Técnicas de estudio, concentración, memoria, comprensión, y desarrollo de habilidades mentales

  Problemas en nuestro universo  

 

Los problemas en nuestro universo personal son inevitables. Pero no debiéramos desalentarnos ya que la vida misma plantea problemas para su propia evolución.

La mecánica simplificada de un problema es que es algo que tiene lados opuestos; una intención en contra de otra, o una idea en contra de otra idea, o un contra-esfuerzo (obstáculo) a nuestro esfuerzo aplicándose.

Pero...

Cualquier problema que un individuo tiene, existe únicamente porque el individuo lo está creando.

Uno puede crear problemas en el universo mental de alguien despertándole una intención y luego estimulándole la intención opuesta. Si se hace hábilmente, la persona decide hacer algo y también decide no hacerlo. Esa persona tiene un problema. Si alguien quisiera manipularnos seguramente haría eso. Es algo muy simple y muy antiguo: divide y reinarás.

Un problema puede parecer existir en el universo que compartimos con los demás. Pero sólo seguirá existiendo en el universo compartido mientras se cree el problema en el universo personal de alguien. Tan pronto como dejamos de crear problemas en el propio universo, el problema en el universo compartido desaparecerá.

Cuando una persona tiene un problema es porque se ubica en medio de dos asunciones contrarias, sean intenciones o ideas, y no se decide por ninguna. Se acomoda en un “tal vez”. El problema seguirá existiendo hasta que se decida de una u otra forma.

Un problema en el propio universo sólo puede existir por no verlo tal cual es. Tan pronto como confrontamos el problema (lo vemos como lo que realmente es) y tomamos una decisión, el problema se reduce. Un problema sólo existe en ausencia de tratamiento y confrontación acorde.

Consideremos esto. Si sentimos que estamos listos para tratar y encarar un problema, entonces es el momento perfecto para tratarlo. Y si realmente somos capaces de tratar y encarar un problema, entonces encontraremos mágicamente que ya no tenemos que tratarlo.

Ejemplo: habitualmente un cliente nos trae dificultades y problemas. Estamos indecisos acerca de cómo manejar la situación y no hacemos ningún movimiento para corregir la situación. La dificultad sigue existiendo y tenemos un problema. Un día nos ponemos a meditar el asunto y decidimos que no necesitamos este problema. Perdido por perdido, decidimos tratar y confrontar el problema con el cliente. Así decidido, lo vamos a visitar y encontramos que el problema ya no existe. El cliente, por alguna razón extraña, ha cambiado su actitud. Conclusión: un problema en nuestro universo sólo puede existir cuando hay dos asunciones contrarias, sean intenciones o ideas.

Para solucionar cualquier problema sólo es necesario asumirse como la solución, antes que como el problema.

A fin de manejar un problema en el universo compartido, todo que lo tenemos que hacer es manejar el problema en nuestro propio universo y hacer que se disuelva allí. Recién entonces desaparece en el universo compartido.

La cosa no es el problema, el verdadero problema son nuestros pensamientos acerca de ello. Si cambiamos nuestros pensamientos recién entonces podemos cambiar las cosas.

La solución correcta ante un problema es desmontarlo en nuestro propio universo, observando las fuerzas opuestas - asunciones, intenciones, ideas – que están en juego en relación al tema del problema. Haciendo esto, veremos que hemos manejado la situación.

Uno puede crear sus propios problemas (de hecho, uno lo hace). Y uno soluciona sus propios problemas tratándolos y encarándolos en el universo propio. Nada debemos temer porque uno mismo siempre es más grande que los propios problemas.

Darle la solución a alguien que tiene un problema no funciona porque la persona seguirá creando y sosteniendo el problema en su propio universo. Lamentablemente, no podemos solucionar los problemas del otro. Cualquier tentativa de solucionar los problemas del otro sólo hará que la persona caiga en otro problema.

El mejor modo de tratar con un problema es tratar con lo que lo causa. Y la causa está siempre dentro de uno.

Patricio J. Vargas Gil

 

 

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