El
proceso necesario
El estado ideal de la vida debiera constituirse en un proceso excitante y
agradable de descubrimiento, aprendizaje y crecimiento. Precisamente, el
estado más beneficioso para el individuo en vías de crecimiento personal -
mediante entrenamiento o procesamiento - es el del descubrimiento
continuo.
Ahora bien, cuando el estudiante o cliente capta, descubre y aprende,
entonces estamos en la senda correcta. Realmente no es necesario que
suceda nada más. Esto es algo que en cierta medida importante prescinde
del propio facilitador o entrenador. A ello es a lo que damos prioridad: a
hacer de la vida un acto continuo de descubrimiento en vez de una
pasividad dependiente de orientación permanente.
Si el estudiante o cliente no está percibiendo, ésa sería la
primera cuestión encarada en el tema de facilitar el desarrollo de
habilidades. Es muy simple (en apariencia): debe percibir más bien
que no percibir. Debe ocurrir que pueda percibir y que sus
propias opiniones sean las que validen el proceso. Para ello necesita
mirar, escuchar, sentirse, detectar, intuir su propia realidad y la del
mundo que le rodea. Y no es algo tan fácil, a pesar de su simplicidad. Si
no lo logra efectivamente por sus medios, el facilitador puede conducirle,
persuadirle, o inducirle para que lo haga. Pero jamás debiera imponerle la
percepción.
Cuando el estudiante o cliente está percibiendo por sí mismo, la
siguiente consigna prioritaria es hacerle aún más consciente, mientras
aprende y descubre. Eso significa que no sólo percibirá, sino que estará
muy bien enterado de lo que percibe, aprenderá de ello y ampliará su
conocimiento con lo que aprende.
Muchas veces, al principio, el estudiante o cliente comienza sin
siquiera percibir el tema, y resistiendo la idea de percibir algo que se
pueda relacionar. El facilitador sólo debe conseguir que acepte captarlo y
obrar en consecuencia, manteniendo el enfoque. Después de hacer eso por un
rato, conseguirá que el estudiante o cliente esté dispuesto a
realizar algo sobre el tema, a pesar de la predisposición inicial de no
realizar cosa alguna acerca de eso.
La secuencia lógica de este proceso es así:
NO CAPTAR NADA - CAPTAR ALGO - CAPTAR MÁS - CAMBIO O TRANSFORMACIÓN
Hay ciertos momentos cruciales que significan que el cambio está
ocurriendo:
El primer indicador importante es cuando el estudiante o cliente
comienza a percibir naturalmente por sí mismo sin incitarle demasiado para
ello. El entrenador tiene que proponer simplemente un tema y el estudiante
o cliente comienza a percibirlo, implicado en el proceso. El facilitador
puede repetir variaciones de la pregunta o del planteo del tema con otras
preguntas para guiarle inicialmente, pero la propia voluntad del
estudiante o cliente es la que debe dirigirse hacia el examen
lúcido del tema.
El segundo indicador importante es cuando el estudiante o
cliente se da cuenta de algo después de percibir el tema por un rato.
El facilitador no tiene necesidad de persuadirle de que hay algo que
aprender. Por propia voluntad el cliente busca aprender eso que está allí.
El tercer indicador importante es cuando el estudiante o cliente
quiere percibir y aprender simultáneamente y en un proceso continuo. El
facilitador apenas tiene que poner la atención en un tema pertinente y el
estudiante o cliente comienza enseguida a aprender algo sobre él. No se
debe esperar más cada cognición como algo que únicamente se consigue en el
extremo final del proceso global, la persona puede experimentar la
transformación como actividad en curso.
El cuarto indicador importante es cuando el estudiante o cliente
se halla en un proceso de descubrimiento alrededor de cualquier tema
apenas se le plantee. Ya no es más un requisito que primero encontremos un
área particularmente sensible en su historial para poder trabajar con
ello. Podemos tratar sistemáticamente aspectos de cualquier área de la
vida y seguramente será capaz de descubrir cosas significativas.
El quinto indicador importante es cuando el estudiante o cliente
puede naturalmente elegir el siguiente tema para comenzar a trabajar en
él. En ese momento deja de necesitar recorridos acotados pues se ha
enganchado naturalmente a un proceso continuo de descubrimiento. Se ha
vuelto un verdadero autodidacta.
El proceso facilitador es solamente una ayuda temporal orientada
hacia el acoplamiento en este proceso natural aunque inicialmente
ideal. Cuando el estudiante o cliente ya está haciendo eso, hemos
alcanzado el objetivo.
Patricio J. Vargas Gil
patriciovargas@mentat.com.ar
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