Crean un dispositivo
capaz de medir el lenguaje no verbal
Lo que decimos en una conversación -ya sea en una
primera cita, en una entrevista de trabajo o en cualquier otra
situación- podría ser menos importante que la forma en que lo
decimos, señala un equipo de investigadores del Instituto
Tecnológico de Massachussets (MIT). En realidad, lo que decidirá o
no el efecto de nuestras palabras en los otros serán las señales
sutiles que las acompañen.
El investigador Alex Pentland trabaja desde hace años, con una
docena de colaboradores más, en la comprensión de estas señales, tan
sutiles, que ni los emisores ni los receptores somos conscientes de
ellas cuando hablamos unos con otros.
La impresión que nos causan las personas o que nosotros causamos a
los demás a la hora de relacionarnos y de comunicarnos depende de
factores que funcionan a nivel inconsciente, y que están
relacionados con cuestiones como si los patrones de nuestro discurso
se corresponden con los patrones discursivos de los otros, el nivel
de actividad física que mostramos al hablar o el tono con que
establecemos nuestras conversaciones.
Todos estos factores, tan leves que no son conscientes, suponen
"señales honestas" que informan sobre lo que realmente está pasando
y que, además, sirven para predecir el resultado de nuestras
comunicaciones, señalan los investigadores en un comunicado
publicado por el MIT.
Medidores especiales
Pentland y sus colegas han estudiado estas "señales honestas"
analizando decenas de miles de horas de datos recopilados por unos
dispositivos especiales, del tamaño de una tarjeta de crédito, que
registran los movimientos y la voz de las personas.
Bautizados por Pentland como "sociómetros", estos dispositivos han
servido para registrar y cuantificar ese lenguaje que todo el mundo
entiende y utiliza de forma intuitiva, a pesar de que nadie se da
cuenta de que existe.
Utilizando estos datos, sin saber lo que realmente se dijo en las
conversaciones que se desarrollaron mientras los sociómetros
funcionaban, Pentland pudo predecir el resultado de diversas
conversaciones, como entrevistas de trabajo o planificaciones de
inversión en negocios, con mayor exactitud de la obtenida a partir
de cualquier otro recurso.
Recientemente, Pentland ha publicado el libro Honest Signals sobre
los resultados de estas mediciones.
Canales de comunicación muy antiguos
Los aspectos que, según los investigadores, en nuestro
comportamiento no-verbal ayudan a predecir el resultado de nuestros
encuentros verbales serían muy similares a los que se dan en los
animales.
Esto se debe a que, según Pentland, los canales no-lingüísticos de
comunicación medidos por los sociómetros se habrían desarrollado en
nuestros ancestros mucho antes de la aparición y evolución del
lenguaje, dando lugar a una manera más primitiva y profunda de
comprensión de las intenciones, de coordinación de las actividades y
de establecimiento de las relaciones de poder dentro de los grupos.
"La mitad de nuestras decisiones son vaticinadas por estos canales
inconscientes, que son exactamente los mismos que se pueden observar
en monos cuando éstos coordinan sus actividades comunes sin el uso
del lenguaje oral", declaró Pentland.
Sus investigaciones han sido realizadas con grupos de personas, como
asistentes a una conferencia o empleados de una misma empresa, a los
que se les pidió que llevaran los sociómetros durante periodos
diversos de tiempo. Como mínimo un día y como máximo un mes.
Decisiones no racionales
Los sociómetros, que incluyen un micrófono para registrar voces y
acelerómetros para medir los movimientos de las personas, son un
poco más pequeños que las clásicas tarjetas identificativas de los
congresos.
En el futuro, Pentland y sus colegas esperan poder registrar y medir
todos estos factores a través de teléfonos móviles especialmente
programados.
Los resultados de las mediciones señalaron una fuerte relación entre
las formas inconscientes de comunicación y las decisiones que se
tomaron posteriormente lo que, según Pentland, socavaría la
percepción que tenemos de que nuestras decisiones las hacemos en
función de factores racionales y conscientes. Simplemente, los datos
demuestran que esto no es cierto.
Tal y como explica Pentland en su libro, la razón es que estos
canales no son sólo un complemento de la comunicación verbal o del
lenguaje consciente, sino una red de comunicación independiente que
permite saber si el otro está mintiendo, si nos presta atención o si
verdaderamente tiene interés. Es decir, nos permite conocer y
expresar nuestras verdaderas intenciones y las de los demás.
Aprovechar el conocimiento
Conocer esta red de comunicación puede aprovecharse, señala Pentland,
para mejorar redes sociales, y para convertirnos en mejores
gestores, trabajadores y comunicadores. También para predecir, por
ejemplo, los resultados de unas elecciones. Según el científico, el
tono y el ritmo del discurso de los candidatos a la presidencia en
los debates televisados permiten saber quien va a ganar las
elecciones. Pentland asegura que aquél que ha impuesto el tono del
debate ha sido el ganador (en Estados Unidos) en cada elección,
desde 1960.
Por otro lado, la recopilación de los datos recogidos puede usarse
también en las empresas, para predecir los resultados de las
interacciones entre los trabajadores, y para conocer la
productividad de diferentes grupos de personas dentro de una
compañía.
En otro artículo publicado por el MIT a este respecto, se explica
cómo la compañía británica Vertex Data Science mejoró en 2006 el
rendimiento de sus operadores telefónicos de venta sólo enseñándoles
a fluctuar la voz cuando hablaban. Pentland y sus colaboradores les
ayudaron a conseguirlo midiendo los tonos de voz de dichos
operadores.
Así, descubrieron que los operadores que variaban poco el tono de
voz durante sus conversaciones parecían demasiado autoritarios. Por
el contrario, los operadores más atentos y no insistentes,
conseguían con mayor facilidad que las personas que llamaban
comprasen. Este conocimiento sirvió para entrenar a los operadores
en la conversación, aumentando el rendimiento de las ventas
telefónicas de la compañía en un 20%.
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