La obra de la creatividad   

 

 

¿Existe una única serie de pasos mentales que conduzcan a novedades cuyo resultado final sea la transformación en un campo? O, dicho con otras palabras, ¿es todo producto creativo el resultado de un único "proceso creativo"? La creatividad consiste en anticipación y empeño. La anticipación supone tener antes que nadie una visión de algo que llegará a ser importante en el futuro; el empeño es la fe que sostiene el trabajo personal encaminado a realizar dicha visión pese a dudas y desánimos.

"a) He sido capaz de producir porque siempre he sido un individualista y no he tenido que perder tiempo en dirigir a subordinados, asistentes, secretarias y otras personas; porque b) nunca he puesto los pies en mi despacho de la universidad: doy mis clases y, si los estudiantes quieren verme, les invito a comer; porque c) he sido un adicto al trabajo desde los 20 años; y d) porque la presión me gusta y, si no hay plazo límite, comienzo a languidecer. Por lo demás, si se me permite la presunción, nací como el centinela del Fausto II de Goethe:

Zum Sehen geboren
Zum Schauen bestellt
(Nacido para ver, mi misión es observar)".

No debemos esperar muchas semejanzas en la forma en que la gente llega hasta una idea o producto novedoso.

El proceso creativo, descrito tradicionalmente, comprende cinco pasos.

El primero es un periodo de preparación, de inmersión, consciente o no, en un conjunto de cuestiones problemáticas que son interesantes y suscitan curiosidad.

La segunda fase es un periodo de incubación, durante el cual las ideas se agitan debajo del umbral de conciencia. Durante este tiempo probablemente se realizan las conexiones inusitadas. Cuando intentamos resolver un problema conscientemente, procesamos información de forma lineal, lógica. Pero cuando las ideas se llaman unas a otras por sí solas, sin que nosotros las dirijamos por una senda recta y estrecha, pueden llegar a producirse combinaciones inesperadas.

El tercer componente del proceso creativo es la intuición, a veces llamada el momento "¡Ajá!", el instante en que Arquímedes gritó "¡Eureka!" al entrar en el baño, cuando las piezas del rompecabezas encajan. En la vida real, puede haber varias intuiciones entremezcladas con periodos de incubación, evaluación y elaboración.

El cuarto componente es la evaluación, cuando la persona debe decidir si la intuición es valiosa y merece la pena dedicarle atención. Esta es la parte emocionalmente más difícil del proceso, cuando uno se siente más incierto e inseguro. Habitualmente, también entonces los criterios interiorizados del campo y la opinión interiorizada del ámbito se convierten en importantes.

El quinto y último componente del proceso es la elaboración. Probablemente es el que lleva más tiempo y supone el trabajo más duro. A esto se refería Edison cuando decía que la creatividad consiste en un 1% de inspiración y un 99% de transpiración.

Pero esta clásica estructura analítica que conduce de la preparación a la elaboración da, si se toma demasiado literalmente, una imagen gravemente distorsionada del proceso creativo. Una persona que hace una aporte creativo nunca se limita a trabajar afanosamente durante el largo estadio último de elaboración. Esta parte del proceso está interrumpida constantemente por periodos de incubación y salpicada por pequeñas epifanías. Son muchas las intuiciones nuevas que surgen mientras, presuntamente, sólo se están dando los toques finales a la intuición inicial.

Así, el proceso creativo no es tanto lineal, cuanto recurrente. El número de iteraciones por las que pasa, de vueltas que encierra, de intuiciones que precisa, depende de la profundidad y amplitud de los temas que se tratan. A veces la incubación dura años; a veces, unas horas. A veces la idea creativa incluye una intuición profunda y un número incalculable de otras menores.

La aparición de los problemas

En ocasiones es posible llegar a un descubrimiento creativo sin preparación alguna.

La persona afortunada simplemente tropieza con una situación completamente impredecible, como Röentgen cuando intentó descubrir por qué sus placas fotográficas se estropeaban y en ese intento descubrió la radiación.

Pero habitualmente las intuiciones tienden a sobrevenir a las mentes preparadas, es decir, a aquellos que han pensado larga e intensamente acerca de una serie dada de cuestiones problemáticas.

Hay tres fuentes principales de las que generalmente surgen los problemas: las experiencias personales, las exigencias del campo y las presiones sociales. Aunque estas tres fuentes suelen actuar de forma sinérgica y entrelazada, es más fácil considerarlas separadamente, como si actuaran de manera independiente, lo que en realidad no sucede.

La vida como fuente de problemas

Los orígenes de los elementos problemáticos en la experiencia vital son muy fáciles de ver en el trabajo de artistas, poetas y humanistas en general.

Los artistas encuentran inspiración en la vida "real": emociones como amor y angustia, acontecimientos como el nacimiento y la muerte, horrores de guerra, una tarde tranquila en la campiña. Veremos que los artistas también están influenciados en la elección de sus problemas por el campo y el ámbito. Se ha dicho que cada pintura es una reacción respecto a todas las pinturas precedentes, y cada poema refleja la historia de la poesía. Sin embargo, pinturas y poemas están además muy claramente inspirados por experiencias del artista.

La influencia de los conocimientos pasados

Otra fuente es el campo mismo. Lo mismo que las experiencias personales producen tensiones que no se pueden resolver partiendo de soluciones ordinarias, así ocurre también con el trabajo dentro de un sistema simbólico. Repetidas veces, tanto en las artes como en las ciencias, la inspiración para una solución creativa procede de un conflicto sugerido por el "estado de la cuestión". Cada campo posee su lógica interna, su modalidad de desarrollo, y quienes trabajan dentro deben responder a esta lógica. Un joven pintor de los sesenta tenía dos opciones: o pintar en el estilo expresionista abstracto que estaba de moda, o descubrir una forma viable de rebelarse contra él.

Un problema intelectual no queda restringido a un campo particular. De hecho, algunos de los avances más creativos tienen lugar cuando una idea que funciona bien en un campo se injerta en otro y lo revitaliza. Este fue ciertamente el caso de la extensas aplicaciones de la teoría cuántica de la física a disciplinas colindantes como química y astronomía. Las personas creativas están siempre atentas a lo que están haciendo los colegas del otro lado de la cerca. También hay personas que perciben en la vida "real" problemas que no se pueden acomodar dentro del sistema simbólico de ningún campo existente.

Esta es una reacción típica contra el hecho de que un campo se está volviendo demasiado limitador y sus miembros confunden el sistema simbólico que utilizan con la realidad más amplia de la que éste forma parte. Cuando un ámbito se encierra demasiado en sí y se desconecta de la realidad, corre el riesgo de convertirse en inoperante. A menudo la insatisfacción con la rigidez de los campos hace posible grandes avances creativos.

No se puede ser creativo sin aprender lo que saben los demás, pero tampoco se puede ser creativo sin sentirse insatisfecho con ese conocimiento y sin rechazarlo (al menos en parte) en beneficio de un camino mejor.

Las presiones del entorno humano

La tercera fuente es el ámbito en el que se trabaja. A lo largo de toda su vida, una persona creativa se ve expuesta a la influencia de profesores, mentores, compañeros de estudios y colaboradores; y, en fases posteriores, a las ideas de sus alumnos y seguidores. Sea que uno siga a la multitud, sea que tome una senda diferente, habitualmente resulta imposible ignorar lo que tiene lugar en el ámbito.
También se generan nuevas ideas cuando alguien intenta crear una nueva organización o quizás un nuevo ámbito.

El proceso creativo comienza con una sensación de que en algún sitio hay un rompecabezas o una tarea que se ha de llevar a cabo. Quizás algo no está bien, existe un conflicto, una tensión, una necesidad que se ha de satisfacer. La cuestión problemática puede estar desencadenada por una experiencia personal, por un desajuste en el sistema simbólico, por la estimulación de los colegas o por necesidades públicas. En cualquier caso, si no se experimenta una tensión así, que atraiga la energía síquica de la persona, no hay necesidad de una reacción nueva. Por tanto, sin un estímulo de esta clase, es improbable que el proceso creativo se ponga en marcha.

Problemas recibidos y descubiertos
No todos los problemas llaman la atención de una persona de manera parecida. La mayoría de los problemas están ya formulados; todo el mundo sabe lo que se ha de hacer; lo único que falta es la solución. Estos son los problemas "recibidos". Pero también hay situaciones en las que nadie ha formulado la pregunta todavía, nadie sabe siquiera que hay un problema. En este caso, la persona creativa determina tanto el problema como la solución. Tenemos aquí un problema "descubierto". Freeman Dyson decía: "una característica de la vida científica es que resulta fácil cuando tienes un problema sobre el cual trabajar. Lo difícil es encontrar el problema".

La resolución de los problemas recibidos exige, en general, un periodo de preparación mucho más corto que la de los problemas descubiertos. Bach componía una nueva cantata cada pocas semanas para satisfacer las exigencias de himnos religiosos de su mecenas.

Sin embargo, los problemas descubiertos cuentan con la posibilidad de tener mayor repercusión en la forma en que vemos el mundo.

La mayoría de los grandes cambios en un campo comparten esta característica del trabajo de Darwin: en el continuo de las situaciones problemáticas, tienden a estar más cerca del extremo descubierto que del recibido.

El tiempo misterioso
Después de que una persona creativa tiene la sensación de que en el horizonte de su especialidad hay algo que no encaja, algún problema que tal vez mereciera la pena abordar, el proceso habitualmente prosigue en secreto durante algún tiempo. Los indicios de incubación proceden de relatos de descubrimientos en donde el creador queda perplejo ante una cuestión y recuerda haber llegado a una repentina intuición de la naturaleza del problema, pero no recuerda ningún paso mental consciente intermedio. Debido a este espacio vacío entre la percepción de un problema y la intuición de su solución, se da por supuesto que en un intervalo del proceso consciente debe de tener lugar una etapa imprescindible de incubación.

Debido a su carácter misterioso, la incubación con frecuencia ha sido considerada la parte más creativa del proceso. Las secuencias conscientes se pueden analizar, hasta cierto punto, según las reglas de la lógica y la racionalidad. Pero lo que sucede en los espacios "oscuros" desafía al análisis ordinario y evoca el misterio original que envuelve la obra del genio: uno casi siente la necesidad de recurrir al misticismo, de invocar la musa como explicación. Es importante dejar que los problemas hiervan durante un tiempo por debajo del umbral de conciencia.

"Quienes están ocupados todo el tiempo no suelen ser creativos. De manera que no me avergüenzo de estar ocioso".

Las funciones del tiempo del ocio

Pero, ¿qué sucede durante este misterioso tiempo de ocio, cuando la mente no está conscientemente preocupada por el problema? Existen varias explicaciones rivales de por qué la incubación ayuda al proceso creativo. Quizás la más conocida sea un vástago de la teoría sicoanalítica. Según Freud, la curiosidad existente en las raíces del proceso creativo -especialmente en los artes- está provocada por una experiencia de origen sexual de la niñez, un recuerdo tan devastador que tenía que ser reprimido. La persona creativa es aquella que consigue reemplazar la búsqueda del conocimiento prohibido por una curiosidad permisible.

Pero si el proceso creativo secundario ha de drenar efectivamente el interés primario reprimido, en ocasiones tiene que sumergirse por debajo del umbral de conciencia, donde puede conectar de nuevo con su fuente libidinal original. Esto es presumiblemente lo que sucede durante el periodo de incubación. El contenido de la línea consciente de pensamiento es asumido por el subconsciente, y allí, fuera de la censura de la conciencia, el problema científico tiene oportunidad de revelarse tal y como es: un intento de resolver un conflicto muy personal.

Las explicaciones cognitivas de lo que sucede durante la incubación suponen, como las sicoanalíticas, que en la mente prosigue algún tipo de procesamiento de información aun cuando no seamos conscientes de ello, aun cuando estemos dormidos. La diferencia es que las teorías cognitivas no postulan ninguna dirección en el pensamiento subconsciente. No hay ningún trauma en el centro del inconsciente, que busque resolverse a través de curiosidad disfrazada. Los teóricos cognitivos creen que las ideas, cuando se ven privadas de dirección consciente, siguen simples leyes de asociación. Se combinan más o menos al azar, aunque es posible que asociaciones aparentemente inaplicables de ideas se produzcan como resultado de una conexión previa.

La distinción entre procesamiento de información en serie y en paralelo también puede explicar lo que sucede durante la incubación. En un sistema en serie, como el de una calculadora antigua, un problema numérico complejo se debe resolver en una secuencia, paso a paso. En un sistema en paralelo, tal como en los modernos programas informáticos, un problema se fragmenta en los pasos que lo componen, los cómputos parciales se llevan a cabo simultáneamente y después se recomponen en una única solución final.

Cuando pensamos conscientemente en una dificultad, nuestra formación previa y el esfuerzo por llegar a una solución empujan las ideas en dirección lineal, habitualmente siguiendo líneas predecibles o familiares. Pero la intencionalidad no funciona en el subconsciente. Libres de dirección racional, las ideas se pueden combinar y perseguir unas a otras de cualquier manera. Debido a esta libertad, las conexiones originales que en principio serían rechazadas por la mente racional tienen una probabilidad de llegar a establecerse.

El ámbito, el campo y el inconsciente

A primera vista, la incubación parece tener lugar exclusivamente dentro de la mente; es más, dentro de los ocultos escondrijos de la mente donde la conciencia es incapaz de llegar. Pero, tras un examen más detenido, debemos admitir que, incluso en el inconsciente, el sistema simbólico y el entorno social desempeñan papeles importantes. En primer lugar, es obvio que la incubación no puede funcionar cuando una persona no domina un campo o no ha estado metido en un ámbito. Una solución nueva a la electrodinámica cuántica no se le puede ocurrir, por mucho tiempo que duerma, a una persona no versada en esta rama de la física.

Aun cuando puede que el pensamiento subconsciente no siga líneas racionales, sigue, sin embargo, reglas establecidas durante el aprendizaje consciente.

Interiorizamos los conocimientos del campo, las inquietudes del ámbito, y éstos se convierten en parte de la manera en que están organizadas nuestras mentes. Con frecuencia no es necesario realizar un experimento para saber que algo no funcionará: el conocimiento teórico puede predecirlo. Así mismo, podemos predecir lo que nuestros colegas dirán si expresamos en público ciertas ideas. Cuando estamos solos, sentados en nuestro estudio, y decimos que una idea no funcionará, lo que podemos estar diciendo es que ninguna de las personas cuya opinión cuenta lo aceptará. Estos criterios interiorizados del campo y el ámbito no desaparecen cuando el proceso del pensamiento prosigue en secreto.

Pero, lo mismo que uno debe tomar en serio las inquietudes de la disciplina, también debe estar dispuesto a oponer resistencia a la sabiduría recibida, si las circunstancias lo justifican. De otro modo no cabe avance alguno.

La experiencia "¡Ajá!"
La intuición tiene lugar, presumiblemente, cuando una conexión inconsciente entre ideas encaja tan bien que se ve forzada a salir a la conciencia, lo mismo que un corcho mantenido bajo el agua sale y salta en el aire cuando se le suelta.

El 99% de transpiración
Después de que se produce una intuición, hay que comprobarla para ver si verdaderamente las conexiones tienen sentido. El pintor se aparta unos pasos del lienzo para ver si la composición resulta, el poeta relee el verso con una mirada más crítica. La mayoría de esas intuiciones encantadoras nunca van más allá, porque a la fría luz de la razón se ponen de manifiesto defectos fatales. Pero si todo concuerda, comienza el lento y a menudo rutinario trabajo de elaboración.

Hay cuatro condiciones principales que importa cumplir durante esta fase del proceso.

En primer lugar, la persona debe prestar atención al trabajo que se realiza, enterarse de cuándo surgen de la interacción con el medio nuevos problemas, ideas e intuiciones. Mantener la mente abierta y flexible es un aspecto importante de como las personas creativas llevan a cabo su trabajo.

En segundo lugar, se debe prestar atención a las metas y sentimientos propios, saber si el trabajo está transcurriendo realmente como se pretendía.

La tercera condición es mantenerse en contacto con el conocimiento del campo, usar al operar las técnicas más eficaces, la información más completa y las mejores teorías.

Y por último, especialmente en las etapas posteriores del proceso, es importante escuchar a colegas del ámbito. Al relacionarse con otras personas relacionadas con problemas semejantes, es posible corregir una línea de solución que va desencaminada, redefinir y centrar las propias ideas, y encontrar el modo más convincente de presentarlas, el que tenga mayores posibilidades de ser aceptado.

Extractado de Mihaly Csikszentmihalyi “Creatividad:El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención”

 

 

 


 


 

Valora este artículo

 

 

También pueden interesarte estos artículos:

¿Dónde está la creatividad?
http://www.mentat.com.ar/desarrollar_creatividad.htm

La felicidad y la creatividad
http://www.mentat.com.ar/felicidad-creatividad.htm

Inteligencia y creatividad
http://www.mentat.com.ar/inteligencia_y_creatividad.htm

 

 

 

 


 

 

 

 

Busca más información en nuestro sitio con la potencia de Google

Google

 


 

Más artículos de Educación Mental         Recomiéndanos

 

Home    Artículos    Mensa    Librería    Cursos    Tips    Links    Contacto    Suscripción    Presentación

 

Última modificación de la página:16/09/2008

Copyright: © 2002, 2003, 2004 por Ment@t

Todos los derechos reservados acerca de, concepto, diseño, imágenes y contenido
  mentat@mentat.com.ar

Optimizado para Internet Explorer y área de pantalla de 800 x 600 píxeles