Escuchar
con facilidad
¿Alguna vez se ha sentado usted muy silenciosamente, no con la atención
fijada en algo, no haciendo un esfuerzo para concentrarse, sino con la
mente muy quieta, realmente silenciosa? Entonces escucha todo, ¿no es así?
Escucha tanto los ruidos lejanos como los que están más próximos, y
también los sonidos inmediatos, muy cercanos a usted, lo cual significa
que presta atención a todo. La mente no está restringida a un solo canal
estrecho y pequeño. Si puede escuchar de este modo, con facilidad, sin
esforzarse, hallará que dentro de usted se produce un cambio
extraordinario, un cambio que adviene sin que ponga voluntad en ello, sin
que lo pida; en ese cambio hay gran belleza y profundidad de
discernimiento.
1 DE ENERO PDE
Dejar de lado las pantallas
¿Cómo escucha usted? Escucha con sus proyecciones, a través de lo que
proyecta, a través de sus ambiciones, deseos, temores, ansiedades,
escuchando únicamente lo que desea escuchar, lo que será satisfactorio, lo
que habrá de gratificarlo, lo que le brindará consuelo, lo que aliviará
momentáneamente su sufrimiento. Si escucha a través de la pantalla de sus
deseos, entonces escucha su propia voz, es obvio; está escuchando sus
propios deseos. Existe alguna otra forma de escuchar no sólo lo que está
diciendo, sino todo: el griterío de las calles, el parloteo de las aves,
el ruido del tranvía, el mar agitado, la voz de nuestro marido, de nuestra
esposa, de nuestros amigos, el llanto de un bebé... Escuchar es importante
sólo cuando no estamos proyectando nuestros propios deseos por medio de
aquello que escuchamos. ¿Puede uno dejar de lado todas estas pantallas a
través de las que escucha, y escuchar realmente?
2 DE ENERO OCK - Vol. VII
Más allá del ruido las palabras
El escuchar es un arte que no se obtiene fácilmente, pero en él hay
belleza y gran comprensión. Escuchamos con distintas intensidades de
nuestro ser, pero nuestro escuchar es siempre con una idea preconcebida o
desde un punto de vista particular. No escuchamos simplemente; se
interpone siempre la pantalla de nuestros propios pensamientos, de
nuestras conclusiones, de nuestros prejuicios [...]. Para escuchar tiene
que haber quietud interna, una atención relajada; hay que estar libre del
esfuerzo de adquirir. Este estado alerta y, no obstante, pasivo, puede
escuchar lo que está más allá de la conclusión verbal. Las palabras
confunden; son sólo medios exteriores de comunicación; pero para
comunicarnos más allá del ruido de las palabras, en el escuchar tiene que
haber una pasividad alerta. Los que aman pueden escuchar; pero es
extremadamente raro encontrar a alguien que escuche. Casi todos vamos tras
de resultados, queremos alcanzar metas; estamos siempre venciendo y
conquistando; en consecuencia, no escuchamos. Sólo cuando uno escucha, oye
la canción profunda de las palabras.
3 DE ENERO CSV - Serte I
Escuchar sin el pensamiento
No sé si alguna vez ha escuchado a un pájaro. Escuchar algo requiere que
su mente esté quieta; no con una quietud mística, sino simplemente
quietud. Yo le estoy diciendo algo; para escucharme, usted tiene que estar
quieto, no tener toda clase de ideas zumbando en su mente. Cuando mira una
flor mírela, no la nombre, no la clasifique, no diga que pertenece a tal
especie; cuando hace todo esto, deja de mirarla. Por eso digo que escuchar
es una de las cosas más difíciles que hay: escuchar al comunista, al
socialista, al diputado, al capitalista, a cualquiera, a su esposa, a sus
hijos, a su vecino, al conductor del autobús, al pájaro... simplemente,
escuchar. Sólo cuando escucha sin la idea, sin el pensamiento, está usted
directamente en contacto; estando en contacto, sabrá si lo que él está
diciendo es verdadero o falso; no tendrá que discutir al respecto.
4 DE ENERO OCK - Vol. XIV
El escuchar trae consigo libertad
Cuando hacemos un esfuerzo para escuchar, ¿estamos escuchando? Ese
esfuerzo mismo, ¿no es una distracción que impide el escuchar? Cuando
usted escucha algo que le causa deleite, ¿hace un esfuerzo? [...]. No
podemos percibir la verdad, ni ver lo falso como falso, mientras nuestra
mente está ocupada, de cualquier forma que sea, con el esfuerzo, la
comparación, la justificación o la condena [...].
El escuchar es, en sí mismo, una acción completa; el puro acto de escuchar
trae su propia libertad. Pero ¿estamos realmente interesados en escuchar,
en transformar nuestra confusión interna? Si usted escuchara... en el
sentido de estar alerta a sus conflictos y contradicciones, sin forzarlos
dentro de ningún patrón particular de pensamiento, tal vez estos
conflictos y estas contradicciones podrían cesar por completo. Vea,
estamos constantemente tratando de ser esto o aquello, de lograr un estado
especial, de capturar una clase de experiencia y de evitar otra, de modo
tal que la mente está siempre ocupada con algo; jamás está quieta para
escuchar el ruido de sus propias luchas y dificultades. Sea sencillo... y
no trate de llegar a ser alguna cosa o de capturar alguna experiencia.
5 DE ENERO CSV - Serie II
Escuchar sin esfuerzo
Ahora me está usted escuchando; no hace un esfuerzo para prestar atención,
sólo está escuchando; y si en lo que escucha hay verdad, hallará que
dentro de usted ocurre un cambio notable, un cambio no premeditado ni
ansiado; tiene lugar una transformación, una revolución completa en la que
rige sólo la verdad y no las creaciones de su mente. Y, si me permite
sugerirlo, usted debe escuchar de esa manera todo; no sólo lo que estoy
diciendo, sino también lo que dicen otras personas, escuchar a los
pájaros, el silbato de una locomotora, el ruido del autobús que pasa.
Encontrará que cuanto más lo escucha todo, mayor es el silencio, y ese
silencio no es roto, entonces, por el ruido. Sólo cuando ofrece
resistencia a algo, cuando coloca una barrera entre usted mismo y aquello
que no desea escuchar, sólo entonces existe una lucha.
6 DE ENERO ADV
Escúchese a sí mismo
INTERLOCUTOR: Mientras estoy aquí, escuchándolo, me parece que comprendo,
pero cuando me encuentro lejos de aquí, no comprendo, aunque trate de
aplicar lo que usted ha estado diciendo.
KRISHNAMURTI: ... Usted tiene que escucharse a sí mismo y no al que le
habla. Si escucha al que le habla, él se vuelve su líder, su método para
comprender, lo cual es un horror, una abominación, ya que así ha
establecido la jerarquía de la autoridad. Por lo tanto, lo que usted hace
aquí es escucharse a sí mismo. Está mirando el cuadro que pinta el que le
habla; ése es su propio cuadro, no el de él. Si eso está bien claro, que
usted se está mirando a sí mismo, entonces puede que diga: "Bien, me veo
tal como soy, y no quiero hacer nada al respecto", y ahí se termina la
cosa. Pero si dice: "Me veo tal como soy, y tiene que haber un cambio",
entonces comienza a elaborar su propia comprensión, lo cual es por
completo diferente de aplicar lo que dice el que le habla [...]. Si, en
cambio, mientras uno está hablando usted se escucha a sí mismo, gracias a
ese escuchar hay claridad, hay sensibilidad; ese escuchar hace que la
mente se sane, se fortalezca. Sin obedecer ni resistir, se torna
despierta, intensa. Únicamente un ser humano así puede dar origen a una
nueva generación, a un mundo nuevo.
7 DE ENERO OCK- VOI. XV
Mirar con intensidad
... Me parece a mí que el aprender es asombrosamente difícil, como lo es
también el escuchar. Jamás escuchamos verdaderamente nada, porque nuestra
mente no es libre; nuestros oídos están obturados con esas cosas que ya
conocemos, de modo que el escuchar se vuelve extraordinariamente difícil.
Creo o más bien es un hecho que si uno puede escuchar algo con la
totalidad de su ser, con vigor, con vitalidad, ese acto mismo de escuchar
es un factor que libera; pero, desafortunadamente, ustedes jamás escuchan,
tal como jamás han aprendido al respecto. Después de todo, uno aprende
únicamente cuando entrega todo su ser a algo. Cuando uno dedica todo su
ser a las matemáticas, aprende; pero cuando se halla en un estado de
contradicción, cuando no quiere aprender pero es obligado a aprender,
entonces el aprender se vuelve un mero proceso de acumular. El aprender es
como leer una novela con innumerables caracteres; ello requiere atención
plena, no una atención contradictoria. Si usted desea aprender acerca de
una hoja una hoja de la primavera o una hoja del verano-, debe mirarla
realmente, observar su simetría, su textura, la cualidad de esa hoja viva.
Hay belleza, vigor, vitalidad en una simple hoja. Así, para aprender
acerca de la hoja, de la flor, de la nube, de la puesta del sol, o acerca
de un ser humano, uno debe mirar con toda intensidad.
8 DE ENERO OCK - Vol. XI
Jiddu Krishnamurti, El libro de la vida
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