Guías
para el caminante. Mapas y brújulas
"Hay dos cosas diferentes: la realidad... y nuestra
percepción de la realidad"
Annie Marquier
La vida es una excursión por el territorio de la realidad, pero la
realidad y la percepción que nosotros tenemos de ella son dos cosas
diferentes. Recorremos esta geografía con las maletas llenas de guías que
hemos aprendido de pequeños.
Los mapas de carreteras y las brújulas que utilizamos para guiarnos en una
excursión a cualquier lugar físico tienen su correspondencia dentro del
camino vital con los mapas mentales conscientes e inconscientes y los
principios que nos sirven como modelo.
La socialización es un aprendizaje de guías. Las creencias, los valores,
la cultura, los mitos compartidos, etc. son las herramientas que
utilizamos para avanzar. La sabiduría actualiza y perfecciona
constantemente estos mapas para adaptarlos cada vez más a la realidad.
Sin mapas ni brújulas, iríamos a la deriva y sin norte. Los mapas son
planos de la realidad. Las religiones y las culturas siempre han sido
mapas colectivos que nos han ayudado a guiarnos.
Nos han facilitado una interpretación de la realidad y nos han aportado
así una cierta seguridad ante el caos cognoscitivo.
Una brújula física es un aparato que nos ayuda a orientarnos porque
siempre señala al Norte. Las brújulas simbólicas son referentes que hemos
escogido para avanzar, para hacer camino. Tanto los mapas como las
brújulas son guías. La diferencia entre ellos es que las guías existen
independientemente de los mapas.
Cada persona acostumbra a hacer una interpretación diferente de la
realidad en función de su cultura, de sus creencias o de su historia
personal. Las guías, sin embargo, son nortes que personas con culturas o
creencias muy diferentes pueden escoger libremente. La filosofía personal,
los principios y los conceptos éticos o el eje alrededor del cual gira la
vida de una persona son brújulas vitales.
Nuestra trayectoria depende de la calidad de las guías utilizadas. Cuando
nos encontramos en un cruce del camino, el conocimiento de donde están los
nortes que nos guían nos pueden ayudar a decidir. "Perder el Norte" señala
un movimiento errático, sin sentido. El norte es una dirección, no un
destino concreto. Los referentes son premisas que nos ayudan a decidir.
El mapa no es el territorio, un mapa siempre es una suposición, no una
verdad absoluta. Nuestros mapas son verdades parciales pero nos
identificamos con ellos y a menudo no estamos dispuestos a que otros los
cuestionen.
Llegamos a un grado tan alto de identificación con nuestros mapas que
reaccionamos a los ataques a nuestras creencias como si fuesen ataques a
nuestra persona. Hemos creado una serie de rutinas defensivas para
mantener intactos nuestros mapas y no tener que descubrir nuestras
contradicciones o lagunas.
Los modelos mentales son como la colada: es necesario sacarlos a la luz
del sol de la conciencia para evaluar su validez, exponerlos a las
opiniones ajenas para contrastarlos. Cuando sacamos nuestros mapas a la
luz, a menudo comprobamos que son incompletos.
Llevamos encima unos mapas y nos enfadamos cuando los otros no llevan los
mismos. La discusión supone la confrontación de creencias sobre una misma
realidad, una confrontación de mapas mentales.
Cuando en el siglo XVI los incas descubrieron a los españoles, creyeron
que eran dioses y consideraron los efectos de los arcabuces como un hecho
mágico. Los caballos, hasta entonces desconocidos, eran animales sagrados.
Quizás en aquel momento esta fuese la mejor interpretación que podían
hacer, pero tuvo consecuencias nefastas. Nosotros no estamos a salvo de
las interpretaciones erróneas: ¿cómo interpretaríamos la visita de unos
extraterrestres?
Las creencias de un científico son siempre hipótesis, verdades
provisionales que ayudan a avanzar. Nuestras creencias también son
hipótesis sobre como es la realidad. La sabiduría tiene en cuenta la
provisionalidad de nuestras hipótesis e intenta reconocer cuando han
dejado de ser válidas.
Podemos abordar la realidad de muchas maneras diferentes, por eso
utilizamos las interpretaciones que más nos sirvan en cada momento. Los
paradigmas y los modelos son descripciones útiles de la realidad, pero no
son la realidad misma. Constituyen marcos de pensamiento que permiten la
comprensión y la explicación de ciertos aspectos de la realidad.
Los modelos son gafas a través de las cuales podemos ver las cosas. Cuando
un modelo deja de ser válido, es sustituido por otro mejor. Los modelos
sirven para avanzar, la ciencia ha avanzado sustituyendo el modelo
mecanicista de Newton para dejar paso a la Teoría de la Relatividad de
Einstein y más tarde a la física cuántica. Nosotros también incrementamos
así nuestra ciencia particular.
Los mapas son planos de la realidad. La sabiduría pasa por perfeccionar
constantemente nuestros mapas.
El camino vital consiste en escoger caminos. Ni el mejor mapa de
carreteras puede hacer este trabajo por nosotros. Los caminos a seguir son
diversos, y llevan a diferentes lugares. Además, no todos empezamos a
caminar desde el mismo lugar.
Un mapa sirve para conocer donde queremos ir y escoger los lugares que más
nos gusten. Los caminos sirven para caminar por ellos. Pero a veces nos es
más fácil hacer miles de kilómetros siguiendo a nuestro club de fútbol
favorito que no avanzar un sólo paso en la dirección de nuestro propio
camino vital.
¿Existen rutas predeterminadas? ¿Existe el destino? ¡Quién sabe! Ante la
duda, mi modesta opinión es que vale la pena creer que tenemos un camino
vital único para cada uno de nosotros. Esta creencia nos ayuda a no
menospreciar el milagro de nuestra existencia, nos estimula, hace que
acompañemos la acción cotidiana con un estado receptivo donde "dejamos
venir" el mejor camino posible.
Todos tenemos una vocación en el sentido literal de la palabra, es decir,
estamos llamados a hacer un determinado camino vital. El destino, si lo
hay, no excluye que nosotros intentemos acercarnos a nuestro camino vital
tanto como sea posible.
¿Qué guías utilizas? ¿Cuánto tiempo dedicas a mejorar tus hipótesis sobre
la realidad? Tan importantes son los hechos que pasan como las
interpretaciones que hacemos de ellos.
Las guías nos permiten seguir los pasos de personas que han llegado a
lugares interesantes. La calidad de una guía se mesura por la calidad de
los que la siguen, de los que la abandonan o bien por la calidad de los
resultados que produce. Existen guías que no resisten la prueba del
tiempo.
Pere Subirana Sabatier
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Última modificación de la página:19/05/2008
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