Dos nuevos casos de
sinestesia que asocia las sensaciones táctiles a sensaciones emocionales
Hay varias formas de sinestesia. Algunas personas
pueden asociar colores a fragmentos musicales, o sabores o
fragancias a los colores. Las personas con sinestesia tienen algunos
de sus sentidos cruzados y poseen extrañas percepciones. Pueden oír
imágenes, saborear literalmente las palabras o ver los números en
color. No lo imaginan, evocan realmente una sensación al percibir
otra. Se cree que en estos casos la región cerebral responsable de
algún sentido tiene "cortocircuitos nerviosos" hacia otra distinta
cercana.
Según V. S. Ramachandran, de University of California en San Diego,
las sensaciones de AW y HS son una forma extrema de los sentimientos
positivos que mucha gente asocia a una manta suave, o los negativos
que poseemos hacia los cuchillos o rocas afiladas.
Tenemos una afinidad por las pieles debido a que evolucionamos
durante las glaciaciones y necesitábamos abrigarnos. Esta sería la
base sobre la que la sinestesia táctil es construida, según
Ramachandran.
Este revoltijo mental entre el tacto y las emociones podrían estar
por debajo de las metáforas como "sharp criticism" (literalmente
"crítica afilada") o "rough night" (literalmente "noche áspera"). La
sinestesia sería un ejemplo estrafalario del mecanismo que todos
tenemos de generar metáforas.
Ramachandran y David Brang hicieron pruebas objetivas a AW y HS para
confirmar que contaban de buena fe las experiencias extrañas que
relataban. Así por ejemplo, la medida de la conductividad eléctrica
de su piel (es decir, la presencia de sudor) sugería que el tacto de
la tela vaquera o la lana evocaban una respuesta instintiva de asco
en AW. Se pudo confirmar lo mismo por otros medios para las otras
sensaciones.
Las asociaciones eran además consistentes en el tiempo obteniéndose
la misma respuesta frente al mismo estímulo incluso con meses de
separación entre las mismas pruebas. Así el papel de lija provocaba
siempre en AW la sensación de contar una mentira piadosa o el
sentimiento de sentirse culpable. Lo mismo pare el cuero suave, que
provocaba sensaciones de miedo y repulsa en HS en diferentes
visitas.
Ambas mujeres ha desarrollado modos de arreglarse con su
"disfunción". AW canta para distraerse cuando toca algo que le
desagrada. Tocar algo hecho de plata cancela o compensa las
sensaciones táctiles desagradables y el mismo truco le hace sentirse
bien después de una mal día.
Ahora que Ramachandran y Brang han confirmado que la sinestesia
táctil-emocional es una experiencia genuina, esperan descubrir qué
está sucediendo en los cerebros de estas dos mujeres.
La forma más común de sinestesia que asocia números a colores,
proviene de un "cortocircuito" entre la región del cerebro
responsable de la detección de los colores y la del procesamiento de
números. Esas neuronas y conexiones responsables de esa
interconexión no fueron podadas o eliminadas durante el desarrollo
cerebral quedando un remanente excesivo.
Ramachandran especula que la sinestesia táctil-emocional estaría
causada por un cortocircuito similar entre la ínsula (lugar del
córtex responsable de las emociones) y su más próximo vecino: el
córtex somatosensorial (la región responsable del procesamiento de
las texturas).
Según Edward Hubbard, de Cornell University en New York y no
implicado en el estudio, sea lo que sea lo que le ocurra a estas dos
personas, parece ser un ejemplo de los mecanismos normales que están
presentes en todos nosotros. Considera que las asociaciones de HS y
AW entre textura y emociones no son conductas aprendidas, sino que
están fuertemente instaladas, siendo principalmente arbitrarias
(recordemos que la emoción evocada por el mismo estímulo es
distinta, en general, para cada persona ). Es la clase de
arbitrariedad, según él, que sería barrida o eliminada por el
entrenamiento y superada por el aprendizaje y los factores
culturales en la mayoría de las personas, pero no en los
sinestésicos.
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