El lenguaje condiciona parcialmente la
percepción visual
Las representaciones visuales están influenciadas por el lenguaje,
confirma un estudio realizado por la University of California, en Berkeley,
y por la University of Chicago, cuyos respultados publica la revista
Proceedings of National Academy of Sciences. La Universidad de Chicago ha
difundido asimismo un comunicado sobre esta investigación.
El estudio ha descubierto que el lenguaje afecta a la percepción humana
sólo en la mitad derecha del campo de percepción, es decir, a lo que vemos
a nuestra derecha, mientras que el campo de percepción situado a nuestra
izquierda no se ve afectado por el idioma que hablamos.
La función del lenguaje es procesada predominantemente en el hemisferio
izquierdo del cerebro, que recibe información visual directamente del
campo visual derecho. Por lo tanto, tiene sentido que el lenguaje
procesado en el hemisferio izquierdo influya más en nuestra percepción del
campo visual derecho que en la del campo visual izquierdo.
Este extraño fenómeno ha sido comprobado en pruebas experimentales
realizadas en el laboratorio Richard Ivry's de la University of California
en Berkeley. Un grupo de estudiantes fue sometido a una serie de pruebas,
al igual que un grupo de pacientes que habían sido sometidos a operaciones
quirúrgicas por las que los dos hemisferios de sus cerebros habían sido
separados.
Cuadros de colores
A
los participantes en el experimento se les mostró un anillo formado por 12
cuadrados de colores. Todos los cuadrados eran exactamente del mismo
color, a excepción de uno, que era de otro color, y que aparecía a la
derecha o a la izquierda de la mitad del círculo. Los participantes debían
indicar en qué lado del anillo había aparecido el “intruso” de otro color,
señalándolo en las teclas de un teclado.
El color de este “intruso” tenía el mismo (verde, por ejemplo, pero en un
tono distinto al de los demás) o diferente (azul, mientras los otros eran
verdes) nombre que el color del resto de los cuadros. Los investigadores
descubrieron que los participantes respondían más rápidamente cuando el
color de dichos intrusos tenían un nombre distinto al de los demás cuadros
(como si la diferencia lingüística otorgara más peso a la diferencia
perceptual), pero esto sólo ocurría cuando el intruso estaba en el lado
derecho del campo visual. Sin embargo, si se encontraba en el lado
izquierdo no había diferencia.
Estudios previos realizados por el director de la presente investigación,
Paul Kay, del International Computer Science Institute de la universidad
de California en Berkeley, y sus colegas, habían comprobado que algunas
distinciones de la lengua inglesa no aparecen en otros idiomas o
viceversa.
Por ejemplo, el inglés emplea dos palabras para distinguir los colores
azul y verde, mientras que el Tarahumara, una lengua indígena de Méjico,
sólo utiliza una palabra para ambos colores. Este hecho, que puede parecer
un mero consenso lingüístico, afecta realmente a la percepción del verde y
del azul: los angloparlantes realmente ven dos colores: verde y azul,
mientras que los hablantes del Tarahumara son incapaces de distinguir la
diferencia entre ambos.
Evidencia confirmada
Un ejemplo similar es el de los esquimales (yuít, yupí e inuit), que en
sus lenguas son capaces de utilizar hasta veintidós vocablos diferentes
para designar el color blanco, en función del contexto: no es igual el
blanco de la piel del oso que el blanco de una tormenta de nieve. Para
ambos conceptos se utilizan palabras distintas. Cualquier europeo que
viajara al Ártico sólo sería capaz de percibir un color, o como mucho los
matices de todos los blancos que tuviera delante.
El nuevo estudio sobre la influencia del lenguaje en la percepción visual
repitió la parte del test realizado a los angloparlantes en anteriores
investigaciones, y confirmó que la percepción de los colores depende de su
situación a la izquierda o a la derecha del campo visual, y que la
diferencia lingüística profundiza en la diferencia de la percepción.
Otros estudios anteriores habían intentado determinar la posible
influencia del lenguaje en la percepción, pero sólo para afirmarla o
negarla. En este caso, los investigadores han ido más lejos y descubierto
que se dan ambas cosas: el lenguaje parece afectar a la percepción del
campo visual derecho, pero no al izquierdo. Por eso, deducen que nuestra
percepción visual del mundo que nos rodea puede estar, al mismo tiempo,
filtrada y no filtrada por las categorías lingüísticas.
La cuestión de si el lenguaje afecta o no a la percepción ha sido debatida
durante mucho tiempo, pero no desde el punto de vista de la organización
funcional del cerebro. La naturaleza de esta organización neuronal predice
que, si el lenguaje afectara a la percepción, debería hacerlo más en el
campo visual derecho que en el izquierdo, por las razones que se han
descrito.
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