Ordenadores, hijos e
Internet: guía de supervivencia
Todo empezó en Barcelona con César Martín, sentados
en una terraza al lado del mar y saboreando una de las mejores
paellas que se pueden comer en la ciudad donde vivimos. Como suele
pasar después de una buena comida entre amigos, empezamos a hablar
de todo y de nada. La charla fue transcurriendo por temas de lo más
diversos hasta que llegamos a los hijos y su relación con la
tecnología.
Así que, sin saber muy bien cómo, me encontré contándole a César
algunas anécdotas caseras con los hijos y los ordenadores. César
comentó que quizás debería escribir algún día sobre ello y, ya veis,
mi mujer y yo le hemos hecho caso.
Observar y aprender
Observar a nuestros hijos y ver cómo van desarrollando su
personalidad es siempre una experiencia maravillosa, y en materia de
ordenadores nos brinda a los padres la oportunidad de aprender a
veces más que lo que nosotros podamos enseñarles.
Pero aprender de los hijos requiere dejar atrás ciertos prejuicios
sobre el juego y los ordenadores. El verdadero trabajo de los niños
es jugar y experimentar y esto es tan respetable como cualquier otra
actividad de los adultos.
Los niños no saben de ordenadores
Aunque el ordenador ha formado parte de la vida cotidiana de
nuestros tres hijos, no han pasado de ser meros usuarios,
espléndidos, pero sólo eso, usuarios. Así que nosotros nos hemos
encargado de configurar, arreglar, ampliar, proteger y administrar
cualquier ordenador, módem, proxy u aparato cibernético que entrara
en nuestro hogar.
Contra la creencia general, los niños de hoy en día no son expertos
informáticos, son usuarios que pueden utilizar un ordenador bien o
mal. La mayoría de niños que disponen de ordenador en su casa saben
tanto de ordenadores como lo que nosotros sabíamos en nuestra
infancia de televisores, estéreos y casetes, o sea, nada, sólo saben
utilizarlos.
Los niños siempre clican OK
Si algo no tienen los niños es paciencia, cuando desean algo, ha de
ser ya. No nos ha de extrañar pues que los niños cliqueen siempre el
botón "OK" o lo que haga falta con tal de seguir adelante. Añadamos
a esto que la mayoría de mensajes les resultan incompresibles y que
han interiorizado que la mayor parte de veces el botón OK es el
correcto.
Con este comportamiento, corren el riesgo de exponerse a contenidos
inapropiados y debilitan la integridad de nuestro sistema
informático doméstico. Para evitar esto, en casa les hemos pedido
que nos avisen siempre que les aparezca algún mensaje que no
entiendan.
Los niños lo instalan todo
Los niños intentarán instalar cualquier programa, juego o lo que sea
por el sólo hecho que lo tiene algún amigo. Se diría que una de sus
máximas vitales es "si los otros lo tienen, yo también". Normalmente
el amigo les pasa una copia y en cuanto vuelven de la escuela lo
intentan instalar.
Los riesgos que corren son parecidos a los del caso anterior, por
eso es bueno que antes de cualquier instalación nos lo consulten.
Los niños se comen todo el espacio disponible
Un par de años atrás compré un disco de 150 Gb. Creí que tendría dos
años de margen antes de que se llenara. Me equivoqué. Cuatro meses
duró la ilusión. El causante fue uno de los chicos que, si pudiera,
tendría todo Internet en un disco duro. El caso es que es uno de los
miembros de la familia que más partido saca de nuestro sistema
informático doméstico y por lo tanto no creímos oportuno aplicar
ninguna sanción.
Le explicamos cómo afectaba al resto de la familia su hábito de
acumular y al final adoptamos una solución consensuada entre todos:
le cedimos 50 Gb en una partición exclusiva para él, y los demás
compartimos los 100 Gb restantes, puesto que no necesitábamos más.
Este sistema ha funcionado de maravilla y le ha servido para
aprender a administrar su espacio en disco.
Despedirse en el Messenger es "sólo un minuto" interminable
Especialmente cuando los hijos llegan a la adolescencia, les invade
la necesidad de estar permanentemente en contacto con los amigos.
Sentirse parte de un grupo les ayuda a autoafirmarse y a sobrellevar
los cambios que sufren a esa edad.
Una de las reglas de nuestra casa es que la cena es un momento para
compartir entre todos. Todos deben ayudar a poner la mesa y cenar
juntos. Así que cuando llega la hora les decimos en voz alta y
clara: "a poner la mesa". Los que están conectados al Messenger se
vuelven sordos y parece que estén en estado cataléptico. No
desfallecemos y al cabo de unos segundos repetimos: "a poner la
mesa". En ese momento despiertan de su letargo y sueltan: "ya me
despido, es sólo un minuto". Os digo yo que este minuto dura tanto
que se hace interminable.
Este tipo de situación nos brinda a los padres la ocasión para
hablar con los hijos sobre el respeto al resto de los miembros de la
familia, la asunción responsabilidades, la organización del tiempo
personal y de muchas cosas más.
Imprimir es gratis
Los adolescentes y los jóvenes son frecuentemente los abanderados
del respeto al medioambiente y a menudo con las posturas ecologistas
más radicales. Sorprende, por todo ello, llegar a casa un día y
encontrarse con que alguien se ha zampado medio paquete de papel y
la parte correspondiente de tinta haciendo pruebas de no se qué
trabajo de la escuela.
Los niños y adolescentes no tienen conciencia del coste
medioambiental y económico de sus actos. Para ellos el papel, la
tinta, los CD's, las baterías y en general cualquier consumible, son
objetos que aparecen en casa por arte de magia.
Dependerá de nosotros, los padres, que con nuestro ejemplo y nuestra
actitud les hagamos reflexionar sobre las consecuencias de sus
decisiones y hacerles partícipes de que, moderando su consumo,
pueden ayudar tanto a la economía familiar como contribuir a mejorar
la salud del planeta.
En Internet, discernir entre ficción y realidad no es sencillo
Una tarde, mientras estaba leyendo en el salón, la menor de la casa
estaba muriéndose de risa ante un vídeo de YouTube. Me acerqué
dispuesto a reír yo también cuando advertí que el vídeo en cuestión
era un surtido de accidentes y tortazos reales. Le pregunté si sabía
que en esos accidentes la gente se había hecho daño de verdad y me
di cuenta de que no lo tenía del todo claro.
En la televisión hay una programación y los padres podemos como
mínimo decidir qué se puede ver y qué no. En Internet no funciona de
esta manera. YouTube, por poner un ejemplo, contiene de todo,
ficción y realidad se mezclan en el mismo canal y a determinadas
edades discernir entre una cosa u otra no es nada fácil.
Es por ello importante hablar con los hijos de los contenidos a los
que se exponen y de los valores positivos o negativos que según
nuestra opinión transmiten.
¿Protegerlos o sobreprotegerlos?
Hablando de hijos e Internet, es inevitable tratar de algo que a
todo padre y madre preocupa: cómo proteger a los hijos de contenidos
inadecuados y de agresiones externas relacionadas con la violencia,
la pornografía y la pedofilia. Hay voces mucho más expertas que las
nuestras y os aconsejamos que ante todo visitéis alguno de los
sitios web de referencia como: www.protegeles.com, chaval.red.es y
www.asociacion-acpi.org.
Los padres hemos de proporcionar a los hijos estímulos y
herramientas para que experimenten y desarrollen sus habilidades y
el ordenador es una de ellas. Su curiosidad innata les lleva a
experimentar a través del juego y esto deben hacerlo en un entorno
seguro que les proteja de daños graves hacia su persona y hacia los
demás.
Cuando nuestros hijos juegan en un parque público, aunque les
dejemos cierta libertad de movimiento, les damos unas pautas, les
ponemos unos límites y estamos alerta e intervenimos así que
intuimos que corren algún riesgo importante. De la misma manera
debemos comportarnos cuando nuestros hijos se conectan a Internet:
hemos de saber lo que hacen y con quién y establecer ciertas normas
y límites sin atemorizarlos ni sobreprotegerlos.
Normas y límites en Internet
Estas son las normas que en casa nos han sido más útiles:
-
Ningún hijo tiene ordenador en su habitación. Tenemos
ubicados los ordenadores en lugares comunes y concurridos tales como
el salón y el estudio.
-
Debe cumplirse un horario y un tiempo de conexión que
está en función de la edad de cada hijo.
-
Conectarse y chatear no puede pasar por encima de
hacer los deberes de la escuela u otras obligaciones.
-
La cena es un momento de desconexión y de encuentro.
-
No deben proporcionar ningún dato personal a través
de Internet.
-
No deben aceptar ninguna cita de desconocidos.
-
Deben informarnos de cualquier propuesta que les
parezca extraña.
Cómo estar al corriente de lo que hacen y con
quién
Esto es fácil si el ordenador está en un espacio común de la casa.
Algunos consejos:
Las fotos o imágenes de los contactos del Messenger
pueden ser una buena excusa para iniciar una conversación. Permiten
utilizar frases del estilo: "¿De quien es esta imagen tan
divertida?" o "No lo conozco, ¿es de la escuela?".
Cuando expresan sus emociones con risas, tecleo frenético o
expresiones en voz alta, es un buen momento para preguntarles y
acercarse a ellos.
Si no conoces cómo funciona el Messenger, qué es myspace o YouTube,
aprende un poco. Interésate por ello, pídeles que te enseñen, date
de alta aunque sólo sea para probar. Te será más fácil hablar de
ello con tus hijos y establecer puntos de contacto.
Sé curioso, intenta entender su mundo social y comunicativo. Si
tienen su blog, fotolog o similar, entra en ellos de vez en cuando,
no para espiar, sino para compartir, muéstrales tu interés y aprende
de ellos.
Cómo proteger nuestro ordenador de las acciones de
nuestros hijos
Cuando mi hija mayor tenía unos tres años, un día la dejé un ratito
delante de mi Apple Macintosh SE. Hacía poco que había instalado un
programa de dibujo para niños llamado KidPix con el que ella se lo
pasaba de maravilla. La niña estaba más callada que de costumbre,
absorta en su dibujo, creía yo. Me extrañó tanto silencio, así que
me pasé a ver qué era eso tan interesante que estaba dibujando.
Miré hacia la pantalla del Mac, y el susto que me di fue terrible.
En la pantalla no había ningún dibujo, mi niña tenía delante suyo el
escritorio del Mac limpito, excesivamente limpio puesto que sólo
quedaba una carpeta de las muchas que yo tenía habitualmente en él.
Ella había descubierto que los objetos desaparecían al arrastrarlos
encima de una carpeta y eso, parece ser, le divirtió mucho más que
dibujar.
Por suerte, no pasó de ser un susto puesto que todas mis carpetas
estaban dentro de la única que había quedado en el escritorio. Pero
¿y si mi hija hubiera escogido la papelera en lugar de una carpeta?
Ahí me empecé a dar cuenta de que los niños, esos maravillosos seres
llenos de bondad e inocencia, pueden darte más de un quebradero de
cabeza usando tu ordenador. Os recomendamos pues que toméis alguna
medida preventiva como, por ejemplo, las que nosotros hemos tomado
en casa.
Crea un usuario para cada uno
Cada cual tendrá su escritorio personal, su configuración, sus
carpetas y ficheros, su fondo de pantalla, etc.
El historial del navegador será único para cada usuario, lo que te
permitirá revisarlo si lo crees necesario.
Cada cual tendrá su carpeta "Mis documentos" y no se mezclarán los
archivos de los diversos usuarios.
Derechos de los usuarios
No permitas que los usuarios tengan contraseña o, si la tienen, los
padres debemos conocerla, de lo contrario nos será difícil revisar
el ordenador si algún día es necesario.
Deberás decidir si darles perfil de administrador o no. Si no tienen
perfil de administrador, no podrán instalar programas pero les
limitarás su autonomía en el uso del ordenador.
Si tienes más de un ordenador, reserva uno en el cual sólo los
padres tengáis derechos de administración. Esto asegurará en cierta
manera tener cómo mínimo un ordenador siempre en buen estado.
Haz copias de seguridad periódicamente
Haz copias de seguridad de los datos. En casa saben que las copias
se hacen de las carpetas "Mis documentos" y no del resto.
Utiliza un programa que permita hacer copias incrementales. Nosotros
hacemos una copia íntegra cada año y el resto, hasta la del año
siguiente, las hacemos incrementales.
Lo más práctico es utilizar un disco externo como destino de las
copias de seguridad, así podrás recuperar cualquier archivo en
cualquier ordenador.
Antivirus, firewall y antiespías
Ten siempre actualizado tu programa antivirus, actívate el FireWall
del sistema operativo o instálate algún otro y pasa de vez en cuando
un programa antiespía.
Formas sencillas de revisar nuestro sistema
Comprueba los últimos programas instalados
Cuando veas un nuevo programa instalado que no conoces, introduce su
nombre en Google y cerciórate de lo que hace.
Haciendo este tipo de comprobación, además de saber qué les
interesa, podrás desinstalar aquellos programas que sean
perjudiciales después de hablarlo con el hijo o hija responsable de
la instalación y siempre explicándole las razones.
Revisa el espacio libre en disco
Esta operación tan sencilla te dará una visión de si el crecimiento
de la ocupación es normal o, al contrario, ha habido recientemente
una ocupación exagerada. Este último caso puede ser un indicio de
bajadas "compulsivas" o de comportamientos anormales de algún
programa.
Estar al corriente de lo que se está bajando
Esta revisión es conveniente hacerla tanto para estar al corriente
del tipo de contenido que va a alojarse en nuestros ordenadores como
para evitar quedarse sin ancho de banda o espacio en disco.
Conclusiones
El ordenador puede ser un buen recurso para el desarrollo de las
habilidades y la inteligencia de nuestros hijos a la vez que nos
proporciona muchos momentos de aprendizaje mutuo. Seguir estas pocas
recomendaciones nos ha ayudado a crear un entorno seguro en el que
nuestros hijos juegan y experimentan sin necesidad de
sobreprotección.
Josep Casanovas
(Merche Carretero es coautora de este artículo)
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