Ordenarse al ritmo del Universo
El Universo en su totalidad es ordenado. Todo sigue una secuencia
determinada y todo obedece a una cadena de causas y efectos.
Nosotros nacemos en este Universo y funcionamos conforme a su
ordenamiento. El ciclo de la naturaleza es el ejemplo más cercano y
primario en nuestras vidas y cada comunidad humana va adaptando su
existencia conforme a él. Salvo algunos imprevistos para nosotros porque
no dominamos todas las causas, la naturaleza se comporta en forma ritual.
Tal vez por esta causa nuestra forma fundamental de forjarnos hábitos es
mediante la respuesta condicionada a un estímulo. Si algo nos impulsa a la
acción y ésta nos lleva a una situación gratificante, tendemos a repetir
la respuesta al estímulo que nos impulsó. Cuando lo repetimos varias
veces, se forma un hábito. Un manjar que despide un olor apetitoso, nos
estimula a comerlo. Y si nos agrada, cada vez que lo volvamos a ver u oler
nos gustará volver a ingerirlo.
Obsérvate y descubrirás en ti muchos hábitos adquiridos que no son ahora
favorables para tu vida. Ellos se grabaron como respuestas condicionadas
porque provocaron en algún momento de tu vida consecuencias que fueron
agradables o compensatorias a otras desagradables. La forma de cambiar
esos hábitos es responder de manera distinta a esos estímulos. Busca que
te produzca satisfacción tus nuevos comportamientos. "Ahora comeré menos
de aquello que me gusta tanto, porque tendré la satisfacción de mantenerme
más saludable".
Uno de los aspectos más importantes de ordenar en la vida... es tu vida.
Las actitudes favorables para tu madurez y capacidad de triunfar en la
vida te llevarán a una mayor felicidad y orden en todo. La vida fluye más
fácil y es menos complicada. Procura aprender a identificarte con las
afirmaciones siguientes.
No me dejo manipular por los demás. Estoy dispuesto a colaborar, pero
no a hacer simplemente lo que los otros quieren que yo haga.
Vivo intensamente el presente, sin preocuparme demasiado por el pasado y
sin inquietarme por el futuro. Aprendo de mi pasado y me proyecto hacia el
futuro.
Soy importante y valioso para mucha gente. Aprecio a la mayoría de las
personas y soy capaz de dar afecto.
Puedo actuar y tomar decisiones, sin sentirme culpable si me equivoco.
Cuando cometo un error, pido disculpas, lo corrijo y actúo de manera mejor
en el futuro.
Reconozco en mí defectos, errores y carencias. Pero también soy capaz de
valorar mis cualidades, aciertos y realizaciones. Estoy dispuesto a
reconocer mis equivocaciones y a compartir mis experiencias.
Soy capaz de disfrutar con diversas experiencias, con distintos tipos de
personas y en diversas situaciones. Así como aprecio acciones
trascendentes, también me doy un tiempo para disfrutar de un juego, una
charla o de holgazanear.
Los sentimientos y necesidades de los otros son importantes para mí.
Respeto a las personas y las valoro por lo que son. No me divierto a costa
de los demás.
El premio es una vida mucho más exitosa y próspera, en más armonía con el
orden del Universo.
Sergio Valdivia Correa
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