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El pensamiento y las circunstancias

Casi todas las enseñanzas que buscan ampliar nuestra conciencia y bienestar señalan que las circunstancias o condiciones en las que vivimos mayormente son efectos de nuestros pensamientos. Es una extraña verdad.

Desde que nacemos experimentamos una sobrecarga de influencia del universo que nos rodea, siendo nuestro pensamiento más efecto de las circunstancias que causa de las mismas. Esta sobrecarga inicial de influencia del medio en el desarrollo de nuestro psiquismo es natural e inevitable.

Con el tiempo, serán nuestros pensamientos los que determinen la condición del universo que nos rodea. Si el color de nuestros pensamientos se ha vuelto gris, nuestro universo será gris.

Queda claro que suficientes circunstancias materiales causarán determinados pensamientos que, a su vez, causarán determinadas circunstancias. Cualquier condición o circunstancia actual que deseemos cambiar implica suplantar los pensamientos que la crearon.

Esto resulta bastante difícil de aceptar en una cultura materialista y cínica, pero resulta ser la única punta de hilo de la cual podemos tirar con confianza para obtener un cambio positivo. No podemos hacer demasiado con meros cambios materiales cuando el origen está en lo que no se puede tocar. No hay droga ni cirugía que cambie el color crónico de los pensamientos.

Para mejorar o cambiar tus circunstancias debes enfocar tu consciencia en el nivel no material de tu existencia. Únicamente así tendrás una posibilidad real de lograr cambios favorables. En tanto, a medida que aprendes a enfocarte en el plano no material, te resultará cada vez más evidente que el poder de crear y de cambiar circunstancias requiere un cambio en tus pensamientos. Si deseas mejorar tus circunstancias no puedes resistirte a cambiar el color de tus pensamientos.

Muy especialmente te sugerimos recordar que aunque pareciera ser lo contrario es más difícil cambiar los pensamientos que las cosas materiales. El error fundamental que siempre deberás evitar consiste en querer cambiar a las circunstancias antes que a los pensamientos.