La visualización: Aprendiendo el lenguaje
de la mente
"La imaginación es el principio de la creación. Imaginamos lo que
queremos, creamos un profundo deseo por aquello que imaginamos y
finalmente, creamos aquello que hemos deseado". -George Bernard Shaw
Cuando cerramos los ojos, tratando de visualizar cualquier cosa,
descubrimos que en esa gran pantalla de la mente subconsciente podemos
proyectar cualquier película mental que elijamos. Podemos proyectar una
imagen donde nos veamos en posesión de algo que deseamos obtener; podemos
ensayar una presentación que debamos realizar ante un cliente al día
siguiente; podemos practicar una acción que estamos a punto de ejecutar; o
podemos realizar una representación mental de la vida que deseamos vivir.
Sin importar para qué decidas utilizar el poder creativo de la
visualización, debes tener presente que las imágenes mentales que
consistentemente mantengas en tu subconsciente buscarán manifestarse en
las circunstancias y condiciones de tu mundo exterior. Las acciones y
ocurrencias externas suelen seguir las acciones y ocurrencias internas.
Jack Nicklaus, uno de los mejores golfistas de todos los tiempos, contaba
que incluso antes de elegir el palo con que golpearía la pelota,
practicaba cada golpe mentalmente por lo menos cinco veces. Lo visualizaba
tal y como esperaba que sucediera.
Michael Jordán describía como milésimas de segundo antes de alistarse a
hacer un lanzamiento, corría en su película mental la imagen del balón
entrando en la cesta sin siquiera tocar el aro. Esto seguramente
contribuyó en gran medida a que tuviera los porcentajes más elevados de
efectividad desde cualquier parte de la cancha.
Se dice que Miguel Ángel, el gran pintor y escultor renacentista, fue
capaz de visualizar al David en su totalidad, antes de utilizar su cincel
por primera vez en aquel gigantesco bloque de mármol que se encontraba
frente a él.
¿Qué tan importante es este poder? Albert Einstein aseguraba que la
imaginación era más importante que el conocimiento. De hecho, refiriéndose
a su propia vida profesional, decía: "muchas de las ideas que vinieron a
mí y contribuyeron a mi formación científica, llegaron mientras me
encontraba absorto en un mundo de imaginación y fantasía, no mientras
utilizaba mi intelecto en la solución de algún problemas".
Entonces, ¿qué tal si de ahora en adelante comienzas a hacer lo mismo
antes de entrar a tu próxima entrevista de trabajo, antes de hablar con tu
siguiente cliente o antes de participar en tu próxima competencia o
empezar tu siguiente dieta? ¿Qué tal si comienzas por practicar tu éxito
mentalmente en lugar de sabotear tus posibilidades de triunfar,
practicando tu fracaso?
Zig Ziglar cuenta cómo, en sus épocas de vendedor, antes de visitar a un
cliente, tomaba unos minutos para rodar toda la película de la realización
de su venta. Se veía saludando al cliente y realizando su presentación.
Veía a su cliente respondiendo con mucho entusiasmo a su propuesta y
terminaba con una imagen del cliente agradeciéndole por el producto. En
sus ensayos mentales siempre fue capaz de realizar la venta, nunca falló.
En la realidad no ocurrió exactamente lo mismo, pero este ensayo mental
definitivamente le ayudó a ser mucho más efectivo y a llegar donde sus
clientes potenciales con una actitud distinta y unas expectativas
diferentes, y esto es lo verdaderamente importante.
La creación mental y la creación física
"Los grandes logros comenzaron como un sueño en la mente de una persona.
Al igual que todo ser se encuentra en la semilla que lo engendra, el roble
duerme en la bellota, el ave espera en el huevo; los sueños son las
semillas de dicha realidad que espera impaciente. ¡Querer es poder! ¡Soñar
es lograr!" -James Allen
Al observar a las personas que lograron grandes metas es posible ver que
todas tienen algo en común: utilizan el poder de la visualización para
crear una imagen clara de su meta como si ya fuese realidad.
Walt Disney fue capaz de realizar todos los proyectos que concibió debido
a su capacidad para visualizarlos ya terminados cuando apenas eran una
idea en su mente. La idea de Disneylandia se le ocurrió mientras paseaba
con sus hijas por el parque. Él cuenta como en aquella ocasión imaginó un
gigantesco parque de diversiones donde los niños y sus padres pudiesen
disfrutar juntos, y donde estuvieran todos los personajes de sus dibujos
animados. El día en que decidió poner en marcha su proyecto, nada ni nadie
pudo detenerlo.
Se cuenta que cuando se encontraba buscando un banquero o un inversionista
que financiara la construcción de su parque de diversiones, solía llevarlo
al sitio que él había escogido para construirlo en las afueras de la
ciudad de Los Ángeles, California, y desde una colina cercana los invitaba
a compartir dicha visión. Les decía: "La entrada al parque quedará de
aquel lado y allí comenzará la calle central que termina en aquel hermoso
castillo, ¿lo puede ver?" Y así describía cada una de las atracciones y
juegos con tal claridad como si las estuviese viendo, mientras los
potenciales inversionistas, trataban de imaginar lo que Disney veía allí,
en medio de aquel terreno baldío.
Durante la ceremonia de inauguración de Epcot Center en la ciudad de
Orlando, Florida, cinco años después de su muerte, un reportero se acercó
a Roy Disney, hermano de Walt, quien por aquel entonces se encontraba al
frente de la corporación, y le dijo: "Debe ser un momento difícil para
usted; un día de gran alegría pero también de inmensa tristeza al ver que
Walt nunca pudo ver culminado este parque, que era uno de sus grandes
sueños". Roy se volvió al reportero y le dijo: "joven, está usted
totalmente equivocado. Walt vio culminado este sitio. Fue precisamente
gracias a que él lo vio culminado mucho antes de que se comenzara a
construir, que hoy usted y yo lo estamos viendo".
Esta historia ilustra cómo las personas de éxito son conscientes de la
importancia de crear una imagen clara de lo que desean alcanzar y de
permitir que toda acción que emprendan esté guiada por esta visión. Cuando
creas una imagen, una fotografía mental de lo que deseas alcanzar, tu
mente se encargará de mostrarte el camino mediante el cual lograrás
materializar tu objetivo.
La Universidad de Yale, una de las mejores universidades de Estados
Unidos, dio prueba irrefutable de la validez de este secreto, con un
estudio que realizó en el año de 1953. Ellos descubrieron que, de todos
los estudiantes que se graduaban aquel año, únicamente un 3% tenía metas
fijas, objetivos claramente definidos y escritos en un papel, y los leían
y examinaban con regularidad. Únicamente este pequeño número de
estudiantes había tomado el tiempo necesario para darle dirección a su
vida y escribir aquello que era realmente importante para ellos.
Veinte años más tarde, la universidad hizo un seguimiento a este mismo
grupo de profesionales y descubrió que el 3% que había escrito sus metas y
definido claramente un plan de acción, había alcanzado cien veces más que
el otro 97%.
Estos resultados hablan por si solos: necesitamos tener metas fijas y
objetivos claros antes de empezar. La gente exitosa piensa en sus
objetivos la mayoría del tiempo. Como resultado de ello, están moviéndose
continuamente hacia sus objetivos, y éstos se mueven hacia ellos.
Cualquier cosa en que pienses la mayoría del tiempo, crece y se expande en
tu vida. Piensa en tus objetivos y habla de ellos, y lograrás mucho más
que la persona promedio que está pensando y hablando constantemente sobre
sus preocupaciones cotidianas, sus problemas y sus carencias.
Escribe en la parte superior de un papel la palabra "Objetivos", con la
fecha de hoy. Después, haz una lista de diez objetivos que te gustaría
alcanzar en los próximos doce meses. Pero no los escribas como algo que
"quisieras lograr", o como algo que "esperar poder lograr algún día"; no
incluyas en tu descripción de ellos ninguna palabra que exprese duda o
incertidumbre. Escríbelos como si ya los hubieses logrado. Comienza cada
objetivo con la palabra "Yo", para que sea personal.
Con sólo llevar a cabo este ejercicio, entrarás a formar parte de ese 3%
de los adultos de nuestra sociedad que se ha tomado el tiempo para
desarrollar una visión clara de lo que esperan lograr. Esta sola acción te
separará del 97% de los adultos restantes quienes, tristemente, nunca han
escrito una lista de objetivos en su vida.
La idea sobre la cual se fundamenta este principio es que todas las cosas
en realidad son creadas dos veces. La creación física está precedida por
una creación mental.
Si vas a construir una casa, antes de empezar a excavar, de levantar las
paredes o, inclusive, de elaborar y trazar los planos, mentalmente ya has
creado una imagen de la casa terminada. Tal vez los detalles no están
totalmente definidos, pero por lo menos tienes una visión lo
suficientemente clara de lo que quieres como para comenzar a trazar los
planos. Ésta es la primera creación, la mental.
Sólo entonces comienzas a excavar para poner los cimientos y levantar las
paredes. Esto es lo que constituye la segunda creación: la física. Las
personas de éxito saben que si ignoran la creación mental, es muy posible
que durante la creación física deban efectuar costosos cambios. La
creación, el ensayo mental les permite enfocar mucho mejor sus ideas,
practicar su plan de acción, evaluar cada paso del proceso y mejorar o
cambiar lo que sea necesario.
Es lo mismo que te estoy pidiendo que hagas. Si presentas a tu mente
subconsciente esta imagen o película de tu vida, ya habiendo alcanzado las
metas que te has propuesto, ella empezará a trabajar para hacer que tu
mundo, que tu realidad exterior sea consistente con esa imagen interna que
le has estado presentando. Éste es, sin lugar a dudas, uno de los poderes
más grandes de la mente subconsciente, la capacidad de ayudarte a hacer tu
mundo exterior consistente con esa imagen interna.
El pensamiento de una casa de ciertas características en la mente de un
arquitecto, puede no causar la aparición instantánea de la casa, pero
provocará el movimiento de su energía creativa para que produzca su rápida
creación.
Gran parte de la humanidad limita sus esfuerzos completamente al trabajo
que pueda realizar con sus manos. Tratan de cambiar o modificar con su
esfuerzo físico el mundo que los rodea, sin detenerse a examinar la
posibilidad de crear la realidad que desean experimentar a partir de los
pensamientos que albergan en su mente.
Yo quiero decirte que tú puedes crear la realidad que desees experimentar.
Puedes triunfar en cualquier área que te propongas, mientras que estés
dispuesto a cambiar tu manera de pensar y desarrollar los hábitos y las
habilidades requeridas. No importa que en el pasado no hayas tenido
mayores éxitos.
Todo comienza con tu creación mental. Si debes hablar en público, por
ejemplo, en lugar de decir: "espero no quedar mal", "espero que no me
equivoque", ojalá que no me vayan a temblar las piernas" o "por qué me
habrán escogido a mí que odio hablar en público". Di algo así como: "Sé
que todo saldrá bien", "amo hablar en público", "soy capaz y estoy segura
de lo que voy a decir", "estoy disfrutando de poder hablar en público hoy"
o " qué bueno tener esta oportunidad de hablar en público".
Cambia tu diálogo interno, crea una nueva clase de imágenes en tu mente
subconsciente de cómo esperas y quieres que ocurran las cosas. Una vez has
creado esta imagen, practícala una y otra vez. De esta manera, cuando
finalmente estés en el escenario, no será la primera vez que te dirijas a
tu audiencia, ya serán viejos amigos puesto que los has visto en cada uno
de tus ensayos mentales. Ya tendrás más confianza en ti mismo y en tus
habilidades. ¿Ves lo sencillo que es?
Si estás pensando que de nada servirá todo esto, ya que la realidad es que
simplemente no eres bueno para hablar en público, nunca lo fuiste y
probablemente nunca lo serás, quiero que entiendas que es posible que ésta
haya sido tu realidad hasta ahora, pero la puedes cambiar.
Recuerda que tu futuro no tiene que ser igual a tu pasado. Tú puedes
cambiar. Si modificas tu diálogo interno, comienzas a crear nuevas
imágenes, lo dices con fe en que puede suceder, y dibujas imágenes de
éxito que te muestren hablando en público con seguridad y entusiasmo, tu
cerebro no podrá distinguir entre la realidad y la imagen que le estás
presentando y entonces, será sólo cuestión de tiempo antes de que tu
cerebro y tu mente comiencen a actuar y a comportarse de acuerdo con estas
nuevas imágenes. ¡Trátalo! No tienes nada que perder y sí mucho que ganar.
La formación reticular y la visualización creativa
Los neurólogos señalan que más de dos millones de estímulos y señales
diferentes llegan a nuestro cerebro cada segundo. Obviamente, nosotros no
captamos toda esta información con la mente consciente. Si así fuera, la
información rebosaría rápidamente su capacidad.
Nuestro cerebro cuenta con un filtro sensorial conocido como formación
reticular, que nos señala que información de nuestro medio ambiente es
importante y filtra aquellos estímulos que no considera necesarios.
El agudizar el poder de visualización que acabamos de mencionar, produce
cambios a nivel cerebral que nos pueden ayudar a materializar nuestras
metas. Existen evidencias puramente fisiológicas que muestran un
incremento en nuestro nivel de percepción, como consecuencia de formar una
imagen mental clara de nuestras metas. Este aumento en la percepción de
nuestro medio es conocido por los neurólogos con el nombre de formación
reticular y ocurre en una área del tamaño de la uña del dedo pulgar,
localizada en la zona media del cerebro.
La formación reticular cumple, por así decirlo, la función de filtro
sensorial. Todo impulso sensorial, toda información que haya llegado a
través del sentido de la visión, el olfato, el gusto, el oído o el tacto
es filtrada hasta cierto grado antes de llegar a la corteza cerebral. La
formación reticular es la parte del cerebro que permite que sólo aquella
información significativa o importante para la persona logre llegar al
centro consciente del cerebro. De manera que el grado con que percibimos,
o somos conscientes de cualquier cosa que se encuentre a nuestro
alrededor, va en proporción directa a la importancia que previamente le
hayamos asignado a ella en nuestra mente.
Por ejemplo, recuerdo que cuando mi esposa quedó embarazada por primera
vez, comenzamos a notar la cantidad de mujeres embarazadas que había por
donde quiera que fuéramos. Hasta ese momento, ese hecho había pasado casi
inadvertido. Pero desde el momento en que supimos de su embarazo, fue como
si de repente nuestros sentidos se hubiesen puesto en posición de alerta y
percibieran con mayor facilidad la presencia de mujeres embarazadas.
Seguramente, alguna vez te habrá sucedido que tomas la decisión de comprar
determinado tipo de automóvil: uno algo diferente, quizás con un color o
estilo fuera de lo común. No obstante, después de algún tiempo, comienzas
a verlo por todas partes. Es como si de repente fuera el auto más popular.
Lo puedes diferenciar desde muy lejos y así te encuentres entre una
multitud de autos, el tuyo salta a la vista. Es como si tu sentido de la
visión se hubiese agudizado, manteniéndote constantemente alerta a su
presencia. Lo que ha sucedido es que una vez le has asignado importancia a
cierta idea, a cierta acción u objeto, tus sentidos se vuelven más
sensibles y perciben con mayor facilidad dicho objeto debido al interés
que ha cobrado en tu mente.
¿Cómo puede ayudarte todo esto a lograr el éxito? Muy sencillo, si tomas
el tiempo para identificar claramente las metas y sueños que deseas
manifestar en tu vida, te enfocas en ellos y le das la importancia que
merecen, visualizándote ya en posesión de ellos, tu formación reticular te
ayudará a identificar oportunidades a tu alrededor que te puedan ayudar a
alcanzar dichas metas. ¿Cómo puedes hacerlo? Una vez identifiques tus
metas, crea imágenes claras de ellas. Ayúdate con fotografías, postales,
videos o lo que creas que te pueda ayudar a visualizarlas más claramente.
No hay ninguna fuerza mágica o sobrenatural que opere aquí, es simplemente
parte de las funciones fisiológicas del cerebro. En la medida en que te
enfocas en cualquier sueño, por imposible que pueda parecer, piensas en
él, lo visualizas, lo rodeas de fuertes emociones, y desarrollas un
profundo deseo por obtenerlo, activarás tu formación reticular, agudizando
así todos tus sentidos para que logren captar con mayor facilidad toda
información sensorial proveniente del medio ambiente que pueda estar
relacionada con esta meta.
Muchas personas utilizan este poder a diario. Cuando decimos que alguien
puede "oler las oportunidades", o que "no se le escapa ninguna
oportunidad", podemos estar seguros que esta persona está utilizando su
formación reticular. Tu cerebro también está equipado con este mismo
poder. Lo único que tienes que hacer es aprender a usarlo y comenzar a
ejercitarlo. Sin activar tu formación reticular, sin programarla con
aquellas cosas que deseas alcanzar, es posible que las oportunidades que
buscas pasen frente a ti sin que tan siquiera te percates de ellas.
Como ya hemos visto, cada persona genera los pensamientos dominantes que
ocupan su mente. Los pensamientos que ella adopta voluntariamente, y que
fortalece con entusiasmo y otras emociones positivas se transforman en
poderosas fuerzas motivadoras que dirigen y controlan sus expectativas y
sus acciones.
En su libro: Piense y hágase rico, Napoleón Hill utiliza el término
"pensamiento magnetizado". El asociar un pensamiento -el logro de una meta
específica, por ejemplo- con una serie de emociones fuertes, como la
convicción, la certeza y el deseo profundo; el crear una imagen clara de
lo que dicho pensamiento representa, y el repetirlo constantemente lograr
"magnetizar" dicho pensamiento. Esto hace que nuestra mente sea más
susceptible a todo aquello que esté ligado con dicha idea, y actúe como un
imán, atrayendo todo aquello que pueda facilitar su realización.
De esta manera, la mente humana está constantemente atrayendo todo aquello
que armonice con sus pensamientos dominantes. Cualquier idea, plan,
pensamiento o propósito que uno abrigue, atrae miles de ideas afines, las
adhiere a su propia fuerza y crece hasta convertirse en el propósito que
domina nuestra manera de pensar y nos mueve a actuar.
Quiero darte una tarea para que comiences hoy mismo a tomar ventaja de
este poder, de esta valiosa herramienta que tienes a tu disposición. Para
cada deseo, meta, o sueño que quieras hacer realidad, busca una imagen que
te permita visualizarte habiendo alcanzado ya dicho sueño.
Si deseas conseguir un nuevo auto o una casa, busca una fotografía de
ellos, y si puedes estar tú en la fotografía, mucho mejor. Si tu sueño es
viajar a cierto lugar del mundo, consigue imágenes de dicho lugar y ponlas
en un sitio donde puedas verlas constantemente. Si tu meta es perder diez
o quince kilos de peso para volver a tu peso ideal, busca una fotografía
tuya cuando tenias ese peso, o toma una imagen del cuerpo que quieres
tener y pon sobre ella una foto de tu cara. Haz todo aquello que se te
ocurra para poder visualizarte en posesión de aquello que deseas lograr y
alimenta tu mente con estas imágenes. Hazlo y te sorprenderán los
resultados.
Pensando de la manera correcta
"No es suficiente el poseer una buena mente, lo principal es saber usarla
bien" Rene Descartes
No es suficiente tener un deseo borroso de lo que anhelas, debes formar
una imagen clara y definida de lo que quieres hacer, tener o ser. No basta
con desear viajar más, ver más o vivir más. Todos tienen esos deseos. Si
vas a mandar un mensaje a un amigo, no le enviarías las letras del
alfabeto para que él descifre o construya el mensaje, ni tampoco le harías
llegar palabras del diccionario al azar. Tú le envías un mensaje coherente
que signifique algo específico.
Cuando quieras imprimir tus deseos en la mente, debe ser por medio de una
afirmación clara. Debes saber lo que quieres y ser específico. Nunca vas a
triunfar o a echar a andar el poder creativo de tu mente mandando mensajes
vagos o imprecisos. Determina exactamente lo que quieres y mantén esta
imagen en tu mente constantemente. Así como el marinero tiene la visión
del puerto hacia donde va, también tú debes tener la mirada enfocada en tu
meta todo el tiempo, sin permitir que las distracciones o las dudas te
hagan apartar tus ojos de ella.
No es necesario realizar complejos ejercicios de concentración, establecer
horarios rígidos para afirmaciones, "retirarse al silencio", o cosas por
el estilo. Y no es que lo anterior esté mal, sino que todo lo que
necesitas es saber qué quieres y desearlo lo suficiente como para que se
fije en tu pensamiento.
Observa constantemente esta imagen de tus sueños y metas. Nadie necesita
esforzarse para concentrar su mente en algo que realmente quiere. Son las
cosas que realmente no nos interesan en las que nos es difícil mantener
centrada nuestra atención.
Entre más clara y definida sea tu imagen, y más pienses en ella,
enfocándote en todos sus detalles, más fuerte será tu deseo. Y mientras
más fuerte sea tu deseo, más fácil podrás tenerlo en tu mente. Esto te
ayudará a romper la inercia, superar la pereza mental y la comodidad, y
comenzar a trabajar rápidamente en tus planes.
Pero se necesita algo más que simplemente poder ver la imagen con
claridad. Si eso es todo lo que haces serás un iluso que sólo se dedica a
pensar en fantasías y tendrás poco o ningún poder para lograr lo que
quieres. Detrás de tu imagen clara debe encontrarse el propósito y la
convicción de realizarla, de convertirla en una expresión tangible. Debe
existir una fe invencible e inquebrantable en que lo que deseas ya es
tuyo, que está a tu alcance y que sólo necesitas tomar posesión de ello.
Es ver tu sueño como si ya fuese una realidad.
Vive en tu nueva casa mentalmente hasta que tome forma físicamente y sea
una realidad. Disfruta en tu mente de las cosas que quieres. Celebra por
anticipado tu éxito. La Biblia dice: "Cualquier cosa que pidas con fe, si
crees que la vas a recibir, la tendrás".
Observa las cosas que quieres como si estuvieran a tu alrededor.
Visualízate teniéndolas y usándolas. Haz uso de ellas en tu imaginación,
igual que como las vas a usar cuando sean tuyas. Sumérgete en tu imagen
mental hasta que la puedas ver con total claridad tan solo con cerrar los
ojos, y después toma posesión de ese sueño. Reclámalo como tuyo. Asúmelo
en tu mente, con la completa fe de que es tuyo. Entrégate a esta posesión
mental. No dudes ni por un instante que es real.
Vive en la casa nueva, ayuda a las causas benéficas en las cuales crees,
maneja el auto que deseas, observa a tus hijos recibiendo la educación que
merecen, viaja a donde siempre has querido viajar. Haz todo esto en tu
mente, y con confianza planea más cosas. Piensa y habla de todo aquello
que has pedido como si fuera tuyo. Imagina un ambiente y una condición
financiera exactamente como la quieres, y vive todo el tiempo en ese
entorno mental y en esa condición financiera hasta que se convierta en
realidad. No realices este ejercicio como quien construye castillos en el
aire. Abraza la fe de que lo que imaginas se está realizando y el mantente
firme en el propósito de que se va a realizar. Recuerda que es fe y
propósito en el uso de lo que has visualizado lo que establece la
diferencia entre el soñador con intención y el iluso.
Tu parte es formular inteligentemente tu deseo por aquellas cosas que
hacen una vida más completa, y después imprimir todo este deseo en tu
mente. Tu fe y tu voluntad para trabajar por dicha meta se encargarán del
resto. "Cree y recibirás".
Sin embargo, la respuesta a lo que buscas no es de acuerdo a tu fe
mientras hablas, sino de acuerdo a tu fe mientras actúas. No puedes
magnetizar un pensamiento hablando de él de vez en cuando y después
olvidándote del asunto por una semana. De nada sirve lo que pienses,
proyectes y planees si no está acompañado por el propósito y la
determinación de actuar.
Camilo Cruz, La Ley de la Atracción, Mitos y verdades sobre el
secreto más extraño del mundo
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