Enfocar
y confrontar
Para hacer algo sobre las cosas que deseamos cambiar tenemos que poder
enfrentarlas, llámesele también confrontarlas. Tenemos que poder
aceptarlas y tolerarlas ante nuestra consciencia. Si no podemos hacer
frente a algo, si lo evitamos en lugar de enfrentarlo, entonces no estamos
listos para ningún cambio.
El conocimiento es la capacidad de percibir la existencia de.
Hacerse cargo es tener la capacidad de pararse ante la cosa, sin
retroceder y ser completamente consciente del verdadero contexto y de los
otros tantos posibles - para tal cosa ante nosotros y para nosotros
también.
No se trata de lucha o enfrentamiento. Requiere bastante más de nuestra
parte. Es algo difícil y simple: ser capaz de confrontar es hacerse cargo
del enfoque de la conciencia, ante lo que sea. Y todo esto no
significa literalmente enfrentarse acríticamente con lo que esté mal, se
trata de una apelación a la ampliación de la consciencia y no se trata de
una defensa de la terquedad.
Si podemos confrontar entonces estamos listos. Si estamos conscientes
podemos percibir y actuar. Si no podemos enfrentar las cosas no estaremos
conscientes de las cosas y nuestra voluntad retrocederá en la misma
proporción; no estaremos percibiendo correctamente ninguna situación en la
que nos hallemos. Es como si estuviéramos inconscientes de lo que
sucediera alrededor nuestro.
Una persona está habilitada para manejar algo en la misma proporción en
que esté dispuesta a encararlo, eso antes que cualquier otro requisito.
Entonces, el primer paso para controlar o manejar cualquier cosa es
aumentar la capacidad de hacerle frente, de aceptarle y tolerarle. Ésta es
realmente la raíz de todo problema. Un problema comienza con la
incapacidad para enfrentar algo. Se puede reducir cualquier problema a
esto: desgano o incapacidad para enfrentar un área.
Es una verdad elemental que uno nunca soluciona nada alejándose de las
cosas. Hay ejemplos monumentales.
La sociedad está casi a punto de no poder tratar con sus problemas reales.
Y como contrapartida pareciera que los problemas sólo existen para leerlos
en los diarios y en las novelas, y para ver en la TV y en el cine: las
dificultades llegan a confrontarse sólo si se manifiestan como
entretenimiento.
En educación podemos hallar otro ejemplo: cuanto más intelectual y más
alto es el vuelo que de un tema se hace, los estudiantes son menos capaces
de tratar con el tema. Muchas veces no es la mente estudiantil la que no
puede tratar con los textos, es el obstinamiento en un lenguaje frío,
muerto, metálico, para exponer las ideas. Esto se hace sistemáticamente y
es así que se estudian textos inaccesibles, y supuestamente es así que se
gana en "respetabilidad".
Otro caso. Abunda la idea de que la mente humana es un tema complicado e
inaccesible. Muchos creen que es un tema peligroso; se ha fomentado la
idea de que es un tema muy complicado y que es una empresa pretenciosa
intentar siquiera entender la mente. Pareciera que si confrontamos apenas
un poco más a la mente nuestra propia cordura está en riesgo. Tanta
fragilidad es una sugestión hipnótica. ¿Es real la incapacidad de nuestra
cultura para confrontar al hombre y su naturaleza? ¿O se trata de una
confusión inducida? ¿Debiéramos ser más "paranoicos"? Es claro que
confundiéndonos acerca de nuestra propia naturaleza, haciéndonos incapaces
de enfrentarla, nos entorpecemos, nos hacemos más débiles y nos tornamos
más fáciles de controlar.
El problema humano es un problema inmaterial, nos desconocemos a nosotros
mismos, a nuestra propia naturaleza. Y nos desconocemos aún más como
individuos. No obstante, y aparentemente en otro orden de cosas, la lógica
imperante insinúa que sólo existe lo material. "Creemos en la santa
materialidad del universo y todo habrá de terminar en la nada". La más
inmaterial de las materialidades.
Una vez más, el enfocar y confrontar a nuestra naturaleza siempre es un
esfuerzo en procura de ganar lucidez, de ganar serenidad mental y de
liberarse de toda esclavitud.
No es fácil enfocar y confrontar lo invisible; pero en la historia del
hombre, cada vez que lo desconocido se ha encarado honesta y
valerosamente, la ciencia y el conocimiento han dado saltos
significativos. El universo interior siempre estará disponible para los
exploradores honestos.
Patricio J. Vargas Gil
Cofundador y autor
patriciovargas@mentat.com.ar
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