Fortalezas y Debilidades
Es común encontrar en la literatura de
desarrollo personal y profesional alusiones a la importancia de conocer
nuestras fortalezas y debilidades, así como de trabajar en base a ellas.
De esa forma podremos potenciar las primeras y disminuir al máximo las
segundas.
Estoy totalmente de acuerdo con la necesidad de hacer eso.
Sin embargo, al trabajar en desarrollo con profesionales y ejecutivos, me
he dado cuenta de que no siempre es tan fácil reconocer unas y otras.
Dependiendo de que estemos analizando, las fortalezas se van
a comportar de forma distinta y eso dificulta su
identificación y el posterior trabajo sobre ellas.
Para trabajar con las fortalezas y debilidades, hay cuatro áreas generales
que yo utilizo: a) Habilidades y conocimientos; b) Estilo conductual; c)
Intereses Personales; d) Niveles de Complejidad.
En lo que respecta a habilidades y conocimientos, uno puede tener tres
posibilidades: fortaleza, debilidad y neutralidad.
Esto quiere decir que tener una habilidad o un conocimiento especifico
puede ser una fortaleza si esa habilidad es importante para el ambiente en
el que nos encontramos inmersos. Si no lo es, se convierte en un elemento
neutro.
Al mismo tiempo, no tener una habilidad o conocimiento que
es fundamental para el ambiente en el que estamos inmersos puede
ser una gran debilidad. Pero si esa habilidad no es crucial, entonces el
no poseerla no constituye realmente una debilidad.
Por otra parte, cuando analizamos estilo conductual,
intereses personales o niveles de complejidad que la persona puede
manejar, la situación se vuelve un tanto mas complicada.
La razón de esto es que, en estas dimensiones, fortalezas y debilidades
son dos caras de una misma moneda. Específicamente, en estas áreas, cuando
uno exagera una fortaleza, se convierte en una debilidad. En este sentido,
el poseer una fortaleza o debilidad depende mucho mas de la situación que
estamos enfrentando y de como manejemos esa característica.
Por ejemplo, en términos del estilo conductual, una persona puede ser muy
orientada a recopilar hechos y datos y eso puede ser una gran fortaleza.
Pero cuando esta persona exagera esa característica y sigue recopilando
mas y mas datos, puede entrar en lo que se conoce como "parálisis de
análisis". Siempre va a haber un dato mas que aclarar, un nivel de
precisión y exactitud adicional y eso nos puede llevar nunca tomar
decisiones o a retrasarlas mucho.
Otro ejemplo relacionado con los intereses personales puede
ser una persona que tiene una alta orientación social, es decir,
que uno de sus grandes objetivos en la vida es ayudar a los demás.
Pero cuando esta persona exagera esa preferencia, puede convertirse en
algo negativo, tanto para los demás, como para si misma. Estas personas
tienden, en el extremo, a ser autodestructivas. Es decir, están dispuestas
a dejar de comer para que otros puedan comer o a dejar de respirar para
que otros puedan respirar. Obviamente, eso se puede convertir en una gran
debilidad.
En términos de los niveles de complejidad que la persona es capaz de
manejar, mayores niveles de desarrollo no siempre son mejores. Depende
completamente del ambiente en el que estamos insertos. Es mas, en
cierta medida, la persona sufre mas cuando esta mas desarrollada que lo
que requiere su ambiente que cuando ocurre lo contrario.
Depende del ambiente
Todo este análisis nos permite ver como las fortalezas y debilidades
dependen mucho del ambiente en el que estamos insertos. En algunos
ambientes, una característica se podría convertir en una gran fortaleza,
mientras en otros puede ser una gran debilidad. Es por ello que las
empresas están poniendo mucho mas énfasis hoy en día a estos aspectos al
momento de seleccionar y desarrollar a su personal.
Adicionalmente, en lo que se refiere a estilo, preferencias
y complejidad, el que una característica especifica sea considerada
como fortaleza o debilidad va a depender mucho de la opinión de las demás
personas. Es decir, de sus propias preferencias.
Que podemos hacer, entonces?
Si queremos tener una percepción apropiada de fortalezas y
debilidades, tanto para selección de personal, como para desarrollo de
capacidades propias o de nuestros subordinados, es muy útil emplear
instrumentos de medición científicos y objetivos.
Para aquellas cosas que tienen que ver con estilos,
intereses personales y niveles de complejidad, es muy útil emplear
instrumentos de auto-evaluación. Esto quiere decir que es el mismo
evaluado quien los responde. Algunos de estos instrumentos son: el
Análisis de Estilo Conductual; el informe de Intereses Personales,
Actitudes y Valores; el Indicador de Estados de Cambio; el Indicador de
Tipos de Myers-Briggs; etc.
Por otra parte, para las evaluaciones de habilidades y conocimientos,
suelen ser muy útiles los instrumentos de medición "multi-evaluadores"
(cuya versión mas común son los instrumentos de retroalimentación de 360
grados)
Sin embargo, los mayores aumentos de efectividad personal y profesional
provienen, de acuerdo a nuestra experiencia y a muchas investigaciones
recientes, de la capacidad para manejar estas características, en vez de
simplemente vivir con ellas.
En cierta medida, lo que debemos lograr es la capacidad para ver estas
características como algo que "tenemos" y no que "somos".
Si yo veo una característica como mi "forma de ser", lo
único que puedo hacer es decir: "Yo soy así. Si te gusta,
bien. Si no, también. A estas alturas de mi vida no voy a cambiar".
(Suena familiar?)
Pero cuando yo considero estas capacidades como algo que yo "tengo", puedo
decidir cuando tenerlas y cuando no tenerlas.
En pocas palabras, aumentamos enormemente nuestra
efectividad cuando somos capaces de considerarnos como los
"autores" o, como mínimo, los "gestores" de estas características. Y no
solo como la persona que tiene que estar "condenado a ellas".
Esta es una capacidad que la mayor parte de los
profesionales no hemos desarrollado en forma apropiada y que
no consta simplemente de agregar una habilidad a nuestro
repertorio, sino que requiere vernos a nosotros mismos de una forma
distinta.
Sin embargo, aquellas personas que son capaces de
desarrollarla logran saltos cuánticos con
respecto a la gestión personal y a la relación
interpersonal.
Autor: Rodrigo Del Campo
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