El ordenamiento
lógico
Como sin duda sabe, el orden cronológico consiste en situar los
acontecimientos tal como han ocurrido. Pero no todo orden lógico es
cronológico. Si tuviera que organizar los libros de una biblioteca, un
orden que siguiera la fecha de publicación no sería útil para el público
usuario.
La naturaleza es cronológica, pero la humanidad no lo es. No obstante,
necesitamos imprimir a nuestra vida un orden lógico. No tendría sentido
lavarse los dientes antes de comer. O lavarse las manos antes de enterrar
al cónyuge en el jardín. Pero existen otros órdenes lógicos; por ejemplo,
puede parecer una tontería comprar una alarma después de que nos roben,
pero no carece de sentido.
Es difícil sugerir cómo pensar lógicamente, pero nos atreveremos a ofrecer
aquí algunos consejos. La lógica es en gran parte un razonamiento
matemático, de modo que la experiencia en esta materia o el gusto por ella
podría ayudarnos mucho. Pero cuando la vida real toma el puesto de los
números puede confundirnos: podemos tomar el orden cronológico por el
lógico o la causa por el efecto.
Veamos un ejemplo: ¿Cuántas veces ha oído decir que los peces
desarrollaron branquias para respirar bajo el agua? Sin embargo, es un
sinsentido. Parece que los peces, al no poder respirar bajo el agua
tomaron la decisión de desarrollar las branquias. Por el contrario, los
peces con agallas son un efecto pasivo de la selección natural y no la
causa activa de ésta. En efecto, los peces no desarrollaron branquias, fue
el agua la que los «seleccionó» a ellos haciendo imposible que las
criaturas sin ese mecanismos sobrevivieran en ella. Sería más preciso
decir: «Las condiciones de la vida bajo el agua influyeron en el
desarrollo de las branquias de los peces.»
La primera vez que oí esta historia de los peces, imaginé a uno de ellos
diciendo a su pareja a la orilla de un río: «No nos queda más remedio que
desarrollar las branquias, porque esto de estar todo el día entrando y
saliendo para respirar es muy pesado. Por ejemplo, a la hora de la comida,
estoy engullendo uno de los pececillos pequeños cuando, de pronto, tengo
que salir a tomar un poco de oxígeno. Acaba uno exhausto al final del
día.» Y su esposa contestaba: «Haz lo que quieras, Pepe. Yo me voy. Ahí te
quedas con tus branquias, yo prefiero desarrollar un buen par de piernas.»
(Bueno, puede que ella fuera una de esas pescaderas robustas.)
Pensar con lógica supone pensar como un detective. Supongamos que ha
desaparecido una caja de arenques de una casa de vecinos y que le llaman
para que usted resuelva el delito. Llega usted y toma nota de las
sospechas que levanta la incomunicación del marido y la mujer sentados
frente a frente a la mesa; las constantes quejas de la suegra en su
mecedora; la actitud nihilista del hijo adolescente; y los ruidos de las
tripas de un gran gato que merodea alrededor de la nevera. Hmmm.
Toma usted al gato... huele a arenque. El adolescente y la anciana
intercambian miradas de complicidad. Usted pide a la abuela que abra el
puño y encuentra un arenque. El muchacho se levanta y pasea por la
habitación, pero tropieza con el gato y se cae; sale otro arenque del
bolsillo de su pantalón. La esposa intenta coger algo del suelo antes de
que nadie se dé cuenta, y se le cae un cuarto arenque del delantal. «Tenía
que haberlo imaginado», grita el esposo, «estáis todos mezclados en esto».
Bueno, ya está bien de bromas, pedimos disculpas. El pensamiento lógico es
una cosa muy seria, y nosotros lo sabemos. Veamos una pregunta que se ha
planteado durante siglos: «¿Qué fue antes el huevo o la gallina?» Aquí
está la respuesta, es un problema de lógica.
Lo primero fue el huevo. La gallina no se define por la clase de huevo que
pone. (Un caballo es un caballo aunque de a luz una mula.) pero el huevo
se define por la clase de criatura que contiene. (Un huevo de avestruz
será siempre un huevo de avestruz.) Por otra parte, si cree usted en la
evolución, una criatura que era casi una gallina pudo poner un huevo de
donde salió una gallina, y el huevo se define por lo que lleva dentro, de
modo que el huevo fue primero. Es lógico, pero también es cronológico. Por
eso se confunden tanto los dos conceptos...
Marilyn vos Savant
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