La paradoja del cambio: Cómo triunfar en épocas de vacas flacas
Recientemente tuve la oportunidad de participar en una cumbre de líderes
empresariales latinoamericanos en la ciudad de Miami.
Entre los temas a tratar estaba la situación de las economías de América
Latina. El ministro de finanzas de Chile anotaba que la raíz del problema
económico que enfrentan muchas de nuestras economías está en creer que "la
época de vacas gordas va a durar toda la vida y que las épocas de vacas
flacas serán pasajeras". Sin embargo, la historia nos demuestra una y otra
vez que lo contrario es cierto, las épocas de bonanza duran poco y las
épocas de austeridad y caos tienden a
prolongarse más de lo esperado. La pobreza endémica de muchos de nuestros
pueblos es muestra fehaciente de que las
épocas de vacas flacas persistirán hasta tanto no tomemos medidas que
busquen erradicar sus causas en lugar de limitarse a tratar los síntomas.
He aquí cuatro ideas que nos pueden ayudar a triunfar en épocas
de vacas flacas y nos pueden mostrar nuevamente el camino hacia
el éxito.
-
Debemos empezar por aceptar un 100% de la responsabilidad por
nuestras circunstancias. Basta de buscar culpables de nuestros
problemas. La responsabilidad por nuestro éxito reposa en nuestros
hombros. Si desea cambiar su situación actual debe actuar y no
esperar a que algo suceda en su entorno. Debemos dejar de
esperar que alguien haga algo y ponernos a hacer algo nosotros
mismos. Identifique tres actividades que pueda realizar en las
próximas 48 horas que le permitan iniciar el cambio de su situación
actual. Recuerde que las buenas intenciones no logran nada, sólo
la acción produce resultados.
-
Debemos aprender a fracasar. Si, leyó bien, debemos aprender
a fracasar de manera más efectiva. En nuestro afán por aprender
cómo triunfar hemos olvidado la importancia de aprender como
responder al fracaso. Y lo cierto es que la persona promedio
experimentará más fracasos y caídas en su vida que éxitos.
El fracaso es un gran maestro; así que tiene mucho sentido aprender
a responder de manera positiva al fracaso. Recuerde que el éxito
es el resultado de tomar buenas decisiones; las buenas decisiones
son el resultado de la experiencia y la experiencia es el resultado
de tomar malas decisiones. Entonces, no le tema al fracaso.
-
Debemos enfocar nuestra mente en las soluciones. El cerebro es
incapaz de enfocarse en dos cosas a la vez. De manera que
decidimos enfocarnos en los problemas; en virtud de dicha decisión
habremos optado por no enfocarnos en las soluciones. Las crisis
no se solucionan hablando de ellas, sino identificando sus causas
y escogiendo la mejor solución que trate dichas causas, y no sólo
los síntomas. Identifique la circunstancia más difícil que está
enfrentando en este momento. Haga una lista de las causas que lo
llevaron allí. Tenga cuidado de que no sean excusas o que esté
depositando la culpa en causas externas a usted. Realice una
segunda lista con las mejores soluciones a dicho problema.
Escoja la mejor solución y comience inmediatamente a trabajar
en ella. ¡Es así de sencillo!
-
Debemos estar dispuestos a cambiar. Hay un proverbio oriental
que dice: "Es absurdo continuar haciendo siempre lo mismo y
esperar resultados diferentes". En uno de mis seminarios una
persona, con gran frustración, me decía: "Dr. Cruz, no lo entiendo,
es la décima vez que hago esto y siempre me sale mal."
Le respondí, "y si siempre te sale mal, ¿por qué continuas haciéndolo?"
No debemos confundir la persistencia con la estupidez. Debemos
aprender de nuestras caídas, pero también debemos entender que
para reencontrar el camino al éxito es posible que debamos
desarrollar nuevos hábitos, hábitos de éxito. Empiece con la
siguiente pregunta, ¿qué hábito, si lo lograra desarrollar, tendría
un mayor impacto positivo en mi vida? Una vez que encuentre la
respuesta, póngase en la tarea de adquirirlo.
Indudablemente en las épocas de vacas flacas sólo los obsesionados
con el éxito sobrevivirán, porque son aquellos que se rehúsan a darse por
vencidos, y deciden triunfar a pesar de los peores vaticinios.
Ciertamente, la manera como una persona responde al éxito dice mucho
acerca de ella, pero la manera como responde ante el fracaso lo dice todo.
Bien decía Victor Frankl: "Las circunstancias no definen a la persona,
ellas simplemente la revelan, la exponen ante sí misma".
En lenguaje criollo, "en épocas de vacas flacas, es cuando descubrimos de
qué madera estamos hechos".
Dr. Camilo Cruz
www.elexito.com
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