Técnicas de estudio, concentración, memoria, comprensión, y desarrollo de habilidades mentales

   Creatividad para ser más críticos ¿De dónde viene? 

 

El pensamiento científico es asediado por prejuicios y percepciones estereotipadas convertidos en normas "rigurosas y objetivas". De vez en cuando se despereza con una duda y se atreve a correr algún riesgo. Esta aventura se facilita, en cierto sentido, cuando hay una crisis, cuyo modelo puede ejemplificarse con la crisis vital en la que se recorre el ciclo deseo-frustración-conflicto. La ignorancia no es sólo la base para saber, y para querer saber. Es además el inconsciente que aflora con la crisis y permite recuperar lo ancestral, accediendo a nuevas interrelaciones de conocimientos y a "nuevas" nociones precientíficas indispensables para hacer ciencia. Se posibilita la integración del inconsciente colectivo (Freud, Fanon) y la experiencia conciente personal. La antropología, el psicoanálisis, la mitología y la poesía podrían dar cuenta de este descubrimiento de nosotros mismos (Fernández Mouján), en el cual podemos percibir "no yoes más profundos (..), un comité de inteligencias internas que se ocupa de mis problemas mucho mejor que yo" (Huxley), y hasta experiencias de la psicología transpersonal que integran la conciencia con el cosmos (Grof).

La existencia conciente centrada en la razón reprime al instinto, al sentimiento, al ancestro. La situación puede volverse intolerable. Es la crisis. Que estimula la creatividad. En salud se puede ejemplificar la crisis si se compara la racionalidad de la prevención con su aplicación práctica frecuentemente nula. ¿Por qué no se hace lo obvio? Terris propone un modelo explicativo y de acción para superar la crisis de la salud pública que no puede concretar la prevención basada en la epidemiología (1993) cuando se enfrenta con obstáculos científicos, ideológicos e intereses creados (1982).

La misma polaridad entre ciencia e inconciencia se produce entre narcisismo regresivo y proyecto colectivo, donde aquel lleva al aislamiento y este a la integración (Galende). Este colectivo revaloriza el escuchar, como paso a la co-creación junto a otros (Massé).

La conducta no es un producto racional, ni de la mente en un sentido limitado (Bleger), sino de la confluencia de mente, cuerpo y mundo (Pichón Riviere).

No es otra tensión que la que existe entre realización y comprensión, donde aquella surge de compararnos, desarrollar poder, y llegar tal vez a admirarnos (degradándonos ante nuestra propia limitación), atravesando un mar de conflictos. Mientras la comprensión del deseo y su represión, nos permite observar la rueda de realización-frustración, vernos como somos, aumentar nuestra sensibilidad y eliminar el conflicto. Desde esta comprensión podemos crear sin deseo de "ser algo" o de "tener algo" (Krishnamurti).

Desde la conciencia se reformularán conceptos como desarrollo, crecimiento, etc., pero las innovaciones surgirán como respuestas de la imaginación a preguntas básicas del inconsciente social (Morin).

Aún los matemáticos observan ventajas en los universos imaginarios comparados con el real, y los rechazan con tristeza cuando ven la "brutal razón de que no encajan en los hechos" (Hardy).

Para Freud hay que tocar a los instintos con la represión para producir "las obras más valiosas de la civilización humana". En base a la teoría del psicoanálisis, los instintos reprimidos producen una fobia neurótica que en espíritus privilegiados origina obras destacadas (Díaz y Heller). Para Freud, la genialidad es individual (el lado negativo es el despotismo ilustrado), aunque está bajo la influencia del contagio mental que fluye desde una multitud humana a la cual le reconoce un mayor valor para el sacrificio en relación al individuo (el lado negativo es la masificación).

Pero venga de donde venga, cualquiera sea entonces su origen y ámbito, la creación es una salida a la intolerancia frente a una situación, en busca del cambio (Cerdeiras). Por esta causa, algunos artistas son colocados en los papeles menos afines, para obligarlos a crear a fuerza de autocuestionarse (Al Pacino, alumno de Lee Strasberg).

La primera creación es la universal y poco se sabe de ella. Pero de la evolución, que es una continua recreación, hay muy bellas teorías. Para Gould constituye un salto en la periferia aislada de un ancestro. Incluso no es inútil pensar la creación desde la pura biología: la mayor velocidad de los computadores se logra cuando el ordenamiento lo realizan en base a mecanismos como los que ordenan las bases Adenina, Citosina, Guanina, y Timidina en el ADN. Resulta que para los animales superiores o las cadenas moleculares, la biología ha mejorado el resultado mediante el cambio, a veces radical, ante el acicate de la necesidad.

Hay un correlato entre las ondas cerebrales descubiertas por Joe Kamiya en 1958 y los niveles de conciencia:

1. beta: estado de alerta o de vigilia activa
2. alfa: estado de relajación con ojos cerrados o de vigilia pasiva
3. theta: conciencia subliminal a la entrada y salida del sueño
4. delta: sueño.

Las investigaciones demostraron que el ritmo theta es el asociado con la imaginación y las ideas más creativas (Green).

Respecto del sueño, antes que la neurología lo relacionara con ondas electroencefálicas y que la psicoterapia utilizara el sueño para diagnosticar, los antiguos, como por ejemplo la tribu de los Senoi, habían descubierto sus potencialidades para proyectar la vida, construyendo el futuro con el análisis cotidiano de lo soñado en rueda de sabios.

¿CÓMO SE ESTIMULA?
Las técnicas para crear (Sikoda) consisten básicamente en imaginar (Moccio) o racionalizar. Para imaginar, se apela a:

  • bombardear la razón (ej.: tormenta de cerebros),

  • desbloquear la emoción (ej.: ejercicios psicofísicos o drogas como LSD para borrar la barrera racional que impide la relación mente-cuerpo- mundo),

  • ambas cosas simultáneamente (ej.: ensoñación, como practicaba Pichón Riviere),

  • salir del yo (ej.: juego de roles).

Se argumenta que las técnicas logran creatividad al desbloquear la integración entre inconsciente colectivo y conciente personal (Moccio). Por su parte, las técnicas racionales mapean el conocimiento para descubrir un agujero = "inconsistencia", o una incoherencia (ej.: matriz de descubrimiento, cf. Demory).

El valor del otro en la creación se evidencia al interpretar por qué son creativos el juego de roles o el de sombreros de colores de de Bono: son técnicas para imaginar con "otra cabeza": jugando a ser el otro, ser el otro que uno es. Usar la excusa de ponerse en el lugar de otro para ser uno mismo a escondidas.

Aparte de las técnicas que estimulan la creatividad, hay enfoques creativos: estar en un viaje de descubrimiento no es ir a otro lado sino mirar con otros ojos; ver preguntas donde se veían respuestas evidentes; desarrollar una visión global, y una visión salvaje; encontrar contrasentidos talentosos; habitar la inter - multi - trans - metadisciplina (Morin); mantener el escepticismo y la apertura; observar como un recién nacido (Krishnamurti).

Muchos autores dan gran importancia al lenguaje: la primera revolución es la del lenguaje (Kuhn), y su uso exige siempre una recreación para lograr la comunicación (Paulick).

Es interesante que, frente a la literatura que pulula para alcanzar competitivamente el éxito (comercial, profesional, empresario), la creatividad pueda estimularse "bajando el nivel de competitividad" (Moccio).

¿CÓMO SE RECONOCE?
En cuanto imaginación, la creatividad puede sintetizar razones y sentimientos, sin el curso del pensamiento riguroso, para que "no perturbemos capacidades que son mucho más inteligentes que nuestro raciocinio". Por lo tanto, tal como se presenta inicialmente, lo imaginado no muestra secuencias lógicas ni asociaciones por contigüidad (Moccio). Por la dificultad inicial de acomodar lo creado a lo conocido, impresiona como "producido de la nada" (primera acepción de "crear" en el Gran Diccionario Salvat).

En cambio, cuando mediante alguna técnica detectamos lo no descubierto (técnica de la matriz de descubrimiento), la creación se confirma por haber agujerado lo conocido en un punto frágil, o por llenar un agujero de lo presuntamente conocido.

¿ADÓNDE VA?
Los humanos podemos contradecir el instinto: Comer sin hambre, copular sin deseo (Vélez Correa). Y también las ocasiones ventajosas: no tomar lo ajeno aunque no nos vean. Esto nos diferencia de otros animales, y nos posibilita resistir lo dado, la realidad actual, para construir otra. Pero otra realidad no es garantía: puede ser más o menos real que la actual. Entonces, si decimos que la realidad no es garantía, en cuanto permite la alteración de lo real, ¿estamos trasladando la garantía a lo real. Pero ¿qué es lo real? ¿Es definidamente algo? ¿Es algo que no puede ser otra cosa, que no puede limitar u ocultar otra cosa? Y si no es sólo una cosa, ¿puede ser garantía? La respuesta puede ser que lo real no es algo definido y permanente, no una cosa sino una condición de las cosas que les permite ser. Algo hacia la naturaleza posible, lejos de la naturaleza real. Por lo cual, lo real es hoy para siempre, abierto al infinito humano, concretado en el presente de una de las tantas maneras en que lo humano puede expresarse en todas las dimensiones de su naturaleza.

Hay una relación entre ética y creatividad: contrariar el instinto nos aleja o acerca a nuestra naturaleza, tiene un valor, y por lo tanto es susceptible de evaluación ética. Pero esta ética es real si nos expresamos, no si nos alienamos. La creatividad es una condición para oponernos a la alienación, resistir la fuerza natural instintiva, y superar las circunstancias. La rigurosidad es una característica que la ciencia gusta para autodefinirse. Pero ella será tardía si quiere ser útil, sucediendo a la creación y convergiendo con ella en la conclusión de una investigación de cualquier verdad. Chico Buarque lo dice sinceramente: "¿A quién le vas a mostrar un trozo de lo que has escrito cuando ni siquiera sabés lo que estás haciendo?".

Crear es necesario para vivir la propia vida. Sin ella, nuestra vida se aliena en otros. Su valor no es necesariamente mayor para la humanidad que otras manifestaciones de nuestras personas, pero para estas tiene un valor insustituible cuando es imaginativa: manifiesta ciertas profundidades del ser que no afloran de otros modos. Hay una dificultad: crear exige liberarnos. La creación es un producto nuevo. Puede ser creación imaginativa o racional. Hay formas racionales de crear, como cuando se rastrea metodológicamente el conocimiento existente en una cuestión para descubrir una falla (inconsistencia o incoherencia).

Sin creatividad creeremos lo obvio, sin advertir que la obviedad no es una verdad, sino la engañosa apariencia de muchas verdades por descubrir, o por reinventar, ya que todo está dado en la infinita potencialidad del ser.

Es indispensable ser creativos. Para que no vivamos lo dado como todo lo real. "¿Hay una vida antes de la muerte?" se pregunta el poeta irlandés.

La realidad alienante vivida como vigente se transforma en una rutina macabra, donde la vida se va antes de haber llegado. Creativamente, descubriremos que lo que parece no es y por lo tanto que pudimos y podremos "estar" radicalmente de otra manera como condición para poder ser (Kusch).

La creatividad es sin embargo, apenas una condición de libertad, pero como toda condición es dual: permite lo mejor y lo peor. Sin creatividad no hay plena libertad, pero puede haber marketing creativo para imponer basura. Creatividad es potencialidad. La libertad necesita todas las potencialidades, pero ella es la que decidirá el destino y el valor final de todas las potencialidades.

La creación, producto de la creatividad, es siempre una innovación, si no para otros al menos para uno, pero no es garantía, ya que puede servir a distintos señores: para Schumpeter, cumple el exitoso rol de motorizar el paso del capitalismo competitivo al monopolista, luego de que la innovación fue la base del triunfo del capitalismo. Es evidente que aquí predomina una visión tecnológica, ni siquiera científica, en cuanto los que se imponen son productos materiales como bienes comerciales puros, reproducidos maníacamente, "demandando compradores". El tener se impone al ser, el consumo a la necesidad, el hedonismo a la verdad.

Pero la innovación puede tener otro sentido, social y no competitivo, centrado en los bienes comunicables, aquellos que no se reducen, sino que más frecuentemente se expanden al compartirlos: amor, belleza, conocimiento, ocio creativo, salud, transformación social.

Como no viene de nada existente e instalado en la sociedad, la creación es una apuesta, y por eso no tiene garantías. El sentido de una creación está en el origen antes que en el destino. En política, por ejemplo, un acontecimiento que transforma el curso de la historia, si viene de las víctimas puede ser democrático, porque ellas pueden "presentar" lo nuevo y distinto, ya que los representantes las omitían (Badiou).

Todos tenemos alguna dosis de creatividad. Esto pasó desapercibido para los empresarios, hasta que advirtieron el avance productivo y eficiente que significaba el aporte del trabajador a la empresa, de manera que empezaron a considerarlo un capital humano para la producción, y ya no para la mera reproducción (Goodbar, Pinchot). Este concepto generó las técnicas de calidad total, partiendo del hecho sostenido por Taylor de que el 70% de las innovaciones de procesos laborales son de los trabajadores (Deming). Lo que tiene de humanitario este enfoque es más aparente que real, y siempre secundario, ya que primariamente se integra en el contexto de globalización, achicamientos relativos de mercados y alta competitividad, con desarrollo de la gerencia de recursos humanos ("empresario interno") para aprovechar al obrero, producir sobre pedido, ahorrar stock y edificios para depósitos, informatizar el proceso y entregar justo a tiempo. El objetivo central es bajar el costo para aumentar la eficiencia empresaria, utilizando más la flexibilización para el desempleo que para el empleo.

Si la creación es un producto, la creatividad es un recurso, un medio, algo instrumental. Creatividad es potencialidad, o sea una condición que no garantiza, sino que permite la libertad, al igual que cualquier otra facultad, y no necesariamente un bien como afirma Moccio. Por lo tanto su sentido es el humano, el que el hombre le dé. Para el capitalismo y para el socialismo stalinista es para sumar otra fuerza a sus fuerzas de la dominación. Sin embargo la creatividad, como todo instrumento es dual: puede contribuir a un nuevo humanismo donde la dominación ya no sea el objetivo del poder (distintas filosofías tradicionales, Gandhi), pero sin creatividad somos menos nosotros, de manera que nos expresamos menos y nos conocemos menos, desconociendo por lo tanto al mundo.

En síntesis, para recorrer el camino entre la falta (pregunta: duda) y la solución (respuesta: responso) existe una necesidad de creatividad, que no excluye su dualismo: se expresa tanto en su aporte a la evolución (que puede ser adaptativa si se fija al pasado o superadora si se proyecta al futuro) como a la apuesta revolucionaria (transformadora hacia el futuro o regresiva hacia el pasado). Al final del trayecto, como siempre, está la posibilidad de encontrar una verdad o construir una falacia, de entender lo real o de encubrirlo con una nueva ilusión.

APROPIACIONES DE CREATIVIDAD
Los medicamentos permiten ejemplificar una apropiación de creatividad. Sabido es que el 50% de la farmacopea es indígena. Proviene, por lo tanto, de un saber que Occidente se empeña en considerar empírico y no científico, como si empirismo y cientificidad fueran cualidades contrapuestas. Por el contrario, el caso de la herboristería es un modelo de observación - hipótesis - verificación - difusión, o sea del método científico.

Con los medicamentos, Occidente recorrió estas etapas para la apropiación de un saber tradicional (Menéndez): desvalorizó la herboristería, retuvo su conocimiento, y finalmente lo insertó en un proceso industrializador, que otorga precisión y pureza. Se oculta algo esencial: la industrialización mantenía las condiciones esenciales y la validez del conocimiento aborigen. Ahora los laboratorios de productos medicinales imponen en todo el mundo leyes de patentes que obligan a los pueblos originarios de la Tierra, donde asientan los países del Tercer Mundo, a abonarles regalías por la concesión de derechos de invención en poder de los extranjeros.

SÍNTESIS
La creatividad no es una cualidad más, sino una importante posibilidad de espontaneidad y de proyectar la profundidad que guarda nuestra memoria oscura. Por eso su valor desborda el aprovechamiento fundamentalmente comercial que hoy pretende dársele.

Al contrario de los productos habituales del aprendizaje común, una creación revela lo desaprendido y por tanto es un arma especial para el cambio donde no hay caminos recorridos.

Una vez que surgió como "de la nada", la creación científica requiere un despliegue yoico, y la tercera fase es la recepción de lo creado por otro, pero cualquiera sea la evaluación que se haga de la nueva criatura, nunca desaparece el valor de autoconocimiento que el proceso creativo y su producto significaron para el autor.

Mario Borini

 

 

 

 

 

 

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