Motivación en épocas
de crisis
El Problema
Un gran desafío con el que probablemente te hayas encontrado es el
enfrentar situaciones de crisis. Es decir, situaciones en las que
nuestra percepción de estabilidad se ve amenazada, y en consecuencia
necesitamos realizar cambios y movernos a fin de reestablecernos.
Es interesante cómo los seres humanos buscamos la estabilidad. El
cambio, las transiciones, y por supuesto, las crisis, son eventos a
los que asociamos una connotación negativa. Creo que se relaciona
con nuestra ilusión de control. Nos encanta pensar que nos
encontramos en control de las cosas: queremos controlar cómo
sucederán las cosas (y así creamos expectativas), queremos controlar
cómo actúan los demás (e idealizamos a otros, les exigimos y si no
cumplen nos decepcionamos o los resentimos), queremos controlarnos a
nosotros mismos (y así reprimimos nuestros deseos, nuestras
necesidades y muchas veces nos comportamos de forma diferente a como
realmente somos).
De hecho, un problema es algo que está fuera de nuestro control. Y
no nos gustan los problemas. Los problemas son algo que necesita
resolverse lo antes posible, y que mientras permanece genera todo
tipo de emociones negativas: desde preocupaciones y miedo hasta
rabia y frustración, sin olvidar la ansiedad, los nervios y los
altos costos a nuestra autoestima. Pero ¿existe acaso alguna
situación en la que realmente tengamos el control?
Si empiezas a observar con detención probablemente pronto llegues a
la siguiente conclusión: no, no estamos en control, pero para calmar
nuestra mente, generamos una ilusión de control. Nos creamos una
cajita de cristal que nos proteja y de paso nos esconda, pero que
nos permita lograr un cierto nivel de estabilidad en el cual nos sea
más cómodo y posible actuar.
La Introspección
Ahora, ¿cuál es el problema con la inestabilidad? Después de todo,
¿qué hay de malo con ella? Me voy a permitir esbozar una teoría. No
nos agrada la inestabilidad porque es ella la que nos enfrenta a
nosotros mismos. Y no estamos por lo general entrenados para
mirarnos de verdad al espejo. Piénsalo, ¿te has dedicado últimamente
unos minutos para entender qué quiere ese individuo que permanece
frente a ti cuando te lavas los dientes? ¿te has preguntado qué
necesita? ¿por qué está donde está, se ve como se ve, y hace lo que
hace? Tal vez sea una buena idea comenzar a hacerlo periódicamente.
Porque por lo general no nos miramos al espejo.
La introspección, si bien ha estado de moda en los últimos años,
sigue siendo una práctica poco corriente. Y hablamos de una
verdadera introspección, no de leerse unos cuantos libros de
autoayuda y luego creer que somos mejores personas, más felices y
positivas. Hablamos de un verdadero recogimiento y una sincera
confesión con nosotros mismos. De desentrañar lo que escondemos,
abrazar lo que nos aterra, y de ser más dueños de quienes somos.
Mientras no lo hacemos, nuestras limitaciones siguen teniendo el
mando.
Ya que tanto se habla de liderazgo, un verdadero líder nace de
adentro hacia fuera, un líder se lidera a sí mismo, lidera ese
congreso interno con el que todos convivimos para guiarlo hacia sus
metas, en vez de que cada congresista interno sabotee las
iniciativas del que tiene al lado. De esos líderes no hay muchos, y
los que hay, marcan la diferencia.
La Oportunidad
Una crisis es una gran oportunidad. Una oportunidad de resolver las
dudas, superar los temores y reestablecerte en ti, confirmando que
eres el propio líder de tu vida. Las crisis implican cambio, y eso
puede ser muy positivo, siempre y cuando elijamos movernos con el
cambio, cambiar nosotros para obtener un beneficio. Lo que
probablemente nos frene a cambiar es que no lo creemos muy posible.
No nos creemos muy capaces de producir una diferencia, no confiamos
plenamente en nuestras capacidades para generar un buen negocio, no
creemos que tengamos un diferencial muy importante como para que
alguien más se interese en nosotros.
Mantenemos un paradigma que nos limita a cambiar, y obtener un
provecho de la situación presente, en vez de adoptar creencias e
ideas que nos apoyen a crear algo que funcione para nosotros. Y
podría, pero me voy a resistir de acotar anécdotas acerca de
personalidades que han logrado hazañas en épocas turbulentas. Lo que
sí voy a decir es que cuando hay crisis hay movimiento, hay creación
de situaciones nuevas y en esas situaciones nuevas, en esos
reencuadres, hay oportunidades.
Quienes se mueven con el cambio y permanecen atentos a las
oportunidades en vez de enfocarse en las dificultades, hacen
negocios, mejoran sus relaciones, crecen o ganan dinero. Las
invenciones, innovaciones y los grandes avances de la humanidad se
producen porque alguien piensa de una manera diferente a la que todo
el resto de la humanidad ha pensado hasta ahora.
¿Qué tal si pudiéramos atrevernos a eso? A pensar diferente y por
ende crear una diferencia. Lo que quiero decir es que cualquier cosa
que presente el día, cualquiera, sea de nuestro agrado o no, esté
bajo nuestra zona de influencia o no, puede transformarse en un
éxito si así lo elegimos. El secreto está en el enfoque, si eliges
que esa situación funcione para ti, probablemente logres obtener
algo positivo de ella. Si eliges aprender acerca de aquello que se
presenta, toda experiencia será un éxito. Por más inconveniente,
complicada y fuera de tu control que esté la situación, si obtienes
un aprendizaje de ella, estarás un paso más cerca de tu éxito.
En cambio, cuando te estancas y reprochas acerca de las
dificultades, no haces nada por aproximarte a tu meta, al contrario,
te desgastas en el afán de reclamar tu razón acerca de cómo debieran
ser las cosas. Generalmente las cosas son como son. Y si quieres
tener poder acerca de lo que sucede, comienza a elegir con más
cuidado tu actitud. Es lo que realmente puede hacer una diferencia.
Así que si es crisis lo que presenta tu vida actual, aprovecha el
momentum que ésta ofrece y plantéate la reflexión. Mírate, chequea
qué te mueve internamente, acerca de qué cosas te sientes inseguro y
qué acciones puedes tomar para superarte.
La Motivación
Es cierto que lo planteado es un desafío, pero ¿acaso no nos motivan
los desafíos? ¿no es bueno sentirse vivo, buscando ir más allá de lo
que siempre hacemos? Estoy de acuerdo en que la incertidumbre
produce miedo, lo he atravesado muchas veces, sé perfectamente de
qué se trata. Pero también sé perfectamente que es en la
incertidumbre donde residen las oportunidades y que si nunca me
hubiese movido del plano en el que me sentía segura y protegida,
nunca hubiera obtenido las grandes cosas que he logrado en mi vida.
Asumamos el compromiso de enfrentarnos a nosotros mismos, y que la
motivación para emprender cada día, sea crecer un poco más,
conquistar y conquistarnos a fin de alcanzar un mayor nivel de
libertad.
En resumen:
-
Reconoce que la inestabilidad y el cambio es parte
fundamental de la vida.
-
Aprovecha la crisis para replantearte, conocerte y
superar lo que te atemoriza.
-
Cambia y aprovecha el cambio para generar nuevas
oportunidades.
-
Utiliza toda experiencia como una oportunidad de
aprendizaje.
-
Enfócate en conseguir mayor libertad interna y
externa.
-
Establécete como un líder, al conocerte mejor y
reorientar las situaciones que te presenta la realidad a favor de
tus objetivos.
Ana Laura Spósito
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