La autoestima en los
adolescentes 
Una buena dosis de autoestima es uno de los recursos
más valiosos de que puede disponer un adolescente. Un adolescente
con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho
más gratas, está más capacitado para aprovechar las oportunidades
que se le presenten, para trabajar productivamente y ser
autosuficiente, posee una mayor conciencia del rumbo que sigue. Y lo
que es más, si el adolescente termina esta etapa de su vida con una
autoestima fuerte y bien desarrollada podrá entrar en la vida adulta
con buena parte de los cimientos necesarios para llevar una
existencia productiva y satisfactoria.
Un adolescente con autoestima...
... actuará independientemente
... asumirá sus responsabilidades
... afrontará nuevos retos con entusiasmo
... estará orgulloso de sus logros
... demostrará amplitud de emociones y sentimientos
... tolerará bien la frustración
... se sentirá capaz de influir en otros
La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el
desarrollo de la autoestima; es la etapa en la que la persona
necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse
individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su
talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro.
Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la
independencia y a la confianza en sus propias fuerzas. Es una época
en la que se ponen sobre el tapete no pocas cuestiones básicas;
piénsese en la vocación, en los planes para ganarse la vida, en el
matrimonio, en los principios básicos de la existencia, en la
independencia de la familia y en la capacidad para relacionarse con
el sexo opuesto. Y a estos aspectos hay que sumar todos aquellos
conflictos de la niñez que no se hayan resuelto y que surjan de
nuevo, conflictos que habrá que afrontar también.
En la "crisis de identidad" de la adolescencia, el joven se
cuestiona automáticamente, incluyendo la opinión que de sí mismo ha
adquirido en el pasado. Puede rebelarse y rechazar cualquier
valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan
confuso e inseguro de sí mismo que no haga más que pedir a los demás
aprobación y consejos de todo tipo. Sea cual fuere su aproximación a
su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por una
reorganización crítica de su manera de apreciarse con el
consiguiente cambio en su autoestima.
Cómo influye la autoestima en la vida cotidiana
La autoestima influye sobre el adolescente en:
La influencia positiva de la autoestima sobre el
adolescente
Los aspectos positivos que refuerzan las posibilidades del
adolescente de cara a la vida adulta son:
-
Saber con claridad con qué fuerzas, recursos,
intereses y objetivos se cuenta.
-
Relaciones personales efectivas y satisfactorias.
-
Claridad de objetivos.
-
Productividad personal: en casa, en el colegio y en
el trabajo.
Ayudando a los adolescentes a acrecentar su
autoestima se pueden inducir situaciones beneficiosas y reforzar así
los recursos del adolescente para la vida adulta. Para él es una
auténtica necesidad fraguar su identidad y sentirse bien consigo
mismo. Si puede satisfacer tal necesidad a su debido tiempo podrá
seguir adelante y estar listo para asumir la responsabilidad de
satisfacer sus necesidades en la vida adulta.
Los cuatro aspectos de la autoestima
La autoestima puede desarrollarse convenientemente cuando los
adolescentes experimentan positivamente cuatro aspectos o
condiciones bien definidas:
Vinculación: resultado de la satisfacción que obtiene el
adolescente al establecer vínculos que son importantes para él y que
los demás también reconocen como importantes.
Singularidad: resultado del conocimiento y respeto que el
adolescente siente por aquellas cualidades o atributos que le hacen
especial o diferente, apoyado por el respeto y la aprobación que
recibe de los demás por esas cualidades.
Poder: consecuencia de la disponibilidad de medios, de
oportunidades y de capacidad en el adolescente para modificar las
circunstancias de su vida de manera significativa.
Modelos o pautas: puntos de referencia que dotan al
adolescente de los ejemplos adecuados, humanos, filosóficos y
prácticos, que le sirven para establecer su escala de valores, sus
objetivos, ideales y modales propios.
Pueden descubrirse problemas de vinculación si se presenta alguno
de los siguientes comportamientos:
-
No puede comunicarse con facilidad, es incapaz de
escuchar a los demás y comprender sus puntos de vista.
-
Es tímido, tiene pocos o ningún amigo y elude de
forma activa las situaciones sociales; es poco consciente de los
intereses o necesidades de los demás.
-
Habla negativamente de la familia, de su raza o grupo
étnico.
-
Rara vez o nunca se ofrece para ayudar a los demás.
-
No cae bien a sus compañeros.
-
Resulta incómodo a los adultos o, por el contrario,
intenta captar su atención continuamente.
-
Quiere ser siempre el centro de todo y/o
constantemente intenta atraer hacia sí la atención de los demás.
-
Suele relacionarse más con cosas y animales que con
gente; lleva un montón de "porquerías" en el bolsillo y las valora
excesivamente.
-
Tiene dificultades para expresar su ideas y
sentimientos de manera directa y para pedir lo que necesita.
-
Le molesta tocar a los demás o que le toquen.
Con un adolescente que presenta escasa vinculación
debe relacionarse del siguiente modo:
-
Preste atención a su hijo cuando le necesite.
-
Demuestre afecto en lo que usted diga o haga.
-
Elógiele de manera concreta.
-
Demuéstrele su aprobación cuando se relacione bien
con los demás.
-
Respete sus amistades dándole la oportunidad de que
las reciba en casa y demuéstrele que usted las aprueba.
-
Comparta sus sentimientos con él, que vea cómo le
afectan las cosas.
-
Comparta intereses, aficiones y algunas de sus
preocupaciones con el adolescente.
-
Haga de cuando en cuando algo especial que satisfaga
sus intereses o necesidades particulares.
-
Pase algún tiempo solo con él, sin que las
necesidades de otros miembros de la familia le sirvan de
distracción.
El adolescente con escaso sentido de singularidad
se expresará de alguna de las siguientes formas:
-
Hablará negativamente de sí mismo y de sus logros.
-
Se enorgullecerá poco o nada de su apariencia.
-
Demostrará poca imaginación y rara vez propondrá
ideas originales.
-
Hará cosas como se le diga, sin apenas aportar nada
de su propia cosecha.
-
Se sentirá incómodo cuando se le destaque o se le
pregunte en clase.
-
Buscará con frecuencia el elogio, pero cuando lo
consiga se sentirá confuso y lo negará.
-
Hará alardes cuando no sea el momento.
-
Se adaptará a las ideas de otros. Sigue pero
raramente guía.
-
Tenderá a clasificar a los demás de un modo simple, y
es probable que sea crítico con sus características personales.
Cómo relacionarse con un adolescente que tiene
problemas de singularidad.
Resalte y reafirme sus dotes y características especiales.
Acepte que su hijo adolescente exprese sus propias ideas, anímele a
ello, aunque sean diferentes que las que usted tenga.
Transmita su aceptación, incluso cuando halla que censurar su
comportamiento.
Descubra aspectos positivos en las ideas o en las conductas no
habituales que manifieste, y alábeselos.
Acepte la experimentación por parte de él con distintos trabajos
actividades o ideas.
Respete sus puntos de vista , su singularidad, intimidad y sus
pertenencias.
Déjele llevar a cabo tareas que supongan responsabilidad, de forma
que vaya adquiriendo conocimiento de sus habilidades singulares.
Cómo desarrollar la sensación de poder: problemas y soluciones
El adolescente podrá obtener una sensación de poder cuando disponga
de las oportunidades, recursos y la capacidad de influir sobre su
vida de una forma positiva. Cuando esta sensación esté firmemente
desarrollada, se acrecentará su autoestima, pero si no dispone de
oportunidades para ejercitar este poder y se le niega
sistemáticamente, su autoestima se verá disminuida.
El adolescente que no desarrolla una sensación firme de poder
suele comportarse de alguna de las siguientes maneras:
-
Puede eludir afrontar la responsabilidades. No hará
nada por su cuenta y habrá que recordarle constantemente los deberes
que se le han marcado. Se echará atrás en las tareas que supongan
para él un reto.
-
Puede tener habilidades muy limitadas en muchas
áreas, las típicas respuestas serían "no sé cómo" o "eso no sabré
hacerlo nunca".
-
Puede actuar con frecuencia dando la sensación de
estar desvalido y evitará hacerse cargo de los demás.
-
Puede carecer de control emocional. Una demostración
continua de furia, miedo, histeria o incapacidad para enfrentarse a
la frustración indica una carencia definida de control personal.
-
Puede ser excesivamente exigente o terco.
-
Puede querer siempre ser el líder, hacer las cosas a
su manera. Será inflexible y se negará a discutir opciones y a
compartir su autoridad.
Cómo relacionarse con el adolescente que posee una
inadecuada sensación de poder
-
Estimule su responsabilidad personal.
-
Ayúdelo a ser consciente de su propio proceso de toma
de decisiones.
-
Evalúe su procedimiento para resolver las situaciones
problemáticas.
-
Reafirme los éxitos que obtenga.
-
Respete el grado actual de competencia del
adolescente.
-
Estimule al adolescente a fijarse objetivos
personales, tanto a corto como a largo plazo.
-
Reafírmele cuando influya en otros de manera
positiva.
Cómo desarrollar modelos en los adolescentes
Si durante su proceso de desarrollo el niño no ha tenido suficientes
modelos a su disposición, los padres se verán obligados a rellenar
esos huecos en la adolescencia. El anhelo natural del adolescente
por tener héroes, ideales y sueños servirá de ayuda para
proporcionarle un adecuado sentido de los modelos.
Problemas que pueden plantearse con los modelos
-
Suele confundirse con facilidad. Malgasta el tiempo
en actividades que aparentemente no tienen ningún objeto, o se
pueden obsesionar con actividades que no tienen relación con sus
obligaciones más inmediatas.
-
Se organiza mal, tanto en ideas como en
comportamiento. Puede ser desaliñado en su persona y en sus cosas.
Suele tener su habitación hecha un desastre.
-
Confunde lo bueno y lo malo.
-
Le cuesta decidirse a hacer o decir algo.
-
Responde a las instrucciones que se le dan de modo
confuso o rebelde.
-
Se muestra inseguro en los métodos y en los objetivos
que elige cuando trabaja en equipo. Solicita continuamente
instrucciones y suele insistir en que solo hay una manera de hacer
las cosas.
Cómo relacionarse con el adolescente que carece de
modelos
-
Recuerde que usted es un modelo básico para su hijo
adolescente, sea un buen ejemplo, acorde con sus creencias.
-
Presente a su hijo aquellas personas a las que usted
tiene gran estima, bien mediante el contacto personal, o por medio
de obras literarias.
-
Ayúdelo a entender bien aquellas cosas en las que
cree. Hable con él de su escala de valores. Y si le pregunta el a
usted por sus creencias, háblele honradamente.
-
Haga que se proponga objetivos de comportamiento y
aprendizaje que sean realistas. Que razone los pasos que debe dar
para conseguir sus objetivos. Que decida que debe aprender y en que
medida debe hacerlo.
-
Que afronte las consecuencias de su comportamiento.
Deje bien clara la relación causa-efecto en lo que se refiere a su
comportamiento y a las consecuencias del mismo.
-
Ayúdelo a que entienda como puede realizar su tareas.
Dígale las cosas claras y demuéstreselo si es necesario.
-
Haga un esfuerzo para entender las condiciones que
influyen en su comportamiento. Comprender no significa aceptar
permisivamente conductas destructivas. Intente llegar a decisiones
comunes o a normas de comportamiento mediante el intercambio de
opiniones.
Como punto final un consejo: escuche, siga atento las
conversaciones con su hijo adolescente, no reacciones hasta que él
no haya terminado, probablemente aprenda cosas nuevas sobre él y es
probable que se dé cuenta que el adolescente se siente más valorado
cuando se le escucha atentamente.
Gloria Marsellach Umbert - Psicóloga
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