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Metanfetamina, una droga que
destruye el cerebro
En cerca de una década de consumo, puede hacer perder casi
el 20% del tejido gris, reduce la memoria, la atención y la concentración.
La sustancia se fabrica en laboratorios clandestinos de todo el mundo.
Puede inhalarse, fumarse o inyectarse.
Las primeras imágenes de resonancia magnética funcional de alta resolución
muestran imágenes similares a las de un bosque incendiado de daño
cerebral, dijo el doctor Paul Thompson, un experto en mapeos cerebrales de
la Universidad de California, en los Angeles. "Esperábamos que hubiera
algunos cambios en el cerebro, pero no que tanto tejido estuviera
destruido", comentó el especialista.
Las imágenes, publicadas en la última edición de junio de la Revista de
Neurociencias muestra la superficie cerebral y el sistema límbico. Las
áreas rojas exhiben las zonas más grandes de pérdida de tejido.
La región límbica -vinculada con la adicción a las drogas, la búsqueda de
sensaciones de recompensa, el estado de ánimo y las emociones- había
perdido hasta el 11% de su tejido cerebral. "Las neuronas están muertas,
se han ido", agregó el doctor Thompson. Los adictos estaban deprimidos,
ansiosos y eran incapaces de alcanzar concentración.
Las imágenes también mostraban que el centro del cerebro donde se
construyen nuevas memorias, el hipocampo, había perdido el 8% de su
tejido, algo comparable a los déficit cerebrales que se ven en estadios
iniciales de enfermedad de Alzheimer.
El estudio de imágenes, finalmente, arrojó otra sorpresa, dijo el doctor
Thompson: la materia blanca, compuesta de fibras nerviosas que conectan
distintas áreas, estaba severamente inflamada, haciendo los cerebros de
los adictos un 10% más grandes de lo normal. "Esto fue realmente
shockeante", dijo el científico.
Pero había algo menos de buenas noticias: la materia blanca no estaba
muerta. Quizá, con abstinencia, podría recobrarse.
Sandra Blakeesle
www.lanacion.com
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Cómo interpreta la
información el cerebro
Neurobiólogos de
la University of California en San Diego han encontrado pistas que arrojan
luz sobre el longevo misterio de cómo el cerebro interpreta la información
contenida en los impulsos eléctricos enviados por millones de neuronas del
cuerpo.
La luz, los sonidos y los olores, por ejemplo, son transformados por
nuestros órganos sensoriales en un código formado por impulsos eléctricos
que viaja a través de las neuronas hasta el cerebro. Se piensa que tanto
la sincronización como la frecuencia de dichos impulsos ofrecen
información sobre el comienzo y la intensidad del estímulo. Sin embargo,
cómo trata esta información el cerebro ha sido hasta ahora una pregunta
sin respuesta.
En lo que se puede considerar un gran avance en el camino correcto, el
grupo liderado por Massimo Scanziani ha descubierto que diferentes
neuronas en el cerebro responderán a porciones específicas de la
información. Es decir, para descifrar la enorme cantidad de información
que llega al cerebro, el trabajo es dividido entre neuronas
especializadas. Cada neurona selecciona literalmente el tipo de
información que se supone va a procesar, para la cual es competente. Un
proceso que se parece al músico de una orquesta que sólo lee la parte de
la partitura escrita para su instrumento.
Los científicos necesitaban ver y registrar los impulsos eléctricos de
células nerviosas individuales, así que utilizaron lonchas de cerebro de
rata, mantenidas con vida gracias a una solución química especial, lo que
permitió observarlas en acción a través del microscopio. Se usaron
estímulos eléctricos para simular la llegada de información, tras lo cual
se vigiló qué célula nerviosa leía qué parte de la información. Frédéric
Pouille y Scanziani descubrieron que algunas células nerviosas sólo
estaban pendientes del primer impulso, mientras que otras sólo respondían
a impulsos eléctricos múltiples que llegaran bajo ciertas frecuencias.
Cada neurona especializada tiene una estructura tal que le permite
realizar muchas conexiones. En cada instante, puede estar recibiendo
múltiples mensajes de múltiples fuentes, pero sólo responderá a aquella
información que posea la sincronía y frecuencia de impulsos adecuadas.
La sincronización es muy importante porque la información visual, táctil y
auditiva lo requiere. Si no fuera así, veríamos mover los labios de una
persona mientras habla, pero las palabras que oiríamos no coincidirían con
ese movimiento de labios, como una película mal doblada.
El cerebro también necesita saber cuán intenso es un estímulo, porque ello
puede influir en la acción que deba tomarse. Por ejemplo, un zapato
incómodo tendrá que dejar de ser ignorado a medida que se desarrolle una
ampolla en nuestro pie.
Los experimentos de Scanziani y su grupo se centraron en el hipocampo, una
región esencial para el aprendizaje y la memoria. Pero los científicos
creen que otras zonas del cerebro también pueden utilizar los mismos
principios para ordenar la información que reciben.
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Las lesiones en el
hemisferio cerebral izquierdo hacen a las personas más vulnerables a las
infecciones
Cualquier tipo de
lesión, como pueden ser infartos cerebrales izquierdos, disminuyen
claramente el número total de linfocitos T
Una diferencia inmunológica importante entre las mitades opuestas del
cerebro humano se confirma ahora en un estudio publicado en la última
edición de la revista Annals of Neurology. Los investigadores,
pertenecientes a Georgetown University Hospital en Washington D.C. (EE.UU.),
han observado que las lesiones o las intervenciones quirúrgicas en la
mitad izquierda del cerebro hacen a las personas diestras más susceptibles
a que su sistema inmune se vea debilitado.
Los resultados del nuevo trabajo pueden ayudar a explicar hallazgos
anteriores que indicaban que las personas que padecían infartos cerebrales
en su hemisferio izquierdo eran más sensibles a las infecciones. Los
nuevos hallazgos plantean la necesidad de que los médicos sean más
agresivos a la hora de proteger a los pacientes de infecciones después de
infartos cerebrales o de operaciones en el hemisferio izquierdo. Estudios
en animales han demostrado diferencias en cómo los dos hemisferios
cerebrales están relacionados con el sistema inmune.
Hace varios años, los autores del presente trabajo hallaron evidencias
preliminares de similares diferencias en los seres humanos, lo que podría
ser de gran importancia para la medicina. En el nuevo estudio, los
investigadores examinaron cómo reaccionaba el sistema inmune a las
operaciones en cualquiera de los hemisferios, siguiendo el progreso de 22
pacientes con epilepsia a quienes se habían extirpado algunas partes
cerebrales en un intento de controlar los ataques.
La mayoría de los pacientes operados en la mitad izquierda de su cerebro
experimentaron un notable descenso en su función inmune y en el número de
linfocitos y las células T. Por contraste, los pacientes que habían sido
operados de la mitad derecha aumentaron notablemente sus niveles de
linfocitos y de células T. Los investigadores alertan que esto sucede en
personas que utilizan prioritariamente su mano derecha y que, en las
personas zurdas el efecto puede ser completamente inverso.
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Ser bilingüe favorece al
cerebro
Dominar dos idiomas es bueno para mantener la mente joven,
dijeron investigadores canadienses según Reuters.
Los adultos mayores que crecieron hablando dos idiomas demostraron tener
mentes más rápidas que las personas que dominaban uno sólo, de acuerdo con
los hallazgos de algunos investigadores. Los primeros mostraron un menor
deterioro natural asociado al envejecimiento.
Las pruebas de las personas que crecieron hablando inglés y tamil -una
lengua de la India- o francés sugieren que la necesidad de saber dos
idiomas mantiene al cerebro elástico y puede ayudar a prevenir una
disminución en la respuesta mental que provoca el envejecimiento, según
los investigadores.
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Mozart y su síndrome de Tourette
El genial compositor y niño prodigio, Wolfgang Amadeus
Mozart dejó una ingente y variada producción musical, a pesar de que desde
su más tierna edad padeció el síndrome de Tourette, en sus diversos
grados. La exacerbación de esta enfermedad, perteneciente a las
calificadas como "raras", así como numerosas infecciones y otras
complicaciones, provocaron la muerte del músico de Salzburgo con tan sólo
35 años.
Mozart fue siempre un genio, a pesar del síndrome de Tourette que padeció.
En 1885, el neurólogo francés Gilles de la Tourette describió dicho
síndrome como “una afectación nerviosa caracterizada por incoordinación
motriz acompañada de ecolalia y coprolalia”, y en el Congreso Mundial de
Neurología de Viena, celebrado en 1985, se consideró que Mozart fue un
caso arquetípico del mismo.
Pero ¿en qué consiste este síndrome? Es la enfermedad de los "tics" y se
puede acompañar de otra serie de síntomas que llegan a causar un proceso
grave y discapacitante. Por eso, existen distintos grados de la afección.
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El cerebro de los sordos se
adapta para oír música
Los sordos sienten las vibraciones en la misma región del cerebro que el
resto de las personas usan para oír, lo que permite explicar por qué
disfrutan de la música personas que no poseen capacidad auditiva, afirma
un estudio presentado ayer.
El cerebro de los sordos, según esta investigación, readapta su estructura
para suplir la deficiencia que impone la sordera, ha señalado Dean Shibata,
un profesor de radiología de la Universidad de Washington.
Shibata, que ha realizado numerosas investigaciones con personas sordas,
ha utilizado ahora imágenes de resonancia magnética funcional para
comparar la actividad cerebral entre sordos y personas que pueden oír.
El estudio mediante este tipo de escáner avanzado ha permitido comprobar
que la clave radica en un área del cerebro denominada el córtex de
audición. Según ha explicado Shibata, tanto los sordos como quienes no lo
son muestran actividad en las zonas del cerebro que procesan las
vibraciones. Pero los sordos muestran, además, una especial actividad en
el córtex de la audición, aunque ese área sólo debería entrar en
funcionamiento durante la estimulación auditiva.
“Estos hallazgos ilustran cómo la alteración de experiencias puede afectar
a la organización del cerebro”, ha dicho Dean Shibata. El radiólogo, que
realizó sus investigaciones mientras trabajaba en la Escuela de Medicina
de la Universidad de Rochester, en Nueva York, asegura que “el cerebro es
increíblemente adaptable”. “En alguien que es sordo, el cerebro en
formación se aprovecha de un espacio valioso para procesar las vibraciones
y así usa el mismo lugar que debería ser utilizado, de otro modo, para
procesar los sonidos”, ha explicado.
Para comprobar sus ideas, el radiólogo realizó pruebas mediante imágenes
de resonancia magnética funcional a 10 voluntarios sordos y a otras 11
personas con audición normal. Todos ellos fueron sometidos de modo
voluntario a pruebas de escáner mientras sostenían en sus manos
dispositivos que emitían vibraciones intermitentes.
Entre los sordos, el escáner registró una importante actividad en el
cerebro, en la zona conocida como córtex de la audición, un área que tiene
el tamaño de una pelota de golf. Sin embargo, pese a que las vibraciones
recibidas en la mano eran las mismas, las personas con audición normal no
mostraron ninguna actividad en ese área.
Para Dean Shibata, esto significa que el cerebro de los sordos ha
aprovechado para procesar las vibraciones un área dejada libre por los
estímulos auditivos, ya que no pueden ser utilizados. En su opinión, esto
explica por qué los sordos pueden disfrutar en los conciertos de música y
por qué algunos de ellos pueden llegar a ser grandes intérpretes.
Agencia EFE
Extraído del diario La Voz del Interior (Córdoba) del miércoles 28/11/01
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La Dislexia es más frecuente
en hombres
Recientes
investigaciones señalan que la dislexia es más común en hombres que en
mujeres, contradiciendo previos estudios. Diferencias en la conducta y en
la forma de aprender son los síntomas de aquellos que son proclives a ser
identificados con dicho problema.
Los nuevos hallazgos sugieren que los niños son al menos dos veces más
propensos a sufrir de dislexia, y eso debería promover estudios para
determinar las razones, dijeron los autores de la investigación,
encabezados por el doctor Michael Rutter, del King's College de Londres.
Una primera definición sencilla de la dislexia es la que nos dice que es
el problema para aprender a leer que presentan niños cuyo coeficiente
intelectual es normal y no aparecen otros problemas físicos o psicológicos
que puedan explicar las dichas dificultades.
Rutter basó sus descubrimientos en datos en que involucraron a más de
10.000 niños a los que se sometió a exámenes de lectura en Nueva Zelanda y
en el Reino Unido. Adolescentes varones fueron tres veces más propensos
que las mujeres a sufrir de dislexia. Los promedios variaron debido a
diferencias en las pruebas y a definiciones en relación a problemas de
lectura. Pero, al ser combinados, se determinó que los muchachos duplican
a las jóvenes en el riesgo de tener dislexia, dijeron los investigadores.
Las personas con el estilo disléxico de aprender son predominantemente
visuales y piensan de una manera multidimensional. Son intuitivos,
altamente creativos y aprenden mejor cuando utilizan las manos. Esto se
deba posiblemente a que piensan con imágenes y no tanto con palabras. Se
distraen con mucha facilidad, pero aprenden a leer, escribir y a estudiar
más eficientemente cuando les enseñan métodos adecuados al un estilo
diferente de aprendizaje.
www.noticias.com
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La memoria visual en el ser
humano es muy limitada
El estudio
realizado mediante técnicas de imagen ha comprobado que la capacidad de
almacenamiento de recuerdos visuales a corto plazo se asocia con la
corteza parietal posterior del cerebro
Científicos de Kennedy Center for Research on Human Development,
Vanderbilt Vision Research Center y Center for Integrative & Cognitive
Neuroscience (EE.UU.) han descubierto una región del cerebro posiblemente
responsable de forma directa de la memoria visual.
Según las conclusiones del estudio, publicado en la última edición de la
revista Nature, la cantidad de información que las personas podemos
recordar de una escena visual es extremadamente limitada y el origen de
ese límite puede descansar en la corteza parietal posterior del cerebro,
una región involucrada en la memoria visual a corto plazo.
La memoria visual a corto plazo es un componente clave de muchas funciones
perceptuales y cognitivas y está reforzada por una amplia red neuronal, si
bien su capacidad de almacenamiento es limitada, indican los
especialistas.
Pese a que tenemos la impresión de que estamos recogiendo mucha
información de una escena visual, realmente somos muy precarios a la hora
de describir su contenido, una vez que ésta sale de nuestra vista.
Hallazgos anteriores han determinado que una extensa red de regiones
cerebrales apoyan la memoria visual a corto plazo.
En el nuevo estudio, los investigadores muestran que la tremendamente
limitada capacidad de almacenamiento de recuerdos visuales a corto plazo
se asocia primariamente con la corteza parietal posterior del cerebro.
En sus experimentos emplearon resonancias magnéticas para examinar las
regiones cerebrales que se iban activando, los cambios en el flujo
sanguíneo y en la oxigenación de estas regiones a medida que una serie de
personas realizaban pruebas de memoria visual. Los participantes veían
unas imágenes conteniendo entre uno y ocho objetos coloreados.
Después de un día, o justo al cabo de un segundo, se les preguntaba sobre
la imagen que acababan de ver. Mientras que en general las personas
recordaban bien todos los objetos en las escenas observadas que contenían
cuatro o menos objetos, empezaban a cometer errores a la hora de describir
imágenes con un mayor número de objetos, lo que indica que la capacidad de
almacenamiento de memoria visual a corto plazo es de aproximadamente
cuatro.
www.elmedicointeractivo.com
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