Cinco mitos sobre el
liderazgo
La gente ha adoptado muchos conceptos erróneos y
mitos acerca de los líderes y el liderazgo. He aquí los cinco más
comunes:
1. El mito de la gerencia
Un malentendido muy difundido es que liderazgo y gerencia son lo
mismo. Hasta hace unos pocos años, libros que afirmaban ser sobre
liderazgo por lo general eran realmente sobre gerencia. La
diferencia principal entre las dos cosas es que el liderazgo
consiste en influir en la gente para que siga al líder, mientras que
la gerencia enfoca los sistemas y procesos de mantenimiento. Como
antiguo presidente y jefe principal de la Chrysler, Lee Iacocca
comentó con ironía: “A veces hasta el mejor gerente es como aquel
muchacho que pasea un perro grande y espera a ver dónde quiere ir el
animal para entonces llevarlo allá”.
La mejor forma de probar si una persona es líder en vez de gerente,
es pedirle que haga algunos cambios positivos. Los gerentes pueden
mantener el rumbo, pero no pueden cambiarlo. Para cambiar el rumbo
de las personas, usted necesita influencia.
2. El mito del empresario
Con gran frecuencia la gente supone que todos los vendedores y
empresarios son líderes. Pero ese no siempre es el caso. Tal vez
usted recuerda los comerciales de Ronco que aparecieron por
televisión hace años. Vendían artefactos como Veg-O-Matic
[procesador de vegetales], Pocket Fisherman [caña plegable de
pescar], y Inside-the-Shell Egg Scrambler [aparato para revolver
huevos dentro de la cáscara]. Esos productos eran inventos de un
empresario de nombre Ron Popeil. Llamado “el vendedor del siglo”,
este hombre también ha aparecido en muchos comerciales informativos
de diversos productos, como remedios para la calvicie en atomizador
y aparatos para la deshidratación de alimentos.
Es muy cierto que Popeil es emprendedor, innovador, y exitoso,
especialmente si lo mide por los $300 millones de ganancia que la
venta de sus productos ha dejado. Pero esto no lo convierte en un
líder. La gente puede estar comprando lo que él vende, pero no lo
sigue. En el mejor de los casos, el puede persuadir a la gente por
un momento, pero no tiene influencia sobre ellos a largo plazo.
3. El mito del conocimiento
Sir Francis Bacon dijo: “El conocimiento es poder”. Mucha gente que
cree que el poder es la esencia del liderazgo, naturalmente supone
que los que poseen conocimiento e inteligencia son líderes. Pero eso
no sucede de manera automática. Usted puede visitar cualquier
universidad importante y conocer hombres de ciencia ocupados en la
investigación y filósofos cuyo poder de raciocinio es tan alto que
se sale de las gráficas, pero cuya capacidad para dirigir es tan
baja que ni siquiera se registra en las gráficas. El cociente
intelectual (IQ) no necesariamente equivale al liderazgo.
4. El mito del precursor
Otro concepto erróneo es que todo el que está frente a la multitud
es un líder. Pero ser el primero no siempre es lo mismo que ser el
líder. Por ejemplo, Sir Edmund Hillary fue el primer hombre en
llegar a la cumbre del monte Everest. Desde su ascenso histórico en
1953, mucha gente lo ha “seguido” en la realización de esa hazaña.
Pero eso no convierte a Hillary en un líder. Ni siquiera fue el
líder de esa expedición particular. El líder era John Hunt. Y cuando
Hillary viajó al Polo Sur en 1958 como parte de la Expedición
Transantártica de la Comunidad de Naciones, iba acompañando a otro
líder, Sir Vivian Fuchs. Para ser líder, una persona no sólo debe ir
al frente, sino que también debe tener gente que intencionadamente
viene detrás de ella, sigue su dirección, y actúa sobre la base de
su visión.
5. El mito de la posición
Como ya se dijo, el peor de todos los conceptos erróneos acerca del
liderazgo, es que se basa en la posición. Pero no es cierto. Stanley
Huffty afirmó: “No es la posición lo que hace al líder; es el líder
quien hace la posición”.
Observe lo que sucedió hace varios años en Cordiant, la agencia
publicitaria conocida antiguamente como Saatchi & Saatchi. En 1994,
inversionistas institucionales en Saatchi & Saatchi obligaron a la
junta directiva a despedir a Maurice Saatchi, el jefe principal de
la compañía. ¿Cuál fue el resultado? Varios de los ejecutivos lo
siguieron. También lo siguieron algunas de las cuentas más grandes
de la compañía, incluidas British Airways, y Mars, el fabricante de
caramelos. La influencia de Saatchi era tan grande que su partida
ocasionó que las acciones de la compañía bajaran inmediatamente de
$8.5 a $4 por acción.
Lo que sucedió fue resultado de la Ley de la Influencia. Saatchi
perdió su título y su posición, pero siguió siendo el líder.
John C. Maxwell, Las 21 Leyes Irrefutables del Liderazgo
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