El líder en la sociedad del conocimiento
Se expresan aquí una serie de cualidades que hacen al líder en la Sociedad
del Conocimiento. Han sido escritas a modo de decálogo para facilitar su
incorporación a nuestra memoria.
1.- Crea futuro. Y lo hace sobre soportes viables. Apuesta por las ideas,
por los hechos y, sobre todo, por las ideas que se transforman en hechos.
Lo hace mirando hacia el futuro sin olvidar que es en el presente donde se
construye.
2.- Aprovecha el tiempo. Sabe cuándo debe utilizarlo, lo gestiona
eficazmente, dedicándole el tiempo preciso a cada asunto. Piensa que el
mejor tiempo es el que dedica a las personas. Mientras los demás dividen
el tiempo en minutos, horas o días; nuestro líder lo mide por temas y
tareas.
3.- Sabe convencer. Porque se apoya en un convencimiento propio. Sabe
persuadir, es constante y sistemático cuando trata de influir en los demás
de manera positiva. Sus habilidades de comunicación forman parte de su
personalidad y se basan en un profundo conocimiento de los demás.
4.- Trabaja en equipo. Da cohesión a su equipo de trabajo. Lo entrena,
motiva y dirige aprovechando todas las ocasiones que le brinda su
actividad profesional.
5.- Escucha a sus colaboradores. Esto se traduce en un mejor conocimiento
de las necesidades de su gente, para poder alinear éstas con las de la
organización. Sabe escuchar activamente, deja hablar para así obtener de
la mejor forma posible -la directa-la información que le transmiten sus
colaboradores.
6.- Sabe relacionarse. Es su mejor tarjeta de visita. Conoce las reglas
sociales de su entorno y las utiliza magistralmente. Es educado y
diplomático, entendidos ambos términos en su acepción más académica: con
amplio conocimiento de los asuntos y con buenas relaciones para defender
los intereses a los que representa.
7.- Se adapta a su entorno. Como los grandes supervivientes en cualquier
dimensión. Para ello utiliza el conocimiento de cada situación, las
costumbres o normas implícitas y explícitas que las gobiernan. Es flexible
y diplomático en la misma medida que asertivo y firme.
8.- Tiene autoconfianza. Basada en un buen conocimiento de sí mismo. En su
capacidad para desarrollarse y perfeccionarse con cada experiencia nueva,
convirtiendo cada revés en un reto y en una experiencia de aprendizaje.
9.- Es optimista. Vitalista y positivo. Ve el vaso medio lleno y sabe lo
que contiene. Sabe cómo conservar la mitad restante y sabe transmitir ese
optimismo a su alrededor. Es un optimismo cargado de energía vital.
10.- Es sensible. Con un buen equilibrio emocional. Tiene, además de
mente, un corazón que le garantiza y respalda en sus decisiones. Le ayuda
a su equilibrio personal, le motiva y desarrolla como persona.
© Ricardo Sotillo, 2000.
www.capitalemocional.com
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