El proceso creativo y la toma de decisiones   

 

 

Se habla mucho de la importancia de la creatividad en la actividad empresaria. Sin embargo, en todo el proceso de formación del individuo, la enseñanza dedica poco tiempo a este elemento que en el mundo competitivo actual se torna el componente distintivo de la organización.

Existe un proceso creativo que permite, a través de técnicas, desarrollar las potencialidades de los individuos talentosos.

Hay otro término muy ligado a la creatividad y es la innovación, que no debe considerarse como sinónimo de aquel. Ser innovador es poner en práctica una nueva idea. En una organización hay individuos creativos y los hay innovadores. De unos surgirán las ideas, mientras que los otros se encargarán de concretarlas en acciones que generen los cambios necesarios.

Un innovador será aquel que ve el cambio como un desafío constante, positivo, y no necesariamente pone en práctica ideas propias sino que adopta aquellas que sean útiles para llevar a cabo las estrategias y objetivos de la organización, teniendo en cuenta además lo que la realidad tan cambiante impone.

Para poder hablar de las técnicas creativas que se puedan desarrollar dentro de una organización, habría que conocer cómo se da este proceso en el cerebro y así comprender cómo puede lograrse una mejor utilización.

El ser humano tiene dos procesos de pensamiento. El hemisferio izquierdo se encarga del proceso analítico y verbal, mientras que el derecho es el intuitivo. A su vez, existe una conexión entre ambos hemisferios. Todos tenemos el dominio de un hemisferio sobre el otro, si bien utilizamos ambos lados según la necesidad concreta.

Esta dominancia, si bien es de tipo genético, se sabe que es posible modificarla equilibrando el uso de ambos hemisferios (aunque, de todos modos, siempre se mantenga un mayor dominio de uno sobre el otro).

Las teorías psicoanalíticas explican que en el cerebro humano las ideas se producen en el inconsciente y se hacen conscientes al pasar las barreras del "yo" (normas impuestas socialmente) y del "superyo" (valores morales de cada uno).

Esas barreras, ubicadas mayormente en el lado izquierdo del cerebro, son las responsables que la creatividad no se manifieste en el individuo. Hay barreras de tipo racionales, la crítica apresurada; no poner suficiente distancia del problema, muchas veces por estar tan metido en él, las ideas no surgen; no establecer un abanico suficientemente amplio de posibles soluciones, sin considerar aún las más ambiguas. Una barrera muy común es la que se da en la imposibilidad de los profesionales para ver las posibles soluciones desde otra óptica que no sea la de su propia formación. Lo importante aquí es rescatar el aporte de cada uno desde su propia visión del asunto. Sin duda, favorecerán la creatividad. Estas barreras se dan en personas con un marcado desarrollo del hemisferio izquierdo.

Las barreras pertenecientes al hemisferio derecho son las llamadas emocionales.

Muchas veces la ansiedad hace que se tome el camino más corto y sabido es que la perseverancia permite obtener generalmente resultados más satisfactorios. Otra barrera emocional es el miedo al fracaso y, lamentablemente, es una de las más frecuentes ya que desde pequeños, los premios y los castigos favorecen para desarrollar este bloqueo en la adultez. También la falta de motivación o motivación inadecuada hace que no se tome el desafío en su verdadera dimensión.

A las personas poco creativas les cuesta considerar algunas situaciones por verlas demasiado alejadas de la realidad. Considerarlas como una fantasía hace que tenerlas en cuenta sea una pérdida de tiempo.

Otras veces, ciertos prejuicios hacen limitar un razonamiento. La tendencia a asociar las soluciones a modelos mentales preexistentes le juegan en contra a la creatividad.

Otro bloqueo emocional bastante frecuente es limitar el uso de los sentidos. Por lo general las personas tienden a favorecer el uso de unos más que otros y esto lleva a limitar la imaginación.

El proceso creativo, como desarrollo de nuevas ideas, se completa con la toma de decisiones, poniéndolas en práctica luego de una serie de análisis que permitirán definir la idea más adecuada.

La técnica se origina en la generación de ideas, para lo cual será necesaria la mayor cantidad de información posible. Todos los datos serán utilizados, aunque en principio pueda no parecerlo. Una vez agotado este primer paso, se pasará al análisis desde todos los puntos de vista. Deberá combinarse para esto, actividades individuales y grupales.

Hasta aquí, esta tarea es responsabilidad del hemisferio izquierdo. El siguiente paso será tratar de analizar el problema en forma inconsciente para que el hemisferio derecho pueda hacer su aporte.

Existen muchas técnicas que permiten desarrollar las áreas emocionales, que fomentan las ideas creativas. Algunas de las más conocidas son los juegos, la lectura, los hobbies, la escritura.

Un elemento a tener en cuenta es el ambiental. Un lugar adecuado, tranquilo, sin ruidos, con luz y colores agradables predisponen a la imaginación.

Hay otras técnicas más específicas como la cinemática, que consiste en visualizar imágenes relacionadas con el pasado o el futuro, que permiten reconstruir una historia con un objetivo determinado.

Otra técnica es la que se desarrolla a partir de los sonidos, las voces y, en particular, las voces interiores. Hay que trabajar en las voces negativas para poder modificarlas y que se transformen en una herramienta útil para una mayor lucidez.

No podemos olvidar a la intuición: voces internas que muchas veces van acompañadas de sensaciones físicas concretas. Es muy importante tenerlas en cuenta y darle su verdadero valor. Estar muy atento, registrarlas si es necesario.

Los sueños también son muy útiles para la creatividad. Un buen ejercicio es trabajar con el problema en cuestión hasta el momento de dormir. Luego de haber tenido un sueño creativo sobre ese tema, tratar de visualizarlo claramente, interpretarlo y tomar de ahí elementos útiles.

Existen técnicas grupales que los equipos de trabajo necesitan para tener criterios innovadores que permitirán a la organización adaptarse a los cambios acelerados que vivimos hoy

Fuente: Creatividad e innovación. Jorge Ponte. Conceptos y Herramientas de Management, Cuaderno 5, Febrero de 1996.

 

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