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Gestión del tiempo
No debiéramos quejarnos tanto de la falta de
tiempo. Es muy común dejarnos llevar por hábitos que lo desperdician.
Muchos de estos hábitos no sólo derrochan tiempo sino que construyen y
hasta constituyen nuestra falta de atención.
No es tan difícil tomar el control de la situación, por suerte hay
pequeñas grandes cosas que podemos hacer y así recuperar gradualmente
nuestra capacidad de gestionar eficazmente al tiempo disponible.
Aplícate dos semanas, día a día, a cumplir estas consignas:
-
Abstente: Antes de empezar otra
tarea, termina la que estás realizando. Cada vez que dejas algo a medias
para tomar otra tarea tienes que invertir energía nerviosa y mental para
recuperar los datos de la tarea que habías dejado pendiente. Deberás
abstenerte e ignorar las tentaciones de hacer otra cosa. Ayúdate
solicitando a tus allegados que no te interrumpan con otras actividades
hasta que hayas terminado.
-
Deriva: Deriva a otros la mayor
cantidad de tareas que puedas y corresponda. Habitualmente nos hacemos
cargo de tareas sin importancia que otros podrían o deberían hacer. Haz
una lista de todas esas cosas que haces para otros y que, pensándolo bien,
deberían hacer ellos mismos. Estudia estas listas y comienza a deshacerte
de lo que no te corresponde y de lo que podrías derivarle a otros.
-
Agrupa: Cuando no puedas derivar a
las pequeñas tareas que se acumulan, agrúpalas y realízalas de una sola
vez, sin pausas entre ellas. Confecciona una lista de estas cosas, a cada
docena o decena de ellas agrúpalas y considera a cada grupo como si fuera
una tarea más importante. Toma cada grupo y acábalo de una sola vez.
Puedes hacer esto intercalándolos entre las tareas más importantes.
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Una manera de ampliar la visión mental
Si deseamos ser creativos
y explotar al máximo nuestra inteligencia no podemos contentarnos con la
amplitud que nuestro propio punto de vista aparenta tener. Es
imprescindible desarrollar la sensibilidad mental hacia las demás
perspectivas posibles y en los más diversos asuntos. Nadie podría quejarse
de tener criterios amplios y gran flexibilidad mental pues ambas son
características propias de las mentes más hábiles.
Como deseamos captar las perspectivas de mayor valor posible no vamos a
sondear a todo el mundo, por obvias razones de economía de tiempo y
energías. Podemos favorecer el desarrollo de una mayor amplitud con un
recurso extremadamente sencillo:
-
Consigue un libro de
citas, proverbios y refranes.
-
Durante tres meses, y
cada día, selecciona una frase al azar. Utilízalo como libro de cabecera
durante este período.
-
Reflexiona
intencionalmente en lo que el autor o el pensamiento expresado desean
transmitir. Asegúrate de captar completamente el sentido.
-
Si comprendes que es un
pensamiento negativo o paralizante, trata de hallar el opuesto. Si se
trata de uno positivo, compenétrate en él. No se trata de que estés de
acuerdo o no, sólo interprétalo.
-
Intenta honestamente
aplicar ese pensamiento en tu vida cotidiana. Dedícale un pequeño esfuerzo
a este consejo.
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Con intuición
La intuición funciona
cuando percibimos los signos sutiles de una situación o evento y podemos
agruparlos de manera significativa. Esta percepción de signos es casi
siempre inconsciente.
La intuición ha sido y es crucial para la supervivencia, y siempre
conviene favorecer su desarrollo. Científicos, guerreros y deportistas la
necesitan y la aplican.
Con actividades sencillas podemos afinar nuestra intuición y aumentar
nuestra sensibilidad para captar los signos con los que opera. Esto nos
facilitará apreciar mejor las señales de las situaciones y lo que puede
suceder.
Intenta estas actividades por un par de semanas:
-
En los próximos días
trata de percibir el clima del día siguiente, sin consultar el reporte
meteorológico. Trata de fijarte en los detalles: formas y colores de las
nubes, color del cielo, temperatura, corrientes de aire, etc.
-
En las películas o
novelas de misterio, trata de anticiparte y descubrir quién es el culpable
mediante las sutiles pistas que van apareciendo. Cuando se trate de otro
genero, puedes intentar anticiparte a la trama que se va desarrollando.
-
No utilices reloj pulsera
por unos cuantos días y trata de saber qué hora es guiándote por otros
indicadores que no sean el reloj, como puede ser la luminosidad, la
temperatura, tu cansancio o tus ganas de comer, o los hábitos de otras
personas y seres.
-
En los próximos 10 días,
trata de percibir las publicidades de otra manera, registrando los
detalles e intentando determinar cuáles son los factores engañosos en las
mismas.
-
De idéntica manera, trata
de captar los pequeños errores habituales en las películas o series de
televisión.
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Autoedición y comunicación directa
La regla esencial de una
buena historia es que contenga «el quién, el dónde, el cuándo, el cómo y
el por qué».
En periodismo, un artículo o noticia debe ir directamente al fondo del
asunto y desarrollarlo a lo largo de todo el espacio impreso. El primer
párrafo tiene que ser el más importante, el segundo también lo será
en importancia, y así sucesivamente. El jefe editor no dudará en cortar
material e ir al fondo del asunto si el redactor se desvía o demora.
De esta realidad se puede aprender algo más.
El truco que proponemos es la Autoedición. Editarse a sí mismo para
aprender a comunicar directamente, para aprender a ir directamente al
fondo de las cuestiones.
Aquí haremos participar al tiempo como factor de presión. ¿Qué pasaría si
sólo nos dan diez minutos para explicar algo?, ¿O sólo veinte segundos?
Intenta practicar este ejercicio: imagina que sólo tienes cuarenta
segundos para opinar sobre un tema social importante del día. ¿Qué dirías
en primer lugar?, ¿y después de ello? Practica de esta manera exponer tus
ideas, ¿Notas que mejora tu comunicación con los demás? Perfecto.
Justamente eso es lo que ocurre cuando dominamos la Autoedición.
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Reconociendo las claves básicas de una clase
Todo docente dará pistas elementales para indicar cuáles son las ideas
importantes. Las siguientes operaciones funcionan como señales y nota que en
cada caso se utilizan ciertas frases como marcadores de lo importante:
-
Superlativos: "el/lo más," "el/lo menos," "el/lo mejor" o "el/lo
peor."
-
Repetición: "otra vez" o "una vez más," o "en otras palabras."
-
Listas: "las 7 razones más importantes" o "las 2 clases más
importantes."
-
Cambio: en el tono de voz de la presentación, en el énfasis, en el
ritmo.
-
Deletreo o ampliación de la definición/explicación: que hace el
docente de las palabras y las instrucciones que imparte.
-
Escribir en la pizarra una frase aislada o palabra aislada.
-
Resúmenes: "en síntesis", "en conclusión" o "para resumir."
-
Ejemplos: "como en el siguiente caso", "por ejemplo"
-
Diferentes puntos de vista: "por otro lado" o "sin embargo."
Para un estudiante es
fundamental reconocer con facilidad estas claves básicas que orientan el
procesamiento de la información en la dirección correcta. Imposible
pretender comprender si no tenemos facilidad para detectar estas claves.
Sólo teniendo la intención de captar estas señales podemos aprovecharnos
de ellas, sin esta aplicación consciente de la voluntad apenas percibimos
la cuarta parte de estos simples indicadores.
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Despejando la lectura y el estudio
Salvando las distancias,
lo que se comprende MAL al leer y estudiar es como un pequeño trauma al que
hay que hallarle el origen.
El procesamiento
cognitivo fallido tiene consecuencias psicofísicas evidentes: te sientes embotado,
la mente en blanco o confusa respecto a lo recién leído, somnoliento, con la
sensación de estar atascado, que vas muy lento, etc.
Te mostraremos cómo
prevenir
y solucionar las fallas de comprensión con una
estrategia diferente, basada en estos hechos:
Situación
hipotética: Estás leyendo un texto expositivo, (los textos
expositivos comunican conocimientos, teorías, ideas, etc.) y notas que
estás atorado.
El procedimiento para
despejar este efecto psicofísico es muy simple:
1) Búsqueda - Detección - Comprobación. Debes buscar en las partes anteriores del texto
algo que no hayas comprendido. Puede estar varias
páginas antes. Siempre será algo anterior al punto en donde estás ahora
atorado con el texto.
Una vez que encuentras al elemento no comprendido procede a comprobar el significado del elemento.
Esto mismo se hace asegurándose de comprender el significado aplicado
en el texto mediante recursos complementarios como bibliografía
adecuada y un buen diccionario.
2) Hecho el paso anterior, retoma la lectura a partir de unos párrafos
antes de la ubicación del elemento hallado.
3) Si esto no despeja la situación entonces el elemento no comprendido
debe ser encontrado en una parte anterior del texto. Lo buscas, lo
encuentras, y compruebas su significado, como en el punto 1).
4) Cuando encuentras al elemento no comprendido y lo compruebas, entonces retomas desde
unos párrafos antes y avanzas desde ahí. La dificultad que tenías ya
tendría que haber quedado resuelta. Y si todavía no se resuelve entonces hay más
elementos no comprendidos no detectados, y deben ser encontrados y
comprobados.
En general, esto resultará suficiente. Si hay
elementos NO comprendidos,
se pueden hallar sin dificultad.
El sistema es simple. Aplica
este recurso cada vez que al leer o estudiar reconozcas los efectos
psicofísicos de las fallas de comprensión. Funciona sin
excepciones.
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Manipulando atención
Una de las formas fáciles
de entrenar el análisis y la capacidad de concentrarnos es aplicar la
exploración selectiva de enfoque. Esto es aplicar intencionalmente las
unidades de atención sobre un aspecto al azar de un objeto o situación en
nuestro entorno para luego pasar a otro, y así sucesivamente durante un
rato.
Por ejemplo:
-
Si estamos comiendo
podemos tratar de identificar todos los componentes del plato en base a
sabores, olores, formas, etc. o establecer de cuántas calorías se trata;
el origen, la temperatura de cocción y la cantidad de pasos para
prepararle.
-
Si estamos disfrutando de
una sesión de televisión podríamos aprovechar las tandas publicitarias
para practicar la exploración selectiva. Determinando en
cuantas publicidades aparece la voz de determinado locutor o determinados
actores, si sabemos los nombres, si hemos probado el producto, cuáles son
los productos competencia del anunciado, qué costo tiene, en cuáles
comercios lo hemos visto, quienes lo utilizan, etcétera.
El análisis hallará y
procesará las categorías de enfoque, y las unidades de atención darán el
soporte operativo durante unos instantes en cada una de ellas. Prueba esto
durante dos semanas seguidas, todos los días unos momentos, al azar, en
cualquier situación que puedas.
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El vacío original
La mente tiene rechazo natural por el vacío.
Es muy difícil apartarla del bullicio habitual. La cuestión práctica es
que así como es provechoso pensar analíticamente para resolver un
problema, también puede serlo el evitar buscarle respuestas. Las
recomendaciones a continuación servirán para romper la tendencia
unilateral en el enfoque de las dificultades.
Siéntate y encuentra la postura más cómoda. Calma tu mente, aquiétala, e
intenta hacer más receptiva a tu imaginación.
Durante un rato piensa creativamente en un problema cualquiera que
realmente te ataña. Retén ese pensamiento en tu mente cinco minutos, pero
evita pensar en posibles soluciones.
Si empiezas a pensar respuestas, échalas de tu mente. Si te sientes
tentado a seguir explorando en alguna dirección sugerida por algún
pensamiento, no lo hagas.
Mantén tu problema en mente, pero no busques respuestas como habitualmente
harías. Debes ser impecable en ese sentido.
Apunta a un simple estado de cuestionamiento, algo netamente mental. Al
principio te será más difícil. Pero cuando rechaces respuestas al problema
y comiences a pensar de manera poco habitual, estarás induciéndote a
hallar algo que sea verdaderamente original.
Así pones en juego áreas de tu mente que no sueles usar.
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Para comunicarnos mejor
Si tienes habilidades interpersonales pobres
(especialmente en la
comunicación) tu productividad será pobre simplemente por carecer de las
herramientas necesarias para influenciar, para persuadir y para negociar
con otras personas. La comunicación es el "solvente" universal para todas
las áreas de relaciones interpersonales. En vista de esto, dominar la
comunicación y la escucha activa evita conflictos y malentendidos, y ayuda
a tener éxito en cualquier área.
Las siguientes son algunas recomendaciones que ayudarán a incrementar
tus habilidades de comunicación y te facilitarán llegar a ser un
verdadero oyente activo:
1. Hazte más consciente de tu propio estilo de comunicación. Entender
tu estilo personal para comunicarte podrá ayudarte - si lo pules - a
crear impresiones buenas y duraderas en otras personas. Siendo más
consciente de cómo otros te perciben, puedes adaptarte más fácilmente a
sus estilos de comunicación. Esto no significa que tienes que ser falso o
un imitador, cambiando con cada personalidad que tratas. En vez de eso se
trata de hacer que la otra persona se encuentre más cómoda contigo,
seleccionando y acentuando ciertos comportamientos que ya poseas dentro de
tu personalidad y armonicen bien con la de la otra persona. Esto te
preparará para transformarte en un verdadero oyente activo.
2. La gente habla de 100 a 180 palabras por minuto, pero puede escuchar y
pensar inteligentemente a más de 600 palabras por minuto.
Habitualmente, y puesto que solamente una parte de nuestra mente está
prestando atención, es fácil distraerse - pensando de otras cosas mientras
se escucha a alguien. Si estás encontrando particularmente difícil
concentrarte en lo que está diciendo alguien, intenta repetir sus palabras
como él o ella las dice - esto reforzará mentalmente su mensaje y te
ayudará a controlar el divague mental.
3. Utiliza la comunicación no verbal para aumentar el flujo de la
comunicación interpersonal. La comunicación no verbal sugerida consiste en
mensajes adecuados y pertinentes mediante expresiones faciales tales como
sonrisas, gestos, contacto visual, e incluso tu postura corporal. Así
demuestras a la otra persona que ella realmente se está comunicando
contigo y que tú estás escuchando activamente. Esto le estimulará a la
otra persona para mantener un canal abierto contigo y para generar otras
comunicaciones mientras que evita malentendidos costosos y pérdidas de
tiempo.
4. Tal como ocurre en la lectura, recuerda que lo que alguien dice y lo
que nosotros oímos puede ser muy distinto. Nuestros filtros,
asunciones, juicios, y creencias personales pueden tergiversar lo que
oímos.
Recapitula inmediatamente o resume para asegurarte de que entiendes.
Expone en forma personal lo que piensas que escuchaste y pide
corroboración a tu interlocutor.
La reconstrucción sirve para reforzar y confirmar las comunicaciones
entre tú y los otros.
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Desarrollar el análisis y
la síntesis
El análisis implica abrir las cosas y dividirlas en sus partes, y la
síntesis es lo que hacemos al armarlas nuevamente. Cuando armonizan bien,
estas dos habilidades aportan gran eficacia mental y un pensamiento más
preciso.
Trata de incorporar estos principios:
-
Reconoce las pautas de que te sirves para poner el mundo en orden.
Practica ejercicios para cambiar de puntos de vista. Colócate en la
mentalidad de otros y trata de ver las cosas como ellos las ven.
-
Emplea un método empírico siempre que puedas. No creas en las cosas de
buenas a primeras, obsérvalas con cuidado, prueba las ideas, disponte a
ajustar tu opinión sobre la base de la evidencia que puedas recoger.
-
Convierte en hábito tener conciencia de cómo haces para dividir
mentalmente tu experiencia. ¿Qué categorías empleas para ordenar tus
observaciones?
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Conciencia de la autoconciencia
Te proponemos el siguiente ejercicio:
-
Toma lápiz y papel
-
Piensa en alguna actividad que sepas como la realizas
-
Escríbela siguiendo todos los pasos, trata de hacerlo de manera
exhaustiva, sin obviar ningún detalle por más pequeño que parezca.
-
Piensa en una actividad que haces y no sabes cómo, simplemente la haces.
-
Siguiendo la secuencia del punto 3, escríbela también siguiendo todos los
pasos.
-
Logra ser aún mas detallista que antes.
Habrás adquirido una nueva capacidad para demostrar cómo has aprendido los
conocimientos.
Prueba aplicarlo en tareas cada vez más complejas y te convertirás en un
maestro
Este es uno de los secretos de la excelencia.
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Decidiendo
Perdemos tiempo valioso en problemas mal planteados o equivocados y muchas
veces descuidamos un aspecto elemental a la hora de tomar decisiones:
saber claramente qué es lo que deseamos. Siempre es necesario tener
definido un objetivo y estar motorizados por un propósito. Esto es así
porque toda decisión está ligada a un propósito y debemos ser nosotros los
que determinemos conscientemente eso.
La toma de decisiones correctas forma parte de una buena educación mental.
Y a tomar buenas decisiones también se aprende.
Trata de seguir estas recomendaciones:
-
Ser más conscientes de las decisiones que
tomamos. Reconocer y diferenciar bien las que se toman por hábito de las
que surgen después de análisis.
-
Determinar cuáles son los criterios con los
que tomaremos las decisiones. Cada alternativa debe ser analizada al
detalle, no panorámicamente. De esa forma podremos establecer
comparaciones funcionales.
-
A la hora de tomar decisiones clarifiquemos
nuestro propósito. Adoptemos el principio de simplificar con claridad.
Esto no debemos confundirlo con el análisis de las decisiones posibles,
que debe ser al detalle. Estamos en la antesala de las decisiones: la
correcta definición de los problemas. Brevedad, concisión y corrección a
la hora de pensar en lo que motiva las decisiones a tomar.
-
Cada decisión importante debemos tomarla en
base a sopesar pensamientos y sentimientos. Las alternativas correctas
debemos sentirlas correctas. Una vez adoptada una decisión debemos
llevarla a la práctica con perseverancia y serenidad; no deberíamos
arrastrar el peso de la duda o la mala asimilación.
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Jugando con hipótesis y
consecuencias
Cuando pensamos, lo hacemos desde nuestros
particulares "hábitos y fijaciones", y si realmente deseamos desarrollar
flexibilidad mental tenemos que hallar formas de asumir nuevos puntos de
vista o nuevos enfoques y sin sentirnos incómodos con ello.
Una manera razonable y efectiva de ampliar nuestras posibilidades es
mediante un estilo lúdico; esto es, jugando con nuestros pensamientos,
ideas e imágenes. Quizás nos resulte tan entretenido como resolver
crucigramas - para practicar en una espera prolongada, en un viaje o en un
intervalo vacío de actividades - el juego mental de las "hipótesis
ingeniosas". Esto comienza con la pregunta "¿Qué ocurriría realmente
si...? y después tenemos que jugar con todas las posibles consecuencias
que se nos puedan ocurrir.
Ejemplos:
-
¿Qué pasaría si todos fuéramos a vivir un
milenio como promedio?
-
¿Qué pasaría si nuestra capacidad de memoria
fuera perfecta?
-
¿Qué pasaría si los países del norte se
hundieran completamente en el océano?
-
¿Qué pasaría si pudiéramos prestarle
atención a 20 cosas simultáneamente?
-
¿Qué pasaría si percibiéramos movimiento
real a razón de 70 cuadros de imágenes por segundo en vez de a 25?
-
¿Qué pasaría si nuestras mascotas pudieran
hablar?
-
¿Qué pasaría si una civilización
extraterrestre nos contactara abiertamente?
Especular jugando es otra forma de
desarrollar la creatividad. Disfrútalo.
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El valor del error
No tengas miedo a cometer errores. Eso obstaculiza el desempeño
intelectual. Responde a los desafíos abiertamente. Es una oportunidad de
descubrir errores para corregirlos. Quienes no admiten sus fallos jamás
los superan. Admitir que nos hemos equivocado y rendirnos ante la verdad;
eso es una clara manera de avanzar y es así como avanza el conocimiento.
Madurar intelectualmente implica poder cambiar las creencias falsas, y
apegarse a los errores nos hace perder inútilmente tiempo y energía
valiosos.
Recomendación:
-
Di en voz alta «Estaba equivocado», cada vez
que te descubras en un error.
-
Si estás solo, dílo en el momento exacto de
descubrirlo.
-
Si estás acompañado, espera a estar solo y
dílo en voz alta.
-
Cada vez que te equivoques ante alguien que
tenía razón, no importa el tema, admite ante ella que estabas equivocado.
Trata de seguir estas recomendaciones
durante más de un mes. Cuando hayas pasado por una buena cantidad de estas
simples experiencias de reconocimiento te habrás acostumbrado a aceptar
que los errores rutinarios son algo muy normal y comenzarás a obtener muy
buenos beneficios de tal reconocimiento.
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Monólogos molestos
Es absolutamente normal tener un continuo
monólogo en la mente. Pero muchas veces este parloteo mental es
perjudicial. Nos puede afectar emocionalmente (nos decimos - o una voz
mental nos dice - cosas que nos entorpecen o entristecen o mal
predisponen) y nos puede afectar intelectualmente (el monólogo
descontrolado no nos permite enfocarnos ni concentrarnos).
Prueba con los siguientes recursos (seguramente hallarás la ocasión de
aprovecharlos bien):
-
Re-etiquetar: Tendemos a ponerle
etiquetas a la experiencia. Supongamos que tenemos una competencia o
que actuamos ante público. Las palmas de las manos empiezan a transpirar,
se nos retuerce el estómago y nos sonrojamos. Nos decimos que
estamos poniéndonos nerviosos; y con eso nuestra inquietud aumenta
cada vez más. Por el contrario, también podemos decirnos que estamos
sintiendo las manifestaciones de energía que naturalmente acompañan a toda
situación importante. Con esto reorientamos la energía hacia lo
que tenemos que hacer.
-
Re-editar: Es posible que estemos
oyendo una voz que nos repite una y otra vez conceptos negativos. Puede
estar diciéndonos que no servimos para nada y que nunca conseguiremos lo
que buscamos. El truco para combatir esto es repetir la frase molesta en
voz alta. Usando las mismas palabras, pero "editándolas", cambiando
su calidad y cualidad. Podemos tapar esa voz con la letra de una canción o
con un recitado que confeccionemos a nuestro gusto. Si estamos muy
complicados con una situación y la voz nos lo recuerda una y otra vez,
entonces reduzcamos la velocidad de las palabras hasta que parezcan
arrastrarse y veamos qué sucede. Si llegáramos a oír una voz muy molesta,
sólo modifiquemos la calidad y cualidad de esa voz. Controlémosla "editándola"
y haciéndola más intensa, luego más baja, más rápida, más lenta, más
cercana, más alejada, etc.
-
Re-enfocar: Esto es aminorar la
velocidad de los pensamientos y escuchar bien lo que están diciendo. El
mejor método para lograrlo consiste en visualizar una fuente para
las palabras que escuchamos, algo así como una televisión o una radio
portátil. Imaginemos que es un aparato de gran calidad, y que podemos oír
las palabras principales y las de segundo plano. Cuando hacemos esto, es
mucho más sencillo no dejarse atrapar por el monólogo mental.
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Aprendizaje sin fin
Cuando alcanzamos ciertas metas
empezamos a solidificarnos mentalmente y desarrollamos hábitos que nos
liberan de seguir pensando en lo que antes estábamos obligados a pensar. Y
así es que perdemos fluidez en nuestras habilidades mentales y nos
acostumbramos a hacer lo que nos evita tener que aprender cosas nuevas.
Recuerda:
-
El proceso de aprendizaje no tiene fin. El
beneficio de aprender es la capacidad para aprender más.
-
Aprendemos si queremos aprender. Ponte
en una situación en que debas actuar. Explícale o demuéstrale algo a otra
persona. Procura hacer algo que te obligue a aprender.
-
También aprendemos bien cuando nos
divertimos. Explora los aspectos llamativos e interesantes de aquello que
te propones aprender. Juega con las posibilidades. Experimenta sin miedos.
-
Confía en tu habilidad de adaptación.
Cuando te encuentres ante una situación nueva, sé flexible. Mantén tu
mente abierta y lista para aprender.
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Preguntando correctamente
Las preguntas que ayudan a la comprensión se
plantean con honestidad pero nunca van encaminadas a impresionar o
derrumbar a los demás. Hacer preguntas espectaculares o abrumadoras no
ayuda en nada a la comprensión, si es que estamos interesados en ella.
-
Haz tus preguntas sin desafiar. Si no
entiendes lo que ha dicho el que habla, no lo desafíes. Es mejor decir:
«En otras palabras, usted piensa ...?» Si estás equivocado tu interlocutor
te corregirá con buenos modos.
-
No preguntes para señalar los errores del
otro. Es inútil evidenciar los errores ajenos con nuestras preguntas. Sólo
las preguntas creativas sirven al que las hace. Antes de atacar las
creencias ajenas con tus preguntas, aprende a basar mejor tus propias
creencias.
-
Plantea preguntas, pero no cuestiones. A
nadie le gusta que le cuestionen. «¿Y usted cómo sabe eso?» es una manera
de preguntar insolente. Preguntar correctamente es algo completamente
distinto. Cuanto menos personales sean tus preguntas, mejor. Formúlalas
con el mayor grado posible de impersonalidad y respeto.
-
No temas hacer preguntas. Notarás que puedes
aprender tanto de quienes no quieren ser interrogados como de
quienes disfrutan con las preguntas.
-
Observa la actitud al interrogar y atiende a
las maneras de preguntar de otras personas. Permanece atento y detecta a
las preguntas impertinentes que otros realizan. Atiende a las preguntas
para distinguir cuáles se plantean para obtener información y cuáles se
plantean como críticas solapadas.
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Para
comunicarse mejor
Los expertos en oratoria recomiendan
enfáticamente los siguientes puntos:
-
Comunicarse es algo más que decir, también
es obtener respuestas adecuadas.
-
Para comunicarnos de manera eficaz debemos
aprender antes a escuchar y observar con atención.
-
Al comunicar es muy importante el estado
de ánimo. Una actitud abierta, bien predispuesta y positiva favorece
la comunicación.
-
Debiéramos dirigirnos más al sentimiento
que a la razón. Siempre se entiende mejor el sentir que el razonar. Las
razones difieren mucho según los intereses personales.
-
Tenemos que quitar todo lo que pueda
interferir con nuestro mensaje, todos aquellos detalles que impidan
“llegar” como deseamos. Mensaje oral e imagen deben complementarse con
coherencia, caso contrario el interlocutor tendrá dificultad en
entender el mensaje.
Ten presente estos consejos a la hora de
prepararte para realizar una exposición. No son cosas difíciles de
entender ni difíciles de aplicar.
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Para escuchar y tomar apuntes
Estas simples sugerencias te ayudarán a
mejorar tus habilidades para escuchar y tomar un buen registro de
presentaciones, clases, conferencias, documentales, etc.
-
Prepárate mentalmente. Haz un
esfuerzo e intenta dejar a un lado las cosas que te distraen (las tareas
de la casa, el examen pasado, los problemas del trabajo, una discusión
reciente o cualquier fantasía entretenida) y piensa en lo que estás a
punto de escuchar. Abre tu mente a la presentación y al tema de la charla.
La escucha y la toma de apuntes no deben ser cosas mecanizadas. Nunca
pases por alto este requisito.
-
Piensa para escribir mejor. Cuando
tomes apuntes no escribas cada palabra que se pronuncie en la exposición.
Identifica los conceptos y las ideas claves y escribe la información con
tus propias palabras. No seas literal.
-
Observa para escuchar mejor. Mientras
escuchas observa lo que el expositor hace. Frecuentemente los expositores
muestran lo que es importante deletreando enfáticamente algunas palabras,
escribiendo en la pizarra o haciéndolo en las transparencias que van
mostrando. Lo que es importante también puede ser señalado con las
expresiones faciales, los gestos y el cambio en el tono de voz. No
subestimes la importancia de estas señales.
-
Pregunta para pensar mejor. Cuando
tomes apuntes, pregunta y reflexiona en las respuestas a las siguientes
preguntas. ¿Cuál es el tema? ¿Qué se dice del tema? ¿Cuál es el mensaje o
comentario principal? ¿Cómo podría ser de utilidad esta información? ¿De
qué manera se relaciona esta información con tu vida y con lo que ya
sabes?
Mantén estos consejos presentes hasta que
notes que se hacen hábito. Esto ocurrirá naturalmente como consecuencia de
los mejores resultados que obtendrás.
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Para leer ideas en vez de
palabras
Una de las partes más importantes en el
desarrollo de la agilidad lectora es el saber alternar entre la lectura
mental pura (lectura de ideas sin sonidos mentales u orales) y la lectura
mental mixta (subvocalización o lectura con el sonido mental de nuestra
propia voz leyendo el texto). Pero antes de lograr cualquier avance en
este sentido es necesario este paso intermedio: lograr sentir la
diferencia entre ambas formas de leer.
La diferenciación entre los dos tipos de lectura puede ser alcanzada con
los siguientes pasos:
-
Elige una novela de fácil lectura.
Necesitarás material fácil de entender para disminuir al máximo la
posibilidad de subvocalizar. Esto será necesario porque incluso un buen
lector tiende a la subvocalización cuando lee material de difícil
comprensión o conteniendo frases u oraciones con palabras desconocidas o
extranjeras.
-
Cuenta oralmente (sonoramente) a
partir de uno en adelante, mientras lees las páginas intentando captar las
ideas silenciosamente, con la lectura mental pura (activas el
sistema de fonación con otra cosa, de modo que la mente no pueda
subvocalizar).
-
Cuando puedas leer silenciosamente
mientras cuentas de forma sonora, trata de hacerlo siempre en vez
de subvocalizar. Procura tener suficiente práctica para adquirir esta
habilidad completamente hasta llegar a poder hacerlo con material más
complejo.
-
Una vez que puedas leer silenciosamente
mientras cuentas, aumenta tu velocidad de lectura. Cuando tu velocidad de
lectura supere las 360 palabras por minuto, los dos tipos de lectura se
distinguirán claramente para ti.
Nota: un lector que utilice
hábilmente la lectura mental pura en vez de la subvocalización, puede
detectar más fácilmente cuando procesa mal el material porque cambia
automáticamente al modo de lectura con subvocalización. El cerebro se
esfuerza naturalmente en dar significado a lo desconocido; si nos
encontramos repentinamente subvocalizando cuando normalmente leemos con la
lectura mental pura, esto es una clara indicación de que acabamos de ir
más allá de una palabra mal entendida o de un grupo de palabras que forman
un concepto al que no le hallamos sentido. Si eso nos ocurre, hallemos la
definición de las palabras mal entendidas y luego reconsideremos el
concepto.
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Ayuda extra para
desarrollar una habilidad
Este recurso puedes utilizarlo siempre como
parte del desarrollo de una habilidad para operar instrumentos, equipos,
instalaciones o algo relacionado a cosas que hacer con objetos. Puedes
utilizar variaciones de este truco de control de atención incluso en
cualquiera de las actividades usuales de aprendizaje.
El procedimiento es extrañamente efectivo aunque extremadamente
simple:
-
Observa y localiza algunos puntos específicos en la herramienta o
dispositivo. No pienses en la importancia relativa de los puntos, sólo
localiza algunos puntos.
-
Luego localiza mentalmente algunos puntos específicos pero dentro del
dispositivo en su interior (no te preocupes por cerrar los ojos).
-
Luego, con los ojos abiertos, localiza algunos puntos más en la parte
externa del objeto.
-
Luego, otra vez en el interior y percibiendo con la mente.
-
Continua haciendo esto, alternando 1 y 2, durante un rato.
Este procedimiento lo tienes que aplicar sistemáticamente - antes y
después de cada sesión de aprendizaje o práctica - siempre que te interese
aumentar el dominio o habilidad con un objeto.
Esto no sustituye al aprendizaje convencional basado en seguir
instrucciones y tener experiencias autocorrectivas de ensayo y error. Pero
te ayuda increíblemente a familiarizarte con un objeto mientras estás
aprendiendo sobre él, y mejora notablemente tu percepción y tu alerta en
relación al mismo. Por todo ello decimos que influye en mejorar tu
desempeño.
Este recurso puede ayudar con la ejecución de un instrumento musical tan
bien como con los deportes. Hacer un poco de esto con el teclado de un
piano o el mástil de una guitarra, por ejemplo, puede ayudarte a mejorar
tu digitación. Igualmente, si lo haces con un balón y un arco o un balón y
una canasta de baloncesto, fíjate cómo mejora tu puntería.
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Deshacernos de lo inútil
Muchas veces no nos desprendemos de las
cosas por temor a descubrir tardíamente que eran importantes, y cuando ya
no las tenemos. De esta manera comenzamos a acumular en el escritorio
papeles, libros, objetos, y anotaciones inútiles o insignificantes.
Si quieres comenzar a mejorar tu uso del tiempo, entonces comienza por
mejorar tu organización en las tareas y en el ambiente en el que trabajas
mentalmente. No perderemos nuestra personalidad por mantenernos más
organizados.
-
Todo lo que haya permanecido más de un mes
encima de tu escritorio, sin que lo hayas leído o trabajado, desplázalo a
otra ubicación. A un archivo o a la basura.
Si hace mucho mucho que no ordenas tu
escritorio, ni archivas, ni tiras nada, entonces divide los papeles en
tres pilas que representan a tres categorías obvias pero muy prácticas:
-
Acción inmediata: pon en ella los papeles
con lo que hay que resolver o hacer en ese mismo día.
-
Acción pendiente: pon en ella los papeles
para trabajar en la semana.
-
Acción reciclado: pon en ella los papeles
para archivar o tirar a la basura.
No sólo mejorarás tu rendimiento en tiempo,
también tendrás la mente más despejada.
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Re-Recordar
Supongamos que tenemos que recordar algo y tenemos la
certeza de que lo teníamos presente pero ahora nuestro recuerdo arroja un
vacío. ¿Qué podríamos hacer para recordar esto que se nos escapa?
En vez de continuar concentrándonos en lo que no podemos recordar (cuando
estas cosas pasan solemos pensar más y más en lo que no recordamos)
intentamos “revivir” el pasado inmediato. Sí, eso. Revivir el pasado
inmediato. Podría ser retroceder y volver a avanzar desde
los últimos minutos, tanto como las últimas 24 horas o podría ser desde
una semana o quincena.
El secreto en re-recordar es permitir fluir libremente a la
memoria, sin intentar enfocarla en una cosa específica. El truco está en
“olvidarnos” de lo que estamos intentando recordar y en hacer un bypass
al vacío (lo que hemos olvidado) mediante cada posible conexión con el
elemento olvidado que se nos vaya manifestando espontáneamente
mientras "revivimos".
Generalmente, la mejor manera de hacer esto es “reviviendo” relajadamente
todas las experiencias que conecten de cualquier manera con lo que estamos
intentando recordar. Esta técnica trabaja muy bien en todos los casos. En
esas ocasiones en que no obtenemos el recuerdo inmediatamente, terminamos
el ejercicio de “volver a vivir”, y damos a nuestro cerebro-mente la
instrucción de seguir trabajando en el asunto subconscientemente. Lo
cual hará, seguirá trabajando en ello en un nivel inconsciente mientras
nosotros seguimos haciendo otra cosa. Dentro de algunas horas, o días
después de esta “programación”, nuestra memoria presentará repentinamente
- y en cualquier situación en la que estemos - el artículo que habíamos
olvidado.
Esta técnica de recuerdo indirecto mejora el resto de los aspectos de
nuestra memoria y además aumenta nuestra autoconfianza; por más que
hayamos olvidado algo aprendemos dos cosas importantes: que todo está
archivado en nuestro inconsciente y que tenemos un archivista muy
diligente que puede solucionar cualquier problema de memoria que le
confiemos.
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Memorizar con el cuerpo
Cuando se trata de memorizar, de estar
seguros de poder recordar, todos tenemos que hacer algo más o menos
complicado para lograr asegurar el recuerdo. Repetir, asociar, aplicar
recursos mnemotécnicos. Hemos visto varios recursos para ello. Esta vez,
veremos cómo memorizar utilizando a nuestro propio cuerpo. Está dentro de
las fórmulas más simples.
Veamos cómo es:
-
Primero debemos tener una lista de los
elementos que deseamos memorizar. Es muy importante que consideremos esto:
debemos reducir lo que deseamos memorizar a un listado de palabras
clave. Las palabras clave deben ser los disparadores del recuerdo,
como cuando nos acordamos de todo lo que representa para nosotros la
palabra "ceremonia". No es muy útil hacer un listado de frases o párrafos
y, además, terminamos descubriendo que es innecesario.
-
Una vez que tenemos la lista, empezando por
el primer elemento de la misma, nos hacemos una imagen mental del
elemento. Es necesario tener una imagen mental del elemento, no importa si
es una palabra concreta o abstracta, conocida o desconocida. Aquí la
consigna es tener una imagen mental del elemento. Y esto no significa
tener una imagen mental de un cartel luminoso con la palabra. Así que la
imagen debe ser de algo tangible que represente para nosotros a la
palabra. Ejemplos: si la palabra fuera misión podríamos ver
mentalmente a un grupo comando, armado hasta los dientes,
como los que tantas veces se ven en las películas. Si la palabra fuera
oxaluria podríamos ver mentalmente a una osa con furia, o a
una osa solamente. Si la palabra fuera jurisprudencia, aunque
no supiéramos exactamente qué signifique, sabiendo que se relaciona con la
justicia y los jueces, podríamos imaginar a un juez dictando sentencia
en la corte o a la estatua de la justicia o a un juez, con su atuendo
típico, cruzando una avenida por la senda peatonal, prudentemente.
-
Una vez hecha la imagen mental del elemento
la relacionaremos imaginariamente y estrafalariamente con una parte de
nuestro cuerpo. Conviene hacer esto siguiendo un cierto orden.
Comenzaríamos por nuestro cabello y seguiríamos hasta los pies. Verás que
tenemos suficientes partes en nuestra anatomía como para memorizar una
lista medianamente larga. Fíjate: cabellos - nuca - frente - cejas -
orejas - ojos - nariz - boca - mentón - cuello - hombros - codo - mano -
pecho - espalda - abdomen - genitales - glúteos - rodillas - pies.
Ejemplos: a la imagen mental del primer elemento podemos asociarla
imaginariamente con nuestro cabello. Suponiendo que se trataba de
misión, nos imaginamos al grupo comando tirando de nuestro cabello
o cortándonos el cabello con sus armas. Si la palabra fuera
oxaluria, nos imaginaríamos a la osa furiosa jalándonos del cabello.
Si la palabra fuera jurisprudencia, podríamos imaginarnos al
juez cortándonos el cabello.
Así se procede con toda la lista. Verás que
te costará muy poco comenzar a aprovecharte de este "truco". El mejor
resultado lo tendrás si realmente sabes lo que significa cada palabra
clave que hayas anotado en tu lista.
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Relectura para retener
Leer, leer y releer no es nada malo, para muchos ha sido y es la única
manera de memorizar. Sin embargo, todo se puede mejorar. La relectura para
retener tiene mejor resultado final si está programada en una secuencia:
-
La primera lectura debe ser lo más rápida posible y de
captación global.
-
La segunda lectura debe ser casi inmediatamente después de
la primera. También de captación global. Y casi tan rápida como la
primera.
-
La tercera lectura, esta vez para registrar en detalle,
debe ser hecha antes de que transcurra 1/2 hora. Y debe ser hecha a la
velocidad que necesites para captar y comprender todo.
Es necesario un ajuste de ensayo y error antes de que te
lances a memorizar por mera relectura. Ensaya esta estrategia con textos
distintos y nuevos para tí, de no más de una página. Comenzarás a obtener
buenos resultados (te darás cuenta rápido) después de aplicarte con unos
pocos textos (te aconsejamos que no sean menos de 10 textos).
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Interesante e Interesado
Un paso básico para ser más
creativos es cultivar el interés que ponemos en las cosas y el interés que
despertamos en otras personas; además, es una manera de poner la mente en
acción, muy simple y muy directamente.
Para ayudarnos, podemos seguir algunos principios.
Uno de ellos es adoptar un poco
más de distensión intelectual. Por ejemplo: fuera de lo que conocemos muy
bien, sea nuestro pasatiempo preferido, especialidad o trabajo, no está
bien que supongamos continuamente que ya sabemos cómo son las restantes
cosas del mundo, ni que no importaría demasiado saber cómo son. Tenemos
que aflojarnos y experimentar cada cosa concreta sólo como lo que es, y no
como lo que podríamos pensar que es. Esto nos vuelve más receptivos a lo
que el "mundo exterior" nos manifiesta.
La consigna más sencilla es que
cuando algo nos estimule con apenas un poco de interés, tenemos que
prestarle más unidades de atención. El mundo nos debe interesar, y es
difícil saber qué experiencias conllevan una oportunidad para nosotros a
menos que nos sumerjamos conscientemente en ellas.
También podemos volvernos más
interesantes. Al menos, siempre podemos sorprender a una persona cada
tanto. Por ejemplo, en vez de decir siempre las mismas cosas acerca de un
tema, podemos emitir una opinión que no nos habíamos atrevido a
manifestar, o podemos hacer una pregunta clave que manteníamos en nuestra
mente por timidez. Por supuesto, todo esto bajo la premisa de respetar a
las demás personas.
Por último, hagamos un balance
diario del tipo interesante/interesado: escribamos las ocasiones en las
que hemos resultado interesantes para otros y aquéllas en las que algo -
lo que fuere - nos ha interesado. Por un tiempo, adoptemos el hábito de
registrar nuestras experiencias en este sentido, como un naturalista en
tierras vírgenes.
Casi no hay cualidad más mágica
que el interés para estimular la actividad mental. En cada día podemos
sorprendernos con algo que vemos, oímos o sentimos. Y en cada día podemos
resultar una agradable sorpresa para otros.
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