o
almacenes de datos, sino que también esta en rutinas organizativas,
procesos, prácticas, y normas.
Lo que inmediatamente deja claro la definición es que ese conocimiento no
es simple. Es una mezcla de varios elementos; es un flujo al mismo tiempo
que tiene una estructura formalizada; es intuitivo y difícil de captar en
palabras o de entender plenamente de forma lógica. El conocimiento existe
dentro de las personas, como parte de la complejidad humana y de nuestra
impredecibilidad. Aunque solemos pensar en activos definibles y concretos,
los activos de conocimiento son mucho más difíciles de manejar. El
conocimiento puede ser visto como un proceso (flujo) o como un stock.
El conocimiento se deriva de la información, así como la información se
deriva de los datos. Para que la información se convierte en conocimiento,
las personas debe hacer prácticamente todo el trabajo. Esta transformación
se produce gracias a:
Comparación.
Consecuencias.
Conexiones.
Conversación.
Estas actividades de creación de conocimiento tienen lugar dentro y entre
personas. Al igual que encontramos datos en registros, e información en
mensajes, podemos obtener conocimiento de individuos, grupos de
conocimiento, o incluso en rutinas organizativas.
Juan Carrión
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