Los significados siempre son personales
Todos reaccionamos de manera distinta a las circunstancias y condiciones
del mundo externo. Las cosas tienen un significado personal y en base al
mismo es que damos una respuesta, en nuestra mente y en el comportamiento
externo.
Las palabras abstractas se pueden volver tan duras como las piedras o tan
perniciosas como un virus. Y esto ocurre debido a que las experiencias
psicofísicas moldean los significados de las palabras.
Veamos un ejemplo con la palabra "habilidad", que es una palabra abstracta
y, como tal, se relaciona indirectamente al mundo de la experiencia
sensible. Para nuestra mente, el significado de habilidad puede incluir
los recuerdos de escenas y los sonidos relacionados con una persona hábil
o que otros han considerado hábil. Estas escenas pueden producir un
significado interno de "habilidad" como algo positivo o no. Depende
siempre de las experiencias psicofísicas asociadas - en y con - las
escenas mentales. Cuando las demás personas se refieren a "habilidad",
respondemos internamente con las escenas mentales relacionadas con la
habilidad. Podemos tener una sensación interna asociada a habilidad. Y
esta sensación podría ser positiva o negativa, intensamente agradable o
desagradable. Dependiendo de las escenas mentales asociadas.
A medida que acumulamos experiencias, entonces agregamos otras escenas
mentales al concepto y así "desarrollamos" su significado y lo
generalizamos a nuevas situaciones y circunstancias (ser hábil con un
instrumento musical, con los números, las relaciones interpersonales,
etc.).
El problema es que nuestras nuevas escenas mentales se producen de forma
automática e inconsciente. Mientras acumulamos experiencias de vida, no
nos ponemos a revisar las escenas mentales asociadas a "habilidad".
"Reaccionamos" a la palabra, pero no somos conscientes de la cadena de
escenas mentales acumuladas, con sus sonidos y sensaciones, asociadas a
"habilidad". Esto significa que la palabra se ha convertido en un polo de
atracción para las experiencias relacionadas y que la palabra atrae a la
cadena de escenas mentales acumuladas, con sus sonidos y sensaciones
psicofísicas.
Una consecuencia práctica de todo esto es el polígrafo o detector de
mentiras (Si el individuo reacciona por un elemento anterior o distinto,
asociado a la pregunta, el polígrafo, hasta el momento, no estamos
enterados de que lo pueda determinar. Ejemplo: si te acusan de algo que no
hiciste el 12/3/03 igualmente puedes mostrar una reacción por algo
asociado que sí hiciste en 2/4/78.)
De igual manera, nuestras respuestas internas se presentan ante un objeto
o entidad concreta. Si tenemos una intensa sensación de melancolía por la
lluvia, la reestimulación se produce cuando percibimos a la lluvia. La
reacción es la consecuencia de la cadena de escenas mentales asociadas a
la lluvia.
En síntesis, el significado que tenemos de una cosa es la reacción a la
cadena de escenas mentales asociadas con ella. Y ésta, como hemos
observado, se compone de escenas y experiencias psicofísicas que
originamos cuando pensamos en esa "cosa" o palabra.
Sólo podemos hacernos cargo de modificar aquéllas asociaciones de las que
nos percatamos. Lamentablemente, las experiencias que implican
inconciencia y dolor psicofísico también producen escenas mentales que se
asocian como parte del significado de palabras u objetos. El "cambio de
significancias" sólo es una tarea más fácil cuando contamos con la
asistencia adecuada.
Patricio Jorge Vargas Gil
patriciovargas@mentat.com.ar
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