¿Por qué medita la
gente?
Siempre me sorprendo cuando la gente me pregunta «¿Por qué medita usted?».
Es como preguntarme «¿Por qué respira?». Cuando mi práctica de la
meditación es fuerte, duermo bien, me levanto temprano y la frescura de la
mañana parece durar todo el día. Aprecio más a las personas y hasta las
molestias me resultan tolerables. Mis pensamientos son lúcidos y siento
que «domino la situación».
Los beneficios de la meditación se extienden por todo lo que hacemos. Es
tener más energía y mejor salud, pensar y trabajar con mayor eficiencia y
disfrutar más de la vida. Sentirse relajado y consciente es el equivalente
mental de estar en forma y tener buena salud.
Las personas a menudo tienen una razón precisa para meditar, como puede
ser curar una enfermedad o estudiar mejor, pero también con frecuencia
obtienen algo diferente o algo más de lo que esperaban. Buscan alivio a su
insomnio y encuentran que sus relaciones mejoran, vienen por un problema
de hipertensión y encuentran paz y un propósito en su vida. A veces
descubren que fuman o comen menos, o que no necesitan gafas o la
medicación para el asma.
Con frecuencia me da vergüenza hablar sobre los beneficios de la
meditación, porque parece que lo curara todo, como aquellas medicinas
mágicas del siglo pasado.
Me siento como un vendedor de elixir: «La meditación le ayudará a superar
el insomnio, los calambres estomacales, la falta de memoria, la melancolía
y los problemas de autoestima. Ah, ¡y las verrugas también le
desaparecerán!».
Como profesor, no necesito cantar las alabanzas de la meditación, porque
en clase los alumnos pronto descubren los beneficios por sí mismos. Esta
experiencia directa vale más que mil palabras; tal vez hace años que
piensan en la meditación y media hora después, resulta que ya saben qué se
siente al meditar.
Muchas veces me han comentado algo así: «Dicen que la meditación cura el
cáncer». Yo prefiero decir que la meditación sirve de respaldo a una
curación, más que causarla. Después de todo, ni siquiera los médicos lo
«curan» todo, sólo ayudan a los procesos naturales de curación del cuerpo.
Como apoyo, la meditación puede ser vital para la curación. Si a un árbol
joven no le procuramos un soporte, el viento lo puede quebrar y acabará
muriendo, pero ése sería tan sólo uno de los muchos factores que ayudan a
conseguir un árbol sano. La meditación puede ser el factor crucial que
ayude a una persona a superar el cáncer, pero no es probable que sea la
única causa. El estilo de vida, la dieta alimenticia y los factores
psicológicos también cumplirían una función.
Siendo la meditación tan maravillosa como es, a mí me da vergüenza la
forma en que algunas personas la promocionan. La práctica de la meditación
es como la obtención de una buena salud, requiere tiempo y esfuerzo, y hay
que evitar tener expectativas poco realistas sobre lo que se puede
alcanzar. Aun así, algunos anuncios publicitarios del movimiento New Age
la presentan como una ruta mágica hacia la riqueza sin límites, el vigor
sexual, el poder sobre los demás y la inmortalidad física. (¡No exagero!)
La gente medita por muchas razones:
• Relajación
• Salud
• Paz interior y armonía
• Concentración
• Para mejorar el rendimiento deportivo o teatral
• Inspiración y creatividad
• Calidad de vida
• Autocomprensión y terapia
• Despertar espiritual
Relajación
Después de una crisis seria o años de tensión crónica, muchas personas
pierden su capacidad de relajarse y son millones los que necesitan
medicación para una función tan natural como dormir. La incapacidad de
relajarse fácilmente puede conducir a una pobre calidad de vida y a
problemas de salud.
Aprender a relajarse conscientemente y hacerlo con rapidez, en cualquier
situación, es el primer paso para la meditación. Al relajarnos no sólo
destensamos el cuerpo, sino también nos deshacemos de las preocupaciones
mentales que nos pusieron en tensión.
La relajación consciente, generalmente se consigue al principio en un
lugar tranquilo, con los ojos cerrados, pero llega el momento en que
también nos podremos relajar mientras conducimos, comemos, hablamos, o
incluso, mientras mantenemos una discusión. No perdemos los estribos y al
final del día nos podemos recuperar fácilmente.
Salud
Estar más relajado cada día es enormemente valioso para nuestra salud. La
meditación nos lleva un paso más adelante y hay cientos de estudios
médicos que respaldan la pretensión de que la meditación es buena para la
salud. Los que aparecen a continuación son los descubrimientos más
comunes.
La meditación relaja la tensión muscular. Esto alivia el dolor
automáticamente, aumenta la movilidad y permite que el cuerpo se relaje.
La respiración, los fluidos corporales y los impulsos nerviosos fluyen con
libertad.
La meditación disminuye la presión arterial alta. Cuando la tensión
muscular se afloja, el cuerpo se vuelve más flexible y el corazón no tiene
que bombear con tanta fuerza para enviar la sangre a través de venas y
arterias. Cuando estamos en tensión, la sangre se espesa con colesterol,
pero se hace más líquida cuando nos relajamos.
La meditación estimula el sistema inmunológico y la producción de
glóbulos blancos. El sistema inmunológico se resiente cuando el cuerpo
está en tensión. El proceso de curación funciona mejor cuando el cuerpo
está relajado o durmiendo. La meditación acelera el tiempo de recuperación
después de una enfermedad o una operación.
La meditación abre los conductos respiratorios cerrados. Resulta
particularmente buena para personas asmáticas y alérgicas (fiebre del
heno).
La meditación aumenta la circulación de la sangre hacia el aparato
digestivo, la piel y el cerebro. Cuando estamos en tensión, el sistema
digestivo se nos cierra y el torrente sanguíneo se dirige a los grandes
músculos responsables del reflejo «hacer frente o escapar». La meditación
le da la vuelta a este proceso y el aparato digestivo vuelve a funcionar
correctamente otra vez.
El flujo de sangre hacia la piel y las extremidades se puede experimentar
como una agradable sensación de cosquilleo cuando nos relajamos. Una mejor
circulación significa que todo el cuerpo se alimenta mejor de nutrientes y
elimina los productos tóxicos con mayor eficacia.
La meditación tiene efectos drásticos sobre la actividad hormonal.
Se trata de un descubrimiento complejo que todavía requiere una
interpretación más ajustada. Obviamente, las hormonas relacionadas con la
tensión disminuyen durante la meditación. El patrón de secreciones
hormonales de una persona que hace meditación generalmente se parece al de
una persona cinco o diez años más joven, lo que sugiere que las tensiones
físicas de la edad no pesan tanto sobre la persona que practica la
meditación. Las personas que hacen meditación son como las personas que
están en muy buenas condiciones físicas, parecen más jóvenes de lo que son
en realidad por su edad.
La meditación equilibra la actividad de los hemisferios izquierdo y
derecho. Cada uno de los hemisferios del cerebro gobierna la
coordinación motora del lado opuesto del cuerpo. Si un hemisferio es
activo en exceso, el cuerpo puede tender a estar ligeramente inclinado,
torcido o desequilibrado, lo que naturalmente crea tensión física. Las
personas ansiosas tienden a tener o sentir nudos por todo el cuerpo.
Para mí, la presencia de un desequilibrio corporal es una herramienta de
diagnóstico. Cuando veo por primera vez a unos alumnos, les hago una foto
mental y a medida que pasan las semanas, espero ver que su postura general
se vuelve más simétrica al tiempo que la actividad de sus hemisferios se
equilibra.
Dicho de una forma muy sencilla, el hemisferio izquierdo generalmente rige
sobre el pensamiento mientras que el derecho lo hace sobre los
sentimientos. Muchos de nosotros nos encontramos en un caso u otro. Tal
vez pensamos en exceso todo el día o las emociones nos inundan, pero la
meditación equilibra esa situación. La persona que practica la meditación
es capaz de pensar con claridad al tiempo que mantiene sus respuestas
emocionales.
Indicaciones sobre la salud en general. La evidencia médica sugiere
que la meditación puede resultar especialmente eficaz en casos de
insomnio, migraña, asma, dolor crónico, hipertensión, alergia o
recuperación después de una enfermedad. Frecuentemente consigue buenos
resultados con los desórdenes psicosomáticos de la piel, el aparato
digestivo y el sistema nervioso.
La evidencia anecdótica indica que la meditación actúa ocasionalmente como
una «bala mágica». Quienes padecen insomnio o migraña son los que con más
posibilidades consiguen resultados rápidos y duraderos. La meditación
puede eliminar el 20 por ciento superior de tensión que da paso al
insomnio o a un ataque de migraña.
De hecho, la meditación generalmente funciona como un tratamiento
naturopático: pone a todo el cuerpo en armonía. Los resultados son más
lentos, más generales y no son fáciles de medir científicamente. Aun así,
podemos considerar que la meditación es útil para todas las enfermedades y
no sólo para las mencionadas más arriba. La mayoría de personas, después
de tres o cuatro semanas de práctica continua, nota mejoría en la salud en
general y en su bienestar.
Paz interior y armonía
A veces pensamos que la paz interior es imposible porque el mundo o
nuestra vida es un caos, y sin embargo, la tranquilidad, aunque sea
pasajera, siempre nos acompaña cuando nos relajamos. En esos momentos en
los que disfrutamos plenamente de la belleza de la naturaleza o jugamos
con nuestro perro, el miedo y la rabia quedan en suspenso, hayamos tenido
un día bueno o malo. Incluso el dolor crónico parece más tolerable.
Concentración
La tensión socava nuestra capacidad de concentración. Si intentamos pensar
y hacer una docena de cosas diferentes a la vez, no hacemos ninguna bien.
La meditación nos prepara para concentrarnos en una cosa cada vez.
Aprendemos a descartar las preocupaciones mentales triviales y las
obsesiones improductivas, lo que nos da espacio para trabajar y poner toda
la mente en la tarea a realizar.
Mejorar el rendimiento
En Estados Unidos muchos profesores de meditación se ganan la vida
enseñando a deportistas y gente del mundo del espectáculo, quienes
descubren que la meditación les da la fuerza que necesitan para alcanzar
máximos resultados. Saben que funcionar sólo a altos niveles de adrenalina
resulta contraproducente.
Los grandes bailarines, tenistas y actores llevan a cabo su actuación con
gracia y facilidad. Están relajados y usan sólo la cantidad de energía
necesaria para lo que están haciendo. Un jugador de hockey me dijo: «La
meditación es maravillosa para mí. Perdimos la final, pero yo jugué el
mejor partido de la temporada. Encontré tiempo suficiente para llegar a
donde iba y para descansar durante las pausas. Sentía las oleadas de
energía dirigirse hacia donde mi cuerpo la necesitaba».
Inspiración y visión
«Se me ocurren tantas ideas durante una clase de meditación», decía un
artista visual, «que me duran toda la semana». La meditación pone el
pensamiento verbal en el fondo y crea un espacio para que la inspiración
aparezca. Podemos activar la parte adecuada de la mente y soñar estando
completamente despiertos. Esto promueve las ráfagas de conocimiento que a
menudo emergen con el ensueño o la quimera.
La meditación puede ayudar a solucionar problemas difíciles. Nos permite
retirarnos, como si nos subiéramos a una montaña para inspeccionar el
terreno que vemos debajo. Podemos dejar de lado las enojosas minucias y
concentrarnos en la visión general. No se trata de un proceso por el que
«pensamos la cosas con detalle», sino que las respuestas frecuentemente
aparecen como una ráfaga cuando la mente está tranquila.
En la tradición budista, la sabiduría interior (que es la única que vale
la pena tener) tiene su origen en estas ráfagas de conocimiento. Son
momentos cuando nos podemos apartar de nuestros ego-dramas y ver las cosas
con exactitud. Se hace la luz y nos damos cuenta de que «el queso me da
dolor de cabeza» o «en realidad, mi esposa no me gusta», o tenemos
profundas intuiciones sobre cuestiones personales o filosóficas.
Calidad de vida
Se supone que los monjes y las monjas llevan una vida de privaciones, sin
sexo, sin diversión, con restricciones alimentarias, pero de hecho, es
probable que lleven vidas de refinada sensualidad. Del mismo modo, las
personas que practican la meditación pueden vivir en un mundo rico de
sensaciones y sentimientos. Disfrutar de una simple comida a conciencia es
más satisfactorio que zamparse un gran banquete con la mente puesta en
otra cosa.
Muchas personas me dicen a menudo «Si pierdo mi sesión matutina, todo el
día se hace difícil». Los principiantes se dan cuenta de lo valiosa que es
la meditación cuando dejan de practicarla durante un tiempo.
Conciencia de uno mismo y terapia
La conciencia de uno mismo comienza con la conciencia del propio cuerpo.
La señal más clara de neurosis es la falta de esta conciencia. Las
personas así ni siquiera se dan cuenta cuando encienden otro cigarrillo o
se llevan comida a la boca. Tienden a vivir en la cabeza; las personas
anoréxicas, por ejemplo, están obsesionadas con la idea, no con la
realidad, de su cuerpo.
La meditación nos hace poner los pies en la tierra, nos pone en contacto
con las sensaciones de nuestros cuerpos. Reconocer la realidad de quiénes
somos puede ser incómodo, pero la conciencia de uno mismo debe comenzar
por aquí. La relajación afloja las tensiones del día. La relajación
profunda puede liberar la tensión crónica acumulada durante años. A su
vez, esto puede aflojar las emociones reprimidas que dieron lugar a dichas
tensiones. Cuando la mente es fuerte y está tranquila, a menudo hace
aflorar recuerdos y emociones ocultas, lo que nos permite reconocerlas y
tratarlas. A su modo, la meditación cubre exactamente el mismo terreno que
cualquier psicoterapia.
Despertar espiritual
Para poder seguir el camino espiritual, necesitamos aclarar la mente y
escuchar. El místico cristiano Meister Ekhardt dijo que debíamos
convertirnos en un espacio en el que Dios pudiera entrar. La tradición
budista dice lo mismo: sólo el cuenco vacío puede recibir sabiduría. No
podemos pensar nuestro camino hacia Dios: la gracia sólo puede venir
cuando la mente está abierta y receptiva.
Nuestras mentes a menudo se encuentran contaminadas por un interminable
desfile de pensamientos y fantasías triviales. La meditación puede
eliminarlas a medida que aparecen. La tradición budista dice: «Cuando se
dominan los pequeños momentos, el gran momento está cerca».
Puede parecer que una persona que busca el despertar espiritual practica
la meditación de forma distinta a la que alguien que intenta superar el
insomnio, pero sin embargo, las reglas generales son las mismas en ambos
casos. Para conseguirlo, ambas personas necesitan estar relajadas y
conscientes en la meditación y en la vida diaria.
Cualquier cosa que hagamos con la mente, lo haremos mejor si meditamos. La
meditación es como aprender a conducir un coche. Hay ciertos
procedimientos que debemos seguir de forma ineludible, pero una vez que
aprendemos a conducir, somos nosotros los que decidimos dónde vamos.
Eric Harrison, Aprenda a meditar
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