jueves, julio 19, 2007

Menos suspenso, más comprensión

Entre quienes estudian hay distintas realidades respecto a la lectura en general. Obviamente, están quienes leen mucho, les gusta hacerlo, y no tienen mayores inconvenientes con los textos; pero, también están quienes leen bastante aunque no les guste tanto leer, y con algunos problemas habituales para interpretar o comprender.

Entre los casos en los que la lectura es un problema no hay que extrañarse de hallar a universitarios y profesionales. El esfuerzo y la tenacidad tienen que ver en los logros.

No obstante, se puede señalar que muchísimas veces los problemas con la lectura, antes de ser problemas de comprensión son problemas de atención e intención de atender a los detalles y las relaciones entre los mismos dentro del esquema lógico del texto.

Te proponemos una forma no convencional de aumentar la capacidad y la intención de atender a los detalles y sus relaciones, de ayudar a la habilidad para comprender textos relativamente difíciles.

Requisito indispensable: tienes que tener paciencia para leer al menos cuatro novelas de “misterio”, en las que todo el misterio se resuelve al final, del tipo detectivesco (como las aventuras de Sherlock Holmes).

Fórmula:

1. Lee el último capítulo primero. Lee y retiene cómo se resuelve el “misterio”.
2. Lee la novela de principio a fin.
3. Sigue esta rutina (1 y 2) con las 4 novelas.

Sabiendo primero cómo se resuelve el misterio en cada caso, al leer normalmente cada novela, tu atención se dirigirá con mayor prontitud a los detalles y a su relación con un esquema lógico. Una vez concluido este trabajo, tendrás configurada una red de neuronas más hábil para la lectura y tendrás un mayor control de tu atención a los detalles.

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